“La deuda pública en México de Fox a la fecha creció de 1.7 billones a 10 billones”, destacó el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, lo creemos y lo sentimos.

Ésta quiebra financiera, conmociona los bolsos y las bolsas de la economía, cuyos efectos sentimos en el gasto diario, acompañado de las lamentaciones de las economistas que mejor perciben el deterioro adquisitivo de los dineros, las amas de casa.

El daño económico colectivo, sacude la estabilidad emocional con alteración física somática de la población, enajenándose ésta en un sin número de actitudes que no le permiten el desarrollo a plenitud, manteniéndoles  encadenados a la deuda pública, como resultado de una pésima administración de los dineros de este mismo pueblo.

La recesión socaba el flujo de crédito, paralizando la expansión monetaria y la competitividad, creando una burbuja que arrastra a la clase media a una pobreza endeudada, es decir sigue siendo “clase media” con precariedad de los recursos en dinero que se obtiene como ingreso o salario. Este deteriorante déficit, demanda enorme esfuerzo de la redistribución monetaria del gasto, en los núcleos familiares, con las consecuencias ya padecidas y sufridas por todos.

El deterioro de la economía en México lacera las estructuras políticas y, provoca crisis de mercado estancando el crecimiento de las sociedades. Los gobiernos federal y estatales, hablan de avances y estabilidades financieras, lo cual desde luego, indigna y agrede la consciencia, de una población saqueada hasta la ignominia. Ante ello, los partícipes de estos deterioros, los bancos, se vuelven generosos, y ofertan, benevolentemente, “oportunidades” de créditos, para inducir a la población a ser sus rehenes en condición catastrófica, ante los fracasos de la política económica de los gobiernos federal, estatales y municipales; en un episodio, profundamente doloroso y polarizado, que simboliza la coronación de la corrupción.

Las voces de la libertad y de la democracia, comienzan a extenderse en este país, pero el mexicano se abandona a la conformidad, una metáfora en forma de violencia a la población, una pérdida, ahí, de un Derecho Humano, con un disolvente mayor, que son los monopolios, con brutal deuda que rebasa el Producto Interno Bruto.

Ésta situación explosiva, en expansión constante, se traduce en desconfianza e incertidumbre de los asuntos Económicos- Financieros que perfilan a las sociedades, conduciéndoles a un punto de inflexión, en donde los valores culturales y sociales migran hacia el escepticismo de una sociedad que ya nada cree, dejándose llevar por la conformidad social por la amenazante evolución del endeudamiento financiero, que mantiene a este país, en estado catatónico.

Sintácticas

De los abrazos de Eduardo Galeano:

El miedo

Una mañana, nos regalaron un conejo de Indias.

Llegó a casa enjaulado. Al medio día, le abrí la puerta de la jaula.

Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad.

Del cielo y el infierno:

Fragmento

Un niño que yo no conocía, se echó a mi lado y se puso a mirar al cielo, como yo, en silencio.

Entonces cayó una estrella fugaz. Yo podía haber pedido un deseo; pero ni se me ocurrió.

Y el niño me explicó:

¿Sabes por qué se caen las estrellas? Es culpa de Dios. Es Dios que las pega mal. Él pega las estrellas con agua de arroz.

Valentina Lisitsa.Beethoven «Moonlight» Sonata op 27 # 2 Mov 3.