Con el relato de su trayectoria en Nueva York y una breve visita a Xalapa, Rey David Alejandre despide esta conversación.
Un jarocho en Nueva York
Con Willie Colón estuve como 17 años, era el trabajo más importante que tenía. En el 2003 hice mi primer viaje internacional con Willie, fui a Perú y después me invitó a Colombia, pero tocando con la orquesta de Nueva York, no con la de México, era algo todavía más profesional, de otro nivel y mi sueño había sido tocar con los músicos de Willie Colón de Nueva York, a todos los admiro. Después de esa gira por Colombia y Perú, me empezó a invitar a giras para Europa, fuimos a Francia, Alemania y no me acuerdo ahorita a que otros países pero sí fueron muchos, le agradezco mucho a Willie. Después me empezó a llevar a tocar a Nueva York.
Yo ya había hecho mucho jazz, mucha salsa, de todo y todavía me sentía joven —todavía me siento joven, pero en ese tiempo estaba más—, no tenía hijos ni compromisos ni nada, tenía novia pero dije o me quedo y hago una familia aquí en Cancún o todavía sigo con mi sueño, porque tenía el sueño de irme a Nueva York. Willie me seguía invitando y cada vez que iba se me iban abriendo los ojos, veía todas las posibilidades que había de tocar con buenos músicos, veía las grandes orquestas. Nueva York impresiona y uno quiere ser parte de eso, eso fue lo que me hizo saltar.
Dejé todos los compromisos que tenía en Cancún y me fui a enfrentarme a la forma de vida que hay allá, que es totalmente diferente a como se vive aquí en México, primero, porque llegas y no eres tan conocido, tienes que empezar a hacer camino, hacer cola. Afortunadamente, como ya tenía 17 años con Willie y había tocado con todos esos músicos y siempre hice bien mi trabajo, ya se ha hablaba de mí en algunas partes de Nueva York. Ya conocía a muchos músicos, entre ellos al maestro Reynaldo Jorge, trombonista de las Estrellas de Fania. Estaba tocando con la orquesta de Arturo O’Farrill, cuando acababa de llegar, por medio de un amigo fui a verlos al Birdland, que es un club de jazz muy importante en Nueva York, ahí saludé al maestro y me dijo:
—¿Cómo estás?, ¿qué haces aquí?
—Aquí estoy, maestro, vengo a quedarme
—Ok, ¿qué tienes que hacer el próximo domingo?
—Pues nada, maestro, aquí estoy, traigo mi trombón y mi boquilla, tengo ropa negra, traje lo principal
—Ah, bueno, ¿vienes a tocar por mí el próximo domingo con la orquesta de Arturo O’Farrill?
Yo me quedé así porque es una oportunidad gigante que no se la dan a cualquiera
—¿En serio, maestro?
—Sí, es que no puedo porque tengo otro compromiso
—Maestro, si usted dice y si el maestro O’Farrill quiere, con gusto
Ese día estaba escuchándolos y me quedé impresionado porque es una súper orquesta, todos muy profesionales, solistas increíbles, otro nivel.
El siguiente domingo mi presenté, estaba nervioso (los nervios siempre están ahí) porque es otro nivel y porque yo ya no tocaba mucho trombón porque me pasé tres años tocando el piano en un hotel, el trombón nada más lo agarraba para eventos y a veces para calentar un ratito, pero no estaba tan en condición.
Uno se acostumbra a la manera como se hacen las cosas en México, allá es distinto, no hay ensayo, llegan los músicos, ponen el papel y se arrancan. Empezamos a tocar, yo tenía los trompetistas atrás y estaba toda la big band y era impresionante ver cómo tocan.
El maestro Arturo O’Farrill nació en México, su mamá es mexicana y su papá, el maestro Chico O’Farrill, que en paz descanse, era cubano; el maestro Arturo se fue para Nueva York muy chico, yo lo vi en México una vez. Cuando terminó la tocada me dijo ¡ah!, mi gente; me dio un abrazo y me dijo que le gustó mucho cómo toqué. El maestro es buenísima onda y me dijo quiero que cuando no pueda alguno de mis trombonistas, tú vengas. Esa fue una gran oportunidad, le dije ok, maestro, gracias, y estuve yendo a tocar con esa orquesta por un tiempo. Ese fue mi primer trabajo en Nueva York.
Trombón adentro, camará
Plantación adentro camará,
es donde se sabe la verdad,
es donde se aprende la verdad.
(Plantación adentro.
Rubén Blades)
Allá, a los huesos les dicen «guisos», me empecé a incorporar a todos los guisos de salsa con gente que yo admiraba de todos los discos que escuchaba, por ejemplo, el maestro Eddie Montalvo, que es el conguero de Fania y es el que grabó Pedro Navajas con Rubén Blades, me empecé a incorporar con músicos de ese calibre y en orquestas y en grupos. Me empezaron a llamar para ensayos, tocadas y cuando me di cuenta, poquito a poquito pero ya estaba rolando en Nueva York.
