Son fenómenos naturales que existen por lo menos desde hace 600 años, y en septiembre no es excepcional que ocurran los categoría 4 como “Florence”, indicó Víctor Manuel Velasco

Los asentamientos humanos se han formado históricamente en los pasos naturales de las trayectorias de los huracanes. Sería necesario contar con nuevos protocolos de seguridad ante estos fenómenos, dijo el especialista

Han amortiguado fuertes sequías en el norte de nuestro territorio, en donde existen amplias zonas de producción de alimentos, pero nos falta comprenderlos

La intensidad de los huracanes en el Océano Atlántico no se ha incrementado, “no tenemos un patrón que nos indique que han aumentado; son fenómenos naturales que hemos tenido al menos durante los últimos 600 años”, dijo Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Además, en septiembre no es excepcional la ocurrencia de algunos huracanes de categoría 4, como “Florence”, que afecta actualmente a cinco estados del sureste de Estados Unidos, agregó.

Hay reportes antiguos, desde los prehispánicos, de huracanes muy intensos en el Atlántico y el Pacífico. Por ejemplo, en 1537 en Tlapa, Guerrero, hubo uno en el Pacífico que arrancó árboles desde la raíz, de acuerdo con descripciones de la época. Ese dato histórico permite a los expertos saber que se trataba de un evento categoría 5, pues según modelaciones actuales, son los que derriban los árboles de esa manera.

Del lado del Atlántico, se tiene un documento que describe un huracán en 1573, en Veracruz, que provocó “que se desprendieran los techos de las casas”. Ese dato indica que era categoría 4, de acuerdo a la misma simulación científica.

“Florence”

Una causa por la que “Florence” no evoluciona a categoría 5 es porque, aunque pasa por un sitio geográfico de aguas profundas (una de las condiciones para crear estos eventos en su máxima categoría), debe ser bañado por unas corrientes cálidas, condición que no cumple.

“Si ‘Florence’ hubiera estado un poco más al sur, seguramente hubiera evolucionado a categoría 5 y hubiera impactado a Miami y Nueva Orleans, pero fue más al norte”, detalló.

Los huracanes y sus categorías no son extraordinarios, lo que es distinto es la forma en que vivimos y la densidad poblacional que tiene el planeta.

“Los asentamientos humanos se han formado históricamente en los pasos naturales de las trayectorias de los huracanes. Sería necesario contar con nuevos protocolos de seguridad ante estos fenómenos. Es ejemplar la forma de evacuación que realizan en Estados Unidos y en Cuba, y sobre protección civil tenemos mucho que aprender de esos países”, opinó.

También se necesita un nuevo tipo de construcciones que resistan las grandes ráfagas de los vientos. En México ya hay tecnología para resistir huracanes categoría 5, pero debe difundirse en todo el país, abundó.

Abastecedores de agua

México tiene la ventaja de tener océano del lado del Atlántico y del Pacífico, pero los huracanes son muy mal vistos y no entendemos su importancia, resaltó.

“Abastecen al territorio nacional de agua, que es un elemento fundamental.

Parecería que en el siglo XXI este recurso será muy importante y dictará la forma de desarrollo de los países”, subrayó.

Los huracanes han amortiguado fuertes sequías en el norte de  nuestro territorio, en donde existen amplias zonas de producción de alimentos, pero nos falta comprenderlos.

Además, son una forma de equilibrio en la naturaleza, de la presión atmosférica y la temperatura. “Tratar de disminuir los huracanes, o que no existieran, podría ser mucho más peligroso, pues una fuerte presión o temperatura tendría efectos desastrosos en la biota del planeta”, alertó.

Más allá de considerar que los huracanes son un peligro, son un regalo de la naturaleza que no hemos podido aprovechar hasta hoy, finalizó.