Esta semana arranca formalmente lo que se supone sería un profundo cambio de régimen. A tres meses de que inicie el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el próximo miércoles será instalada la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión –integrada por las Cámaras de Senadores y de Diputados-, y el sábado comienza el primer periodo ordinario de sesiones, con la recepción del sexto y último informe de gobierno de Enrique Peña.

Pero hasta ahora no se respiran vientos de cambio, ni en la vida interna del Congreso, su organización política, ni en la actitud patrimonialista de quiénes integrarán las nuevas bancadas; Morena, quien siempre había sido una minoría marginada, hoy se preparan para ser la mayoría absoluta y gandalla que siempre había padecido a manos de panistas y priistas.

En los intensos días en San Lázaro, Morena se ha preocupado más por el control administrativo, financiero y hasta de los espacios físicos del palacio legislativo, que de ir preparando la agenda parlamentaria que le ha impuesto Andrés Manuel para iniciar su administración con los cambios que necesita. Al menos en este primer periodo ordinario de sesiones, serán cambios de forma y muy pocos de fondo.

Pero como cualquier escolapio en su primera semana de clase, la norma en San Lázaro ha sido el agandalle de la banca. La organización de la Cámara de Diputados para la 64 Legislatura del Congreso federal se definirá entre hoy y mañana, una vez que los coordinadores de los grupos parlamentarios se reúnan para acordar el procedimiento de selección de la Mesa Directiva.

Hasta ahora, sólo Morena, el grupo parlamentario que tiene la mayoría en el Congreso, no ha definido a su coordinador en la Cámara de Diputados, cargo que pelean Alfonso Ramírez Cuéllar, viejo aliado de López Obrador, y Dolores Padierna, esposa del mítico señor de las ligas, René Bejarano.

El plazo para que los representantes de las bancadas en San Lázaro lleguen a un convenio en torno al procedimiento de cambio de legislatura vence mañana, el cual coincide con los tiempos que se ha dado la fracción de Morena para elegir a su coordinador. Cuando mañana se conozca al dirigente de la bancada más numerosa en San Lázaro, se definirá la lista de legisladores que integren la mesa de decanos, y para esa posición se mantiene la propuesta se mantiene la propuesta de que sea Porfirio Muñoz Ledo.

Mientras eso sucede, continúa la credencialización de senadores y diputados electos, previo a la Sesión Constitutiva del próximo miércoles.

¿Yo dónde me voy a sentar?, parece ser la pregunta obligada del nuevo chiquitaje legislativo. Morena presentó a la Secretaría General de la Cámara de Diputados –que también será controlada por ellos- su propuesta para ubicar a sus 191 diputados federales en la totalidad del edificio B del recinto legislativo; atender la petición implicará desalojar a priistas, perredistas, diputados del PES y panistas. Sin embargo, el PRI pelea por conservar el histórico edificio “H”, el que siempre ha sido suyo, al cual también sacudió el sismo -no el del primero de julio sino el de septiembre del año pasado- y tuvo que ser desalojado.

Además de perder la mayoría en la Cámara de Diputados, la bancada del PRI también perderá, por lo menos, 15 oficinas del Palacio Legislativo de San Lázaro. El área administrativa de la Cámara de Diputados prevé quitarle al tricolor diversas oficinas que la bancada priista habilitó durante muchas Legislaturas. De hecho, el PRI aun tiene a su disposición oficinas habilitadas para las coordinaciones de por lo menos 14 estados y otra  para el sector obrero.

Empleados administrativos del PRI se instalaron en oficinas del edificio H de la  Cámara de Diputados, inmueble que ha ocupado, a pesar de que no cuentan con autorización técnica para ingresar al lugar, en reparación tras los daños causados por el sismo. El secretario General de la Cámara, Mauricio Farah, ha señalado que el inmueble estará listo para su uso en septiembre, por lo que los diputados priistas iniciarán su chamba sin oficinas.

Verónica Juárez, vicecoordinadora del PRD en San Lázaro, aclaró que su partido no se “aferra” a espacios, que no quieren “ring side”, pero que al menos les concedan condiciones óptimas y dignas, “porque somos pares”; de no haber roto con AMLO, serían uno mismo. El morenista Ramírez Cuéllar aclaró que su partido no está interesado en lesionar al resto de los legisladores y siempre atenderán las opiniones de los demás. Todos pelean por la curul.

Mauricio Farah, secretario General de la Cámara, pidió a los legisladores electos que esperen a la designación de oficinas y curules, para poder disponer de los espacios que tendrán en el recinto. Pidió que paren el agandalle “para que de manera ordenada, podamos ocupar todos los espacios”.

Según el reglamento que nadie conoce ni respeta, los lugares no se toman, se asignan después de los acuerdos de la Junta de Coordinación Política, con el debido orden institucional y que todos queden conformes; los diputados no se puede auto asignar oficinas, lo mismo que las curules del Pleno, y que todos los espacios serán definidos por el coordinador parlamentario.

Al parecer, todo cambiará para seguir igual.

Las del estribo…

  1. El fin de semana circuló el redes la versión de que tres diputados federales veracruzanos –que dejarán de serlo esta misma semana- quisieron congraciarse con el ex gobernador Javier Duarte, cambiando su traición por tortas de la rielara. Según el texto, el cordobés no les recibió, pero sí les advirtió que están por correr la misma suerte que él. El miedo los entregó al gobernador Yunes Linares, mientras que Duarte recibió el jueves un nuevo espaldarazo de Morena a través de Tatiana Clouthier.
  2. Resulta que la Cámara de Diputados echará a andar un sistema de evaluación para que la ciudadanía evalúe el desempeño de los Con esta herramienta, los integrantes de la 64 Legislatura serán calificados en cada periodo ordinario de  sesiones por su trabajo en el Pleno y en comisiones. Se prevé que la mayoría no alcance ni examen extraordinario.