De las contadas cosas buenas que ha tenido esta demencial administración de dos años, que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares, está que su acentuada fobia hacia los medios de comunicación y sus trabajadores, los periodistas, hizo que muchos de los que Fidel Herrera y Javier Duarte inventaron como comunicadores sin contar con méritos de nada, han ido desapareciendo ante el estado de inanición en que los dejó el gobierno. Han logrado sobrevivir los periodistas profesionales comprometidos con la sociedad, y se han fortalecido algunos dotados de habilidades especiales, camaleónicas, quienes lograron tratos económicos con el yunismo a cambio de encomiar permanentemente todas las acciones del gobierno estatal y las del hijo del gobernante, candidato al gobierno estatal. Pero a esos, nadie los toma en cuenta, son profesionales del elogio y la apología, el enaltecimiento, la loa y la alabanza; no son periodistas, son aplaudidores a los que la sociedad no toma en cuenta. Son pocos los que han sobrevivido a la crisis pero son los que saben que este oficio implica sacrificios, malos momentos en la vida personal, pero grandes satisfacciones al participar en la orientación adecuada e imparcial de la realidad social. Y en estas fechas, cuando se celebra el “Día de la Libertad de Expresión”, queremos sumarnos a la felicitación para aquellos que a diario luchan por sobrevivir y cumplir con su compromiso de informar y orientar a la sociedad con profesionalismo. Bienvenida la crítica, decía uno de los grandes políticos que han pasado por Veracruz, don Fernando Gutiérrez Barrios, autor de la acertada frase: “La prensa es el espejo del poder”.