Treinta y nueve muertes han sido confirmadas luego del sismo de magnitud 6.7 que sacudió Hokkaido, la principal isla del extremo norte de Japón, la semana pasada, informaron las autoridades el domingo.

Se desconocía el paradero de una persona en la localidad de Atsuma, donde varios deslaves causados por el sismo sepultaron las casas ubicadas al pie de las colinas.

Los socorristas utilizaban excavadoras y palas para buscar a los desaparecidos en medio de la tierra, los árboles caídos y escombros de las casas que fueron arrasadas por los deslaves.

Todas las víctimas, excepto cuatro de ellas, son de la comunidad de Artsuma, de 4 mil 600 habitantes.

El primer ministro, Shinzo Abe, visitó el barrio de Kiyota, en el extremo este de Sapporo, la capital de Hokkaido.

En algunas partes de Kiyota, la tierra se licuó y se hundió hasta un metro, lo que provocó que las casas se inclinaran y agrietó los caminos.

Además, desencadenó una corriente de lodo que se solidificó y dejó vehículos atrapados en estacionamientos.

El sismo ocurrido antes del amanecer del jueves dejó sin electricidad y sin servicio de trenes a Hokkaido, que tiene una población de 5.4 millones personas.

Tomó dos días restablecer la energía a la mayoría de los residentes de la isla. Unos pocos cientos seguían sin electricidad el domingo, principalmente en Atsuma.

Unas 2 mil 600 personas estaban en albergues temporales, en comparación con las 16 mil 600 que estuvieron refugiadas en el punto más álgido, indicó el gobierno de Hokkaido.

Con información de AP