Hace sesenta y cinco millones de años se extinguió el último dinosaurio no aviario. Igual que los gigantescos mosasaurios y plesiosaurios en los mares y los pterosaurios en los cielos. La era de extinción de los dinosaurios marcó el fin del reino de terror del Tyrannosaurio rex y abrió la puerta a que los mamíferos se diversificaran y evolucionaran rápidamente.

Una nueva investigación de la Universidad de Texas en Austin en colaboración con la Academia China de Ciencias concluyó que existe un grave problema con la imagen clásica que a lo largo de muchos años se ha proyectado en películas o ilustraciones del T-Rex.

¿Qué nos dice la investigación?

Según el estudio, publicado en PLOS One, el Tyrannosaurio rex  no podía sacar su lengua, debido a que la mayoría de estos mamíferos la tenían anclada al fondo de su boca, lo que impedía que la extendieran, al igual que los caimanes. Los investigadores compararon huesos hioides ­­––que son aquellos que sostienen y sujetan la lengua–– de aves modernas y cocodrilos, con la de algunos restos conservados de pterosauros (voladores) y caimanes, pues esos tipos de animales están relacionados.

“Las lenguas, normalmente, se pasan por alto, pero con frecuencia ofrecen ideas sobre el estilo de vida de animales extinguidos”, explicó el autor principal del estudio Zhiheng Li de la Academia China de ciencias.

El informe, que salió a la luz antes del estreno de la nueva película de Jurassic Park, revoca todas las representaciones populares de dinosaurios que los muestran con las bocas abiertas y las lenguas colgando.

“Han sido reconstruidos de forma incorrecta durante mucho tiempo”. “En la mayoría de los dinosaurios extintos, sus huesos de la lengua son muy cortos. Y en cocodrílidos con huesos hioides igualmente cortos, la lengua está totalmente fija en el piso de la boca “, dijo Julia Clarke.

Esta no es la primera vez que Clarke desmiente una creencia aceptada sobre los dinosaurios, pues en 2016 estudió cuáles fueron los sonidos que emitían estos animales, para concluir que podían ser similares a los de cocodrilos y avestruces, en lugar de rugidos, como escuchamos en las películas.

Con información de Muy Interesante