Lo más importante es que tienes que estar preparado para lo que sea; me compré mi atril y me puse a estudiar en mi casa todos los días. Con el tiempo me compré un teclado y le empecé a meter al teclado.
En el 2014, como a los ocho meses de que llegué, participé en un video y un disco de un proyecto de música de Charles [Edward] Ives para orquesta dirigido por el maestro Jack Cooper, saxofonista y arreglista. Fue mi primera grabación con músicos muy buenos que tocan en la orquesta del Village Vanguard, yo grabé el tercer trombón. Es un disco de muy alto nivel y estuvo nominado a los Grammys.
Después, en 2016, surgió la oportunidad de ir a Cuba con el maestro Arturo O’Farrill para hacer unas tocadas por allá y grabar un disco, y tuve la fortuna de estar en ese proyecto compartiendo la grabación con varios grandes músicos de Cuba, entre ellos el maestro Bobby Carcassés, es un cantante y trompetista cubano que tiene una gran carrera en el jazz afrocubano y tocaba con la orquesta de Emiliano Salvador, un pianista cubano también muy destacado. Ese disco ganó el Grammy Americano y el Grammy Latino, ahí estuve y fue una experiencia también muy buena.
All stars
He tocado con todos los artistas de salsa famosos, he grabado con Luis Enrique en un proyecto que se llama Quintero Salsa Project, también ha tocado con Tito Nieves, con Óscar de León, con Tony Vega y con la mayoría de salseros de Nueva York, también grabé un video con Tony Succar. He hecho muchas cosas de las que no me acuerdo ahorita.
También estoy tocando con un grupo que se llama Súper Mambo, es de un vibrafonista que estuvo aquí en Xalapa que se llama a Felipe Fournier, es un proyecto de jazz latino y de salsa, ahí toco trombón y piano, ya pronto vamos a grabar. También estoy en un proyecto de los hermanos Quintero, son dos percusionistas venezolanos que tienen su grupo de latin jazz y de salsa, Luisito Quintero toca con Chick Corea. Iván Renta es un gran saxofonista de Puerto Rico, para mí es uno de los mejores de Nueva York, es mi amigo y toco bastante con él en un lugar que se llama Fat Cat, ahí tocamos los martes una vez al mes. Estoy tocando con mucha gente en teatros, foros, giras, lo que sea.
Bona-nza
En 2015 o 2016, me llamaron para un ensayo con el grupo de Richard Bona, hacía falta un trombón porque se salió Luis Bonilla, antes de él estuvo Osvaldo Meléndez, los dos fueron trompetistas de Willie Colón. Obviamente dije que sí porque Richard Bona sería otro despegue para mi carrera; hice bien mi ensayo, saqué mi música, todo bien y Richard me dijo que me invitaba para hacer unas fechas en el Jazz Standard de Nueva York, un club de jazz muy importante.
El proyecto de Richard Bona se llama Mandekan Cubano, es una mezcla de ritmos cubanos con su onda africana. Hice esas fechas y luego me dijo nos vamos de gira 15 días a Europa. No pude seguir con Willie porque se me cruzaban las fechas. Richard tiene mucho trabajo y mucho reconocimiento por parte del público, es un genio de la música, entonces, para mí era importante estar con él y como currículum era más importante todavía. Le gustó cómo toqué, pasé la prueba, me quedé con él y empezamos a girar mucho, fuimos a los festivales más importantes de jazz del mundo, fuimos a Francia, Alemania, República Checa, a muchos lugares de Europa, también fuimos a África, a Japón, a Corea, a muchos lugares. Tocamos en los Blue Note de Japón, estuvimos en Nagoya, en Tokio y en otro que ahora no me acuerdo; estuvimos en el Blue Note de Milán, Italia, y también en el Ronnie Scott’s, en Londres.
Quincy Jones es el representante de Richard Bona, he tenido la oportunidad de tocar con Richard en unos festivales de Quincy Jones, entonces se podría decir que he compartido los escenarios con Quincy Jones. En junio tocamos en el Playboy Jazz Festival en Hollywood y también tocamos en el North Sea Jazz Festival y en muchos festivales. Otra de las experiencias con Richard es una vez estábamos en Santa Lucía, una de las islas menores del Caribe, Kenny Garrett estaba ahí porque iba a tocar un día después o había tocado el día anterior, Richard lo subió y se quedó a tocar con nosotros casi medio set.
Estuve con Richard hasta hace como dos meses que terminamos una gira, toqué con él más o menos tres años.
Buscando guayaba ando yo…
Hay una empresa que se llama Pecum [Productores de Espectáculos y Cultura de México], uno de sus proyectos tiene la finalidad de unir los talentos de México y Nueva York, hace un par de años nos trajeron como un All Stars de Jazz Latino, Óscar Hernández, pianista y arreglista, venía dirigiendo y veníamos bastantes músicos de Nueva York: Luques Curtis, Luisito Quintero en el timbal, Samuel Torres en la percusión, Doug Beavers, trombonista; Pete Rodríguez, trompeta; Jeremy Bosch y varios más. Tocamos en el Lunario de la Ciudad de México, parte de ese proyecto era que cada uno tenía que traer una composición, entonces, yo hice una canción para ese concierto.
