En los pasados comicios al PRI y a todos sus candidatos les fue de la patada, menos al senador Héctor Yunes Landa, quien negoció para sí una curul federal plurinominal y dos diputaciones locales también de representación proporcional para su hija Andrea Yunes Yunes y para su compadre consentido Jorge Moreno Salinas.

Ahora, pese a que el partido tricolor quedó devastado –pues sus abanderados a la Presidencia de la República, a la gubernatura y a las diputaciones locales y federales de mayoría relativa no ganaron un solo distrito en Veracruz–, Yunes Landa se apresta a apoderarse también de la dirigencia priista que él ya presidió en 2011.

El problema para el senador, cuyo periodo legislativo vence dentro de diez días –aunque a partir del 1 de septiembre sólo saltará del escaño senatorial a una curul en la Cámara baja del Congreso de la Unión–, es que ha comenzado a erigirse un bloque priista en su contra que paradójicamente es encabezado por uno de sus ex aliados políticos que se la jugó con él en la sucesión gubernamental de 2016: Víctor Manuel García Trujeque, líder del sindicato electricista y secretario general de la CTM en Veracruz, el cual se pronunció públicamente por el dirigente estatal de la CNC, Juan Carlos Molina Palacios, un compadre de Yunes Landa que también terminó distanciado de él después de su fracaso como candidato a gobernador el año antepasado.

Este lunes, aunque también mencionó al ex diputado xalapeño y actual delegado federal de la SEGOB, Alejandro Montano Guzmán, el dirigente cetemista se pronunció enfáticamente por Molina, al considerarlo “una gente que además de su humildad ha demostrado transparencia y lealtad, (…) y es un hombre que no vive del dinero de los partidos, del PRI, vive de sus negocios, y esa es la gente que nos hace falta.”

Dijo que, para él, estos dos priistas son los idóneos, “que me gustarían que estuvieran, pero Juan Carlos Molina tiene todo para ser el candidato a nuestra dirigencia estatal con todo el apoyo de la CTM, de todo el apoyo que representamos.”

Y presumió que de los 32 secretarios generales de la CTM, sólo dos “están con algunas personas que para mí no significan nada”, pero que “los 30 más importantes están con un servidor”, así como todos sus secretarios generales del SUTERM y los petroleros.

También afirmó que “mucha gente importante, mucha gente de otros sectores nos van a apoyar, están con un servidor y ese es el apoyo que le vamos a dar a quien sea un buen candidato, a quien no tenga intereses, al que no tenga que vivir del presupuesto de los partidos y son pocos.”

Al mencionársele si no consideraba también a algún ex funcionario de los últimos dos sexenios priistas, García Trujeque respondió enfático:  “Yo creo que los duartistas y los fidelistas ya tuvieron su historia, y como todos ellos, Héctor Yunes ya cumplió su objetivo, y tengo argumentos para demostrar que no son los mejores, yo los tengo, y en su momento los demostraré (…)”, advirtió, para remarcar que él nunca va a traicionar al PRI, pero que siempre va a decirles la verdad, aunque les incomode, a todos aquellos que sólo ven por “sus intereses personales, no del partido, personales, hablo de la gente que siempre ha querido obtener y que ha vivido del partido, afortunadamente yo no soy de esos.”

Señaló que precisamente en estos comicios la gente rechazó “a ese tipo de personas, con ese perfil de ambición personal y que no ven por su gremio”.

Expuso que el Revolucionario Institucional se tiene que renovar, proceso que, apuntó, “no va a ser fácil porque tenemos ahorita como gobernador electo a Cuitláhuac García, un candidato que viene con todo el respaldo de los veracruzanos, un hombre humilde, que tendrá que responder a los veracruzanos, lo que no será fácil”, pero que además “tenemos a Miguel Ángel Yunes, gobernador actual, que  ha estado trabajando en lo que no hicimos en su momento los del PRI”.

García Trujeque se quejó de que los sectores del partido han sido olvidados. “El sector obrero es uno de ellos, el sector popular, la gente que realmente trabajó para el partido. Fue y lo demostró. Orgullosamente demostramos que el sector popular, que el sector campesino, el sector obrero, cuando no respetaron las posiciones ahí está la muestra de la votación. Yo no los puedo obligar, aunque la gente nos tiene afecto, nos tiene aprecio”. Dijo que ahora, por esa marginación, el PRI obtuvo “la votación más ridícula y la votación que históricamente nunca había tenido.”

Y al preguntársele si apoyará a la próxima dirigencia de su partido, contestó que “si ponen a los candidatos que tienen que estar ahí, transparentes, ¡claro!, si no estaremos siempre al margen, y eso no es traicionar, que le quede claro a la gente”, remarcando que tampoco las criticas le interesan, ni le preocupan. “Tengo a la gente que nos quiere, a la que representamos”, concluyó.

Américo podría continuar

Sin embargo, luego de que este lunes se dio a conocer que la dirigente interina Claudia Ruiz Massieu se registró como candidata en el proceso interno para la renovación de la dirigencia nacional del PRI, algunos ex presidentes estatales del partido tricolor, como Gonzalo Morgado Huesca, consideran que Américo Zúñiga Martínez tampoco estaría impedido para continuar en la presidencia del CDE.

Y es que se prevé que la noche de este martes el Consejo Político Nacional del PRI avale a Ruiz Massieu como presidenta sustituta del partido, para concluir el periodo para el que fue designado el sonorense Manlio Fabio Beltrones en 2015.

Ruiz Massieu funge como presidenta interina del PRI desde el 18 de julio pasado, pero estatutariamente nada le impide participar en el proceso de renovación de la dirigencia tricolor. En esa misma situación estaría también el ex alcalde de Xalapa, quien a mediados de enero de este año, ya en pleno proceso electoral, quedó provisionalmente a cargo del CDE tras la renuncia de Renato Alarcón Guevara, quien a su vez había sustituido también de manera provisional a Felipe Amadeo Flores Espinoza en enero de 2017.

Vaya paquete que le depara a Ruiz Massieu con los grupos locales que se disputan la dirigencia estatal de lo que queda del priismo en Veracruz después del desastre electoral del pasado 1 de julio.