Prefacio.

Desde los más diversos puntos de la entidad llegan reportes sobre “movimientos sospechosos”. Gente desconocida, en grupo y moviéndose en potentes camionetas, recorren poblados y cabeceras municipales. *** Es la “movilización” que organizó el gobierno estatal para inhibir la participación de simpatizantes del PRI y de Morena. *** El robo de boletas, la persecución a operadores políticos de los candidatos opositores, el desplazamiento de la policía estatal con el argumento de que tienen instrucciones de “garantizar unas elecciones pacíficas”, son reportes recurrentes desde el norte, centro y sur de Veracruz. *** Ya lo han advertido importantes actores políticos: “Se está gestando el más grande fraude electoral en la historia de Veracruz”. *** Y a pesar de la insistencia en negarlo, todo parece indicar que al menos algunos acuerdos pudieron haber alcanzado el gobierno federal y el de Veracruz en materia política. *** No puede ser casual que, justo a unas horas de la jornada electoral, la Procuraduría General de la República (PGR) haya decidido entregar al Gobierno de Veracruz un departamento ubicado en Boca del Río, que le fue asegurado al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. *** El famoso departamento de la Torre Pelícano, donde en muchas ocasiones despachaba el entonces gobernador, es uno de cuatro departamentos que había asegurado la instancia federal, pero que no había sido entregado al Gobierno del Estado porque estaba habitado por personas que pagaban una renta. Una vez que se venció el contrato, el inmueble fue trasladado al dominio del Estado. *** ¿Acaso dicho trámite no pudo realizarse el próximo lunes?

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En los ámbitos político y periodístico es bien sabido que muchos de los comentarios, trascendidos o “tips” que se publican en medios nacionales son producto de transacciones económicas, o veladas amenazas que sirven para “sensibilizar” a algunos gobernantes.

Este jueves fue publicado en la columna “Kiosko” del periódico El Universal, un comentario en el que se revive una ya vieja historia de corrupción y abuso de autoridad.

El trascendido dice:

“Se encienden focos rojos en penal de Pacho Viejo. Nos cuentan, desde tierras veracruzanas, que una bomba de tiempo está a punto de explotar en el penal de Pacho Viejo, uno de los más grandes del sistema penitenciario del estado y donde actualmente se encuentran presos media docena de ex funcionarios del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. La razón, nos confían, es que quien tiene un peso importante en la toma de decisiones en el interior es una mujer que purga una condena por secuestro, quien, se comenta, mantiene bajo su yugo a los reos e incluso a los propios empleados debido a que tiene una relación muy cercana con el director del centro penitenciario Gabriel Jiménez Ramírez. A ello, nos mencionan, se suma que hay una queja ante Derechos Humanos, pues una interna denunció que fue atacada sexualmente por el propio director. Ahora lo que se teme, nos dicen, es que de no haber una intervención inmediata, se ponga en grave riesgo a la población penitenciaria y todo termine por explotar”.

La bomba, al parecer, tiene un reloj de larga duración, pues ya desde hace mucho tiempo se conocen en el estado los abusos de este servidor público de ínfimo rango, pero de grandes ínfulas.

En septiembre del 2017, el periodista Álvaro Belín advertía:

“Gabriel Jiménez Ramírez llegó a Veracruz, proveniente de la Ciudad de México, para incorporarse a este gobierno como Subdirector de Reinserción Social, y ya entonces se jactaba de su muy cercana amistad con el actual secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, y con el mismísimo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, con quienes habría trabajado en la Dirección General de Prevención y Readaptación Social y en la Subsecretaría de Sistema Penitenciario”.

Una vez en Pacho Vierjo, según narra Álvaro Belín, se conocían algunas de sus tropelías:

“Además de hacer cambios arbitrarios de personal y ordenar acciones que desarticulan el trabajo cotidiano, como cuando permitió que personal que vivía lejos del penal abandonara sus tareas a mediodía por la inminencia de la llegada del huracán Katia, Gabriel Jiménez Ramírez está cobrando los beneficios del puesto, al tener el control de la panadería y la tienda de abarrotes, además de sacarle jugo a las visitas íntimas y a la renta de celdas, entre otras minucias”.

Cegado por la soberbia y el desprecio que le tiene a la prensa (a la que lo critica y a la que se arrastra en pos de sus migajas) el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares desoyó el aviso.

En abril del presente año, el analista Luis Alberto Romero retomó el tema:

“Gabriel Jiménez, quien hizo migas con Arturo Bermúdez Zurita, como aquí lo comentamos, para darle facilidades con la telefonía y otros favores, ahora ha generado molestia entre los internos porque los obliga a comprar en una tienda que curiosamente él le habría instalado a una interna de nombre Liliana Guzmán Alarcón, a quien al parecer está muy interesado en ayudar”.

Tanto Álvaro Belín como Luis Alberto Romero recuerdan, en sus artículos, aquel motín e intento de fuga ocurrido el 17 de enero de 2008 en el penal Neza-Bordo, en el que participaron 700 internos que tomaron de rehenes a 16 custodios, a uno de los cuales desollaron, y obligó a la intervención de más de 2 mil policías para darle control y solución.

Entre las demandas estaba la destitución director del penal Gilberto Trinidad Gutiérrez y del subdirector, Gabriel Jiménez Ramírez.

Ell propio periódico El Universal publicó el 22 de marzo del 2011, en un espacio que abre a sus lectores (“Rep. Ciudadano”) el siguiente comentario:

“Abuso de autoridad en Neza. Los empleados del C.P.R.S Neza Bordo estamos hartos del abuso de autoridad de la Lic. Hortencia Macias Hernandez y el Lic. Gabriel Jimenez Ramirez directora y subdirector del centro, quienes siempre se dirigen a los empleado con palabras altisonantes y amenazas constantes, además de prohibirnos ingresar alimentos (ni una taza de té puede pasar), nos tratan peor que a los internos y nadie habla por temor a las represalias”.

La prepotencia y corrupción del “amigo” del gobernador Gabriel Jiménez Ramírez es, pues, legendaria. Nada puede hacer contra él el titular de Prevención y Reinserción Social, Raúl Platón del Cueto Morales (aquel que se llevó a Gerardo Ortiz Arellano a trabajar al penal de Ciudad Juárez, quien fue asesinado, junto con su hijo, en noviembre del 2010).

Gabriel Jiménez tiene muy cerca el mejor ejemplo de lo que les sucede a quienes desoyen las voces que los llaman a la prudencia.

Hoy es carnicero, pero… ¿y mañana?

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Epílogo.

Y como para que la gente no salga a votar, de pronto se recrudece la violencia, esa que causa pánico e inhibe la participación ciudadana. *** En Córdoba, un grupo armado mató a un hombre y “levantó” a otro, luego de un ataque armado a un vehículo en movimiento. Los hechos ocurrieron sobre la avenida 2-A entre calles 31 y 33 de la colonia Flores Magón de aquella ciudad. Las víctimas viajaban en un automóvil Volkswagen Gol color rojo, cuando fueron atacados por sujetos armados. El conductor de la unidad intentó escapar pero fue alcanzado y asesinado por los delincuentes. *** Y en el sur, en Jáltipan, dos personas fallecieron y un menor resultó herido de bala, como saldo de un ataque armado, la tarde del jueves. Los hechos ocurrieron de las 13 horas en la calle Miguel Hidalgo entre Lerdo y Galeana. Un hombre que era perseguido intentó refugiarse en una tienda de ropa, pero a tiros fue privado de la vida junto con la encargada del negocio. Además, un menor de edad resultó herido.

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