Además de esa, tengo otras canciones que pienso empezar a grabar. Cuando llegué a Nueva York, en enfoqué en tocar y acompañar, eso era lo que quería, tocar, tocar, tocar y grabar para agarrar callo, como se dice, y ver qué era lo que quería hacer. Ahora ya me siento más maduro y pienso entrar al estudio a grabar, no sé si un disco completo pero sí a grabar vídeo y audio e ir haciendo mi disco poco a poco; uno, porque resulta muy caro, sé que cuento con el apoyo de los amigos pero de todos modos es caro; lo otro es que mis influencias son tanto salseras como de jazz, entonces tengo que ver por dónde le entro, qué es lo que le quiero mostrar a la gente. He estado con duda en eso, tal vez una las dos cosas en un disco, se puede y se vale. Ahora que regrese a Nueva York, quiero ver la forma de entrar al estudio y grabar dos canciones, tal vez en tres o cuatro meses pueda grabar otras, y así hasta que junte unas ocho o 10 canciones y ya pueda hacer mi disco.
En ese tiempo también podía hacerlo pero me enfoqué mucho en tocar y acompañar, porque una de las cosas importantes como músico es saber acompañar en sección, no ser un estorbo sino que todos tus compañeros se sientan bien contigo a la hora de tocar, eso es importante. En Nueva York, si te llaman para un trabajo y te vuelven a llamar, quiere decir que lo hiciste bien, ahorita ya se puede decir que adquirí experiencia y ya me atrevo a grabar mis cosas, además, como he tocado con muchos músicos en Nueva York, ya puedo decir para esta canción me gustaría invitar a este y al otro y al otro, cuando llegué no tenía esa visión y ahorita ya tengo todo un mapa en la cabeza para crear la sonoridad que yo quiera. Tengo unas ideas de música mexicana también, tal vez haga un disco homenaje a Veracruz; eso es lo que estoy pensando, tengo que ver qué es lo que quiero compartirle a la gente.
Siembra y siembra y tú verás…
Hay un lugar en Nueva York que se llama el Terraza 7 que es algo así como La Tasca, un lugar donde se junta toda la banda a tocar proyectos de diferentes cosas, a ese lugar llega toda la banda de Queens, de Brooklyn y de otras partes. Yo vivo a tres cuadras de ahí, voy siempre que puedo y me he encontrado a Rudyk [Vidal], que presenta su grupo Adderesound, yo grabé un par de temas con ellos. También me he encontrado a Zenén Zeferino [Huervo], él se presenta mucho en ese lugar, va a cantar y a tocar jarana.
Otro que está allá y es muy solicitado porque es muy bueno en la percusión es Memo Barrón, está tocando con José Feliciano y le está yendo muy bien, está haciendo muy buen trabajo, me da mucho gusto. Además de ser un gran músico, es una gran persona y está muy bien preparado, es muy humilde y siempre está dispuesto para hacer buena música, incluso tiene su proyecto en Nueva York y eso no es fácil, como hay tanta gente, es difícil tener un proyecto y que te den fechas y todo eso, pero él ya está tocando con su proyecto y eso me da mucho gusto. Esos son algunos de los paisanos que me encuentro por allá.
… siembra y siembra y tú va a ver
Ahora que vine a Xalapa después de mucho tiempo, me estoy dando cuenta de que hay más nivel musical que antes, eso me da mucho gusto. Armé un grupo para hacer unas cuantas tocadas, invité a Paquito Cruz, a Carlos Zambrano y a mi compadre Renato Domínguez, y me parece que Paquito Cruz está tocando bastante bien el piano, tiene muy buen nivel, yo pienso que ahorita es lo mejor que hay en Xalapa en piano.
Como trombonista, yo necesito un buen pianista, cuando no lo tengo, me saco de onda, me pongo impaciente y le digo ¿sabes qué?, dame chance, yo toco el piano, pero con Paquito Cruz no siento eso, con él me siento muy bien acompañado, hace buenos solos, tiene muy buenas ideas, muy frescas y creo que, fácilmente, él podría estar tocando en Nueva York. Siento que algo que le hacía falta Xalapa era que existiera un pianista de ese nivel, completo, que puede tocar bien todos los géneros, incluso latino, porque hay unos que pueden tocar bien jazz o clásico pero en el latino siempre les falla la clave, la rítmica y a Paquito no.
El trío que tienen está increíble, Renato y Zambrano están tocando también muy bien, ojalá que muchos músicos jóvenes de Xalapa sigan el ejemplo de estos músicos para que puedan crecer.
I like to live in América
Afortunadamente, en Nueva York toco casi todos los días, eso es difícil, hay muchos músicos que para vivir tienen que irse a una oficina o trabajar en otra cosa, afortunadamente yo he logrado vivir solo de la música.
PRIMERA PARTE: Salsero y jarocho
SEGUNDA PARTE: Noche de luna en Xalapa
https://youtu.be/7CSsCTdRZlo
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