El final a 144 días. Imprescindible evaluar a los que están y ya se van.

Y también, conocido el resultado electoral, hay que ocuparse inmediatamente  de la realidad. Millones y millones de personas no pueden, ni deben ser condenados a más limitaciones y sacrificios inhumanos, mientras unos cuantos se benefician de la desgracia general.

Dicho de manera, simple y sencilla: el trabajo apenas empieza, necesidades y problemas sociales exigen inmediata atención y solución. Imprescindible contar con autoridades legítimas y eficientes. No especialistas en beneficiarse y sacar provecho personal, familiar o de grupo; ni los adictos a promover y apoyar  escándalo, entretenimiento mediático,  distracción y  simulación, con cargo al presupuesto.

Hay que fortalecer y unificar voluntades en la diversidad. Esto no lo puede hacer solo una persona o grupo, requiere de múltiples y diversos  esfuerzos, coordinados y enfocados a objetivos comunes.

Seguridades y facilidades, a la participación ciudadana y social permanente en todos los asuntos oficiales; misma que debe ser libre y plural, responsable y efectiva, tanto de posiciones como de oposiciones; tanto de gobernantes y servidores públicos, como de personas y organizaciones en general.  Prioritario propiciar la organización, unificación y movilización de  contribuciones y apoyos al esfuerzo común.

Hasta hoy, para demasiados,  lo prometido es deuda; la ley es letra muerta ante corrupción e impunidad crecientes; y la inestabilidad social aumenta, al fomentarse  inseguridad y violencia. Ante inconformidad y hartazgo social desatendido y en aumento, resistencia y desobediencia civil, se fortalecen.

Insistir y señalar.  El clamor generalizado es pasar del dicho al hecho. Concretamente, hacer realidad promesas y compromisos, de gobernantes, funcionarios y servidores públicos; evaluar permanentemente a todos, sin excepción.

Insistir y repetir siempre, en cumplir y hacer cumplir la ley, para autenticar una Justicia efectiva; y, desde luego, para garantizar el ejercicio pleno de derechos y libertades, individuales y sociales.

Enseñanzas y experiencias. Conocimientos y sapiencias. Lo aprendido ahí está, hay que aprovecharlo, no olvidarlo ni menospreciarlo, sobre todo en la atención a las necesidades básicas, individuales y colectivas..

Saberes y vivencias, intenciones y realizaciones, teoría y práctica de elementales lecciones que deben recordarse y aplicarse, en la afanosa e interminable búsqueda y aplicación de soluciones, a los problemas sociales prioritarios.

Votar es lo más sencillo y elemental. El verdadero sentido de la participación y evaluación ciudadana y social, es realizarlas  efectiva, permanente y ampliamente, frente a toda actividad oficial o asunto público.

Por autoridades legítimas y eficientes.

Indispensable fortalecer el derecho y la institución, para garantizar  legalidad y legitimidad de la autoridad constituida. Credibilidad y confianza. Obtener sin pretextos, logros y avances.

Tener claro y presente la causalidad de lo que sucede, el por qué y sus consecuencias. No conformarse con repetir y repetir, para  pagarlas y padecerlas.

Urge impedir ineficiencia y delincuencia gubernamental; erradicar simulación, complicidad y continuidad de la impunidad. No más aparentar ciudadanización. ¿Cuáles comisionados ciudadanos?

En otro sentido, debe reconocerse como autoridad,  sólo si protege  y apoya, la defensa y ejercicio de derechos y libertades; si reclama, el cumplimiento completo y puntual de responsabilidades y obligaciones.

Tener siempre presente, que cuando se viole la ley, se abuse o se cometa una injusticia, la presencia, intervención y decisión de la autoridad, crece en importancia y se convierte en un factor determinante de sacrificios y perdidas (algunas irreparables), o en utilidad y beneficios (incluyendo los ilegales).

La autoridad gubernamental es, en cualquier sociedad, clave para la solución de conflictos y problemas; y también para garantizar la convivencia civilizada y pacífica,  así como para proteger el patrimonio e integridad  física de las  personas. Por lo tanto, no es ni pueden aceptarse ineptos y corruptos. Condenable la autoridad que permite, alienta y hasta realiza actos delincuenciales; si apoya y fomenta, en forma activa o pasiva,  múltiples formas de ineficiencia y conducta criminal.

En todo caso, se debe disponer de información básica para hacer señalamientos, análisis y propuestas consistentes; y también, para identificar y separar acierto de error, logro de pérdida, retroceso de avance.

De ahí que se debe insistir en señalar y denunciar a quienes, desde el gobierno impiden la transparencia y el acceso a la información pública; a quienes simulan o distorsionan la rendición de cuentas, la fiscalización y la evaluación social de las actividades gubernamentales,
Impostergable erradicar opacidad e imponer evaluación social, a todos. Mucho por hacer, corregir o consolidar, que exige un mayor esfuerzo individual y colectivo.

En Veracruz, perseverar, insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?

Determinante valorar a toda autoridad, en todo tiempo y lugar, para exigir que funcione bien  y que garantice representatividad y legitimidad, participación y evaluación social.

Más, cuando no se imparte  justicia eficaz ni oportuna. Cuando la aplicación de la ley es negada o simulada,  condicionada y favorecida, negociada y distorsionada, ya que entonces se estimula y alienta  desconfianza  e inconformidad,  convirtiéndose en  multiplicador de problemas y conflictos sociales.

En este contexto no es extraño encontrar que se afirme, que la delincuencia activa empieza con la comisión y la complicidad gubernamental;  que la pasiva, con la omisión, el disimulo y el dejar hacer, de la burocracia en general;  y que,  lo que más alienta el crimen organizado o desorganizado, espontaneo o improvisado,   es  el desinterés personal y  la indiferencia social,  la desidia ciudadana,  el abandono político y la insensibilidad de los medios de comunicación  que, a conveniencia, callan o no informan,  oportuna y objetivamente, o que deforman y desinforman  intencionalmente.

Seamos responsables, de gobernar al gobierno.

-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH