El fetichismo por los automóviles es algo normal, pero existen personas que sobrepasan su gusto por estos íconos de la velocidad convirtiendo su amor en una parafilia ––patrón de comportamiento sexual––. Una filia es una afición o atracción a determinadas situaciones, por lo tanto, significan lo contrario que las fobias, que hacen referencia a los miedos.

En este caso, la mecanofilia es un tipo de parafilia en la que se siente una atracción sexual por las máquinas, sobre todo hacia los coches o vehículos de cuatro ruedas. Pero también se pueden sentir atracción por una bicicleta, robot, un tostador; el tamaño del artefacto no importa. Sin embargo, la atracción por los coches es la más común.

El caso Edward Smith

Es probable que recuerdes que en 2008: un hombre llamado Edward Smith hizo público su romance con más de mil coches. Un romance que incluía sexo.

En sus últimos 45 años, Smith únicamente ha tenido relaciones sexuales con una persona; sus demás experiencias las ha tenido con automóviles. El hombre de 62 años de Yelm, Washington, Estados Unidos es el mejor ejemplo de lo que significa una persona que padece de mecanofilia.

Smith considera a su Volkswagen Beetle blanco del 74 su novia, a la que nombró Vanilla y de la cual dice vivir una relación abierta, ya que también tiene relaciones sexuales con su Opal GT de 1973 llamado Cinnamon y una Ford Ranger llamada Splash.

“Voy más allá apreciando la belleza de un coche en el punto de que lo que siento es una expresión de amor”, dijo Smith.

Este hombre afirmó hablar con el coche, tener citas románticas con su Volkswagen y también que se  preocupaba del bienestar y seguridad de su “novia” como si se tratara de una persona.

“Sé que algunas personas lo verán raro, pero hay muchas cosas raras en este mundo . No estoy lastimando a nadie y no pretendo lastimar a nadie”, dijo Smith.

Con información de Muy Interesante