¿Qué pasó con el IPE?

Es lo que nos preguntamos todos, se supone que a su dirección llegó uno de los veracruzanos mas avezados en temas financieros, el Doctor Hilario Barcelata Chávez, quien pone la cereza al pastel azul con amarillo y cierra administración diciendo que se heredará al gobierno próximo una deuda de 8 mil millones de pesos, misma que se arrastra desde el gobierno de Javier Duarte y no se pudo sanear, como nos hicieron creer, así que ahí les dejan la papa caliente a los morenos.

A finales de noviembre del 2016 se aplaudía la designación de Barcelata como encargado del Instituto de Pensiones y un aliado de Miguel Angel Yunes para componer los negros números, en los que sigue hundido el IPE. Uno de los proyectos de Hilario expuesta en una entrevista antes de asumir el cargo, era reacondicionar los inmuebles del IPE para rentarlos y de ahí generar recursos, en esa misma intervención para el informativo “En Contacto”, dijo que la reserva técnica del instituto, era de 900 millones de pesos y que pudo ser mayor pero un promedio de 300 mil millones correspondientes a productos de préstamos y actividades financieras de la institución nunca regresaron, por el manejo dudoso de la secretaría de finanzas estatal.

¿Qué cuentas va a entregar ahora?

En otros tiempos, cuando cómodamente pudo Barcelata señalar errores, también criticó también el manejo de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), el otrora especialista afirmaba que esa universidad transparentaba únicamente recursos de cuenta pública pero que sus ingresos son “enormemente superiores”, siendo un claro ejemplo de opacidad; basta ver el estado actual de la UPAV y seguir lamentando la falta de estrategias viables en un horizonte de dos años para sacar adelante las cuentas.

Hace casi dos años, a finales de octubre del 2016, cuando muchos medios de comunicación abrían de buena fe espacios para difundir los conceptos de un gran conocedor de la economía como don Hilario, él mismo afirmaba que el instituto que está a punto de dejar en muy mala situación era víctima de un saqueo, que los distintos directores tendrían responsabilidad legal por ello, igual que los integrantes del Consejo Directivo. En esa misma publicación, con cuentas suyas, Barcelata consideraba que la reserva técnica del IPE debería ser de poco más de 16 mi millones de pesos, un dineral, que pudo ser “suficiente para emprender un gran proyecto financiero que pueda garantizar en el largo plazo el pago de las pensiones, utilizando para ello instrumentos financieros de alta rentabilidad”. Esa genial cifra resultaba de integrar recursos pendientes de transferir y adeudos por cobrar del año 2015.

La gran idea de Hilario Barcelata era crear un nuevo organismo que garantizara la capitalización de activos financieros, un Banco Veracruzano para la Seguridad Social; una “institución bancaria orientada a la administración de los fondos de pensiones de los trabajadores del Estado asegurando alta rentabilidad y el otorgamiento de préstamos de bajo costo y de diverso tipo, que permitan resolver el problema social de la falta de liquidez de miles de familiares veracruzanas.”

Hoy las cuentas no salieron, el plan no pudo ejecutarse, los saldos pendientes no se cobraron, el dinero no regresó, porque nunca fue verdad la intención de hacer justicia, de equilibrar las finanzas al menos en el IPE, para lo que se le designó como el experto que el estado necesitaba. Hilario justifica la ineficiencia por el estado en el que encontraron la administración, vaya engaño, vaya tontería, él sabía a lo que le entraba, él detallo casi cada peso desviado en sus publicaciones, desde el Observatorio de Finanzas de la UV, cuando veía los toros desde la barrera.

Pero como es su especialidad, ya piensa y propone para el futuro, nuevamente se perfila como el experto que sugiere a los gobiernos por entrar, para él se trata de un asunto de 50 años, tiempo en el que habrá que balancear los gastos con los ingresos y remata “ese es el gran reto, pero desafortunadamente ésta administración es muy corta, no hubo mucho tiempo para hacer las transformaciones de largo alcance”. O sea, nosotros nos chingamos por no haber prolongado el yunismo 50 años, por haberles cortado las alas a especialistas como Barcelata y ahora que MORENA viene a la alternancia el asunto es de medio siglo, yo les aseguro que eso ya lo sabía nuestro experto, pero exponerlo a la opinión pública era un suicidio electoral.

Dichosa la máxima que dice “no es lo mismo ser borracho que cantinero”, pero hay muchos que quieren ser ambos y con dinero ajeno.