Este lunes 10 de agosto la sede de Servicios Periciales no estaba abarrotada de personas en busca de sus familiares, de manera ocasional llegaron mujeres y hombres, que sin formar parte de un Colectivo, siguen en los trabajos de localización de un hijo, hija, esposo, prima o primo.

Su arribo fue en transporte público, un taxi de la ciudad los llevó a la alejada oficina, no quisieron hablar sobre a quién buscaban, pero era notoria la angustia y la necesidad de arribar a la oficina gubernamental para tener acceso a los indicios que podrían llevarlos a la ubicación de su familiar.

A diferencia del fin de semana, que personal de Derechos Humanos llevaba el control del ingreso y salida de los asistentes, la mayoría mujeres, este día tres personas llegaron a pedir informes y presentaron una identificación en el módulo de la entrada principal.

Solo una joven, que porta una identificación gubernamental, se acerca a quienes buscan información, les pide sus datos oficiales y tras anotarlos en su hoja de control les recomienda aguardar un momento antes de poder entrar al auditorio de Servicios Periciales.

Las dos mujeres y el hombre se acomodan en las sillas colocadas en la recepción, el olor de descomposición al interior de la oficina es insoportable, las dos mujeres deciden salir, no soportan los aromas impregnados en toda la oficina.

Desde el pasado viernes, un día después de que se anunció la localización de la fosa en el municipio de Alvarado, se puso a disposición del público algunas de los objetos que se localizaron en los 32 cementerios clandestinos, de los que se exhumaron un total de 174 cráneos.

Se había programado el arribo de 62 personas, y fue la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la Comisión de la Verdad del Congreso local el vínculo para agendar las visitas.

El sábado el número se excedió en 50 personas más de las agendadas para el ingreso. Será este martes cuando se retome la agenda de visita de los colectivos.

Isabel Ortega/Avc