Aunque la ley les permite realizar actos de proselitismo hasta la media noche del miércoles, los cierres de campaña más importantes de los candidatos presidenciales se llevaron a cabo este fin de semana. Los resultados fueron más que contrastantes.

Mientras AMLO tomó el riesgo el hacerlo en Veracruz –estado gobernador por uno de sus principales adversarios políticos- , José Antonio Meade apostó por la fuerza del PRI mexiquenses, en un evento en el que reunió a algunos gobernadores priistas del país. Las reseñas de ambos mítines muestran una radiografía distinta a lo que marcan las encuestas; en todo caso, es evidente que ni los mítines ni las encuestas decidirán la elección.

En el caso de Veracruz, Andrés Manuel pagó un alto costo por el derecho de piso. Hasta ahora, no hay una explicación razonable de porqué decidió realizar su cierre en el estadio Luis “Pirata” Fuente. Las razones son variopintas: se programó para la misma fecha y hora del juego de la selección nacional en contra de Corea; se eligió un inmueble bajo la responsabilidad del Gobierno del Estado y que controla la autoridad municipal –literalmente se metió a la cueva del lobo-; la zona conurbada es un bastión del panismo, donde Morena tiene una presencia marginal.

¿Quién convenció a Andrés Manuel de provocar la tormenta perfecta? ¿En verdad Cuitláhuac y Manuel Huerta no sabían lo que podría pasar? El resultado fue un acto desangelado, sin convocatoria, con imágenes llenas de gradas vacías. Incluso, el propio aspirante el gobierno estatal volvió a trastabillar al tratar de explicar su fracaso. Culpó –y luego se retractó- que se había tratado de un boicot. Tanta ingenuidad llama a la ternura.

Toluca fue lo contrario. Desde el estado con el mayor número de votantes del país, el león herido en el que se ha convertido el PRI, rugió con la fuerza de 40 mil militantes; no es solamente la tierra del presidente Enrique Peña Nieto. Es el territorio de una clase política que ha estado en los niveles de gobierno más importantes desde el último medio siglo.

Contrario a estados como Veracruz, por ejemplo, donde sobran los dedos de la mano para contar a los paisanos que estén en el gabinete, que presidan las Cámaras o que destaquen en el ámbito político nacional.

Desde Toluca, Pepe Meade ya decidido apostar su resto. El candidato a la Presidencia por la coalición ‘Todos por México, aseguró que la educación y la salud serán el centro de su proyecto. Aunque recurrente, esta ha sido una oferta de campaña que no ha encontrado soporte en las finanzas públicas; su paso por la Secretaría de Hacienda le da argumentos para, ahora sí, hacerlo posible.

En un discurso en el que repasó algunas de sus principales propuestas de campaña, Meade se comprometió a trabajar por México unido. “Hoy aquí estamos los que, como muchos mexicanos, encontramos en nuestra familia valores, los que encontramos en nuestras trayectorias honradez, integridad, trabajo en equipo, los que hablamos por un servicio público decente”, dijo.

“Vamos a encabezar un gobierno honesto, honorable, haciendo gala de los valores que aquí están hoy reunidos. El que no pueda ver a los ojos al ciudadano, el que no pueda ver a los ojos a sus hijos, no tiene nada qué hacer aquí, ni con nosotros”, subrayó.

Aseguró que su proyecto de gobierno ha sido construido con las familias, los hombres, los jóvenes, las mujeres y el mejor momento de la campaña será el primero de julio que gane la elección. “Queremos un México unido, un México con certidumbre, un México de empleos. Aquí decimos no a la división, no a la ocurrencia, no a la falta de experiencia. México merece un futuro con certidumbre, prosperidad, inclusión, empleo y eso es lo que está en la boleta”, enfatizó.

Mencionó que en los próximos días tocará hacer un llamado a la reflexión y convencer de que el futuro de México está en nuestras manos y eso es lo que nos mueve a ganar y sostuvo que a su lado están los que saben trabajar en equipo, que defienden la educación pública, han construido instituciones de educación superior autónomas y han propuesto programas sociales que acompañan y ayudan a salir adelante a las familias.

“Seremos serios en apostarle a la prevención, a la disuasión. Vamos por un México en donde el ciudadano sepa que cuando denuncie se va a investigar y que el delincuente sepa que cuando se viola la ley, lo vamos a castigar”, enfatizó.

En una semana, el futuro del país estará decidido. La democracia no puede apostar a la desaparición de sus jugadores. El PRI ha demostrado que está vivo y que es capaz de ganar; eso es bueno para mantener vigente un sistema de partidos –donde también juegan Morena, el PAN, el PRD y otras fuerzas políticas-, hasta que la propia ciudadanía decida lo contrario.

Las del estribo…

  1. Esta semana se acaban los mítines, las encuestas y las campañas políticas. El próximo domingo estaremos eligiendo Presidente y Gobernador; la polarización del país requiere que tomemos la decisión de manera reflexiva, y que una vez que hayamos votado por nuestros candidatos, hagamos nuestra tarea como ciudadanos. No elegimos a un gobernante sólo para echarle la culpa de nuestros males.
  2. El caso de los policías de Martínez de la Torre es realmente grave. La descomposición social en ese municipio es absoluta. Frente a los delincuentes, actúa la autoridad; pero frente a una autoridad que delinque no hay defensa posible, porque tienen la impunidad a su favor. ¿Cuántos otros casos así habrá en Veracruz?