¿En verdad ninguna autoridad sabe por qué la empresa Gas Natural del Noroeste sigue construyendo su infraestructura para la instalación del gasoducto de Xalapa, a la vista de todos y en plena luz del día? ¿Es lógico que el Ayuntamiento de Xalapa finja demencia y acuse que investigará el por qué continúan estos trabajos? ¿No es más fácil exigir a la empresa la documentación correspondiente y si esta existe, dejarlos en paz; y si no, clausurarla? ¿Por qué hasta ahora, muchos meses después, la legalidad del proyecto sigue siendo una incógnita?

Todas estas son preguntas sin respuestas porque el gasoducto, paradójicamente, no huele a gas sino a business e hipocresía.

Basta hacer cualquier construcción o remodelación de una casa particular, en el lugar más discreto, para que una parvada de inspectores municipales lleguen a exigir los permisos de construcción, so pena de una clausura inmediata, sin la ventaja de la “investigación previa” que la autoridad municipal ha ofrecido en el caso del gasoducto.

Desde hace unos días se retomaron los trabajos para la instalación del gasoducto de Xalapa, ahora sobre la carretera Xalapa – Veracruz, en el tramo de mayor tráfico de la ciudad. La obra se realiza justo frente a la Hospital Ángeles, por lo que habitantes de la unidad habitacional Pastoresa hicieron la denuncia pública correspondiente.

Imágenes y crónicas de diversos medios de comunicación, muestran que la tubería aún expuesta es idéntica a la instalada hace algunos meses en la zona del Lencero y la carretera a Coatepec, misma que fue clausurada en su momento por las autoridades estatales; sin embargo, hasta el momento ni el gobierno municipal ni el del estado, han emitido información sobre si existen los permisos que autoricen la instalación del polémico gasoducto.

Hay que recordar que de acuerdo al plan original, la línea de conducción correrá incluso por la avenida Murillo Vidal para continuar por todo el circuito Presidentes, hasta conectarse con la tubería ya instalada en la recién remodelada autopista a Coatepec, lo que sería su último tramo antes de abastecer a la empresa Nestlé.

Según se observa, los trabajos presentan un avance significativo, pues con el apoyo de maquinaria ya fue abierto el trazo por donde se pretende introducir la línea de conducción de gas. ¿Es posible hacer esto sin la anuencia de autoridad alguna?

Este lunes, el alcalde de Xalapa Hipólito Rodríguez dijo desconocer la introducción del gasoducto que se realiza en los alrededores del Hospital Ángeles y aseguró que la Dirección de Desarrollo Urbano ha analizado el comportamiento de la empresa Gas Natural del Noroeste y su interés por introducir una línea de gas natural. ¿Dónde vive este señor que de nada se entera?

Y aunque descartó que los representantes legales hayan solicitado audiencias o nuevos permisos para continuar con la obra, el alcalde insistió en que técnicamente el proyecto no cuenta con los requisitos para su ejecución en el municipio. Además de que se mantuvo firme en su rechazo al gas natural. ¿Y entonces por qué no la clausura?

En marzo del año pasado, dijimos que la aprobación del gasoducto por parte de la administración de Américo Zúñiga podría ser el tiro de gracia para el PRI en la ciudad de Xalapa. Y lo fue. Tal vez la estrepitosa derrota política del ex alcalde no tenga que ver directamente con este tema, pero si le llevó muchos votos a la parcela de la oposición.

Ahora que Morena es gobierno, el resultado ha sido el mismo. Américo Zúñiga por lo menos fue congruente y defendió públicamente el proyecto, mientras que la actual administración mantiene su discurso de rechazo, pero en las sombras, deja que el gasoducto siga su camino.

En muchas partes del mundo –y de México, por supuesto-, este tipo de instalaciones son muy comunes, sobre todo en zonas densamente pobladas. Hasta ahora, el número de accidentes es mínimo si se considera los millones de kilómetros de gasoductos que corren por cientos de ciudades.

Si esto es así, lo que deben hacer las autoridades es reconocer que el proyecto está en regla y que continuará su desarrollo –ese fue acaso el acierto del gobierno municipal anterior aunque haya tenido un alto costo político-. Hasta ahora sólo ha sido una bandera de candidatos y partidos políticos.