Cuando Michel Camilo vio al bailaor español Raúl, dijo: «es un gran percusionista (…) produce muchos timbres diferentes con sus pies», estaba grabando su álbum On fire y lo invitó al estudio, del encuentro surgió un pieza a dueto, improvisada, que se llama Hands and Feet. Fue posible porque en el flamenco, como en el son jarocho, el baile, además de serlo, se constituye también en un instrumento de percusión.
Algo similar sucederá el próximo sábado en La Culpa, la bailarina méxico-estadounidense Vanessa Sánchez y la sonera chilango-jarocha Laura Rebolloso, unirán sus virtudes en un espectáculo que han llamado Ritmos de pies y cuerdas. En cuanto me enteré, llamé a Laura, esto registró mi grabadora:
«Vanessa Sánchez es bailarina profesional y coreógrafa, ha hecho giras en varios lugares de Estados Unidos y de Europa y ha sido becaria de la ciudad de San Francisco para hacer puestas en escena. Nació en San José, California, pero sus abuelos son de Orizaba y desde hace varios años estaba buscando su raíz en México, especialmente en Veracruz, encontró el son jarocho y dijo de aquí soy, se compró una jarana y empezó a tocarla.
«Vive en San Francisco, en un barrio de los más interesantes de la cultura chicana, se llama The Mission, es un barrio mexicano en el que hay un movimiento de resistencia cultural muy importante, está lleno de murales, de colores, de taquerías, de tienditas de abarrotes tipo mexicano donde te venden desde jabón Zote hasta mole, cualquier clase de chile, piñatas, tiene la carne como en la carnicería del barrio y un montón de productos mexicanos.
«Yo tengo muchos alumnos que se quedan aquí en mi casa por una semana o 15 días para hacer residencias artísticas, a veces les dan becas para que vengan, vienen músicos o bailarines, desde hace algunos años ella viene cada verano.
«Yo he dado clases de baile en la Facultad de Danza y en muchos lados, en mis clases, pongo el ejemplo de cuáles pasos van a hacer pero yo no bailo, me pongo a tocar la leona y voy marcando los ritmos, los acentos. No les pongo un disco y les digo, como maestro de ballet folclórico: cuatro vueltas a la izquierda, cuatro vueltas a la derecha, sonrisa y vuelta, sino que hago que bailen siguiendo las figuras la música. Las pongo a hacer los ritmos de mujeres pero más ternarios o con figuras rítmicas tradicionales antiguas que ya se han perdido, que son más fraseadas, más cantadas con los pies, entonces, mis alumnas tienen más musicalidad y por eso viene Vanessa hasta acá, porque le gusta aprender el lado más musical de la danza, hacer música con los pies y ponerle más énfasis al cambio de compases, a los acentos, al discurso rítmico. Tiene mucha experiencia en la danza y se ha especializado en el tap, entonces también tiene su lado afro, baila La Bamba pero le pone más énfasis al ritmo y no baila nada cuadrado, baila como si fuera una jarana.
«Ahorita está aquí y el sábado vamos a presentar un espectáculo al que le pusimos Ritmos de pies y cuerdas. Nos van a acompañar Paquito Cruz [piano] y Carlos Zambrano [bajo], ellos han estado tocando conmigo, ya se saben mi repertorio y además saben tocar sones con las rítmicas tradicionales. Vamos a presentar sones en formato tradicional pero también piezas mías. Mis composiciones siempre están abiertas a la improvisación, entonces, ella va a hacer varias intervenciones en las que va a hacer música con sus pies. También va a bailar unas dos piezas de jazz, acompañada por Paquito y por Pachi [Carlos Zambrano], a lo mejor baila algo de lo que cantaba Ella Fitzgerald.
«La leona tiene una forma de tocarse muy a la percusión y a los acentos polimétricos, entonces vamos a hacer también alguna cosa experimental, improvisada, de leona con pies. Ahora tengo un proyecto que se llama Leoneras y Vozarronas, y también vamos a hacer una intervención, somos un cuarteto pero en esta ocasión vamos a tocar a trío Arantxa Peláez, Verónica Roa y yo.
«Vamos a cerrar con un son jarocho participativo en el que van a estar mis alumnos y gente del público, invitamos a todos los que quieran participar para hacer una pieza colectiva en la que todo mundo pueda jaranear, cantar y bailar, va a haber una tarima.
«Va a ser el sábado 14 de julio, a las 8:30 de la noche, en La Culpa [Barragán 5, centro], esperamos que vaya mucha gente».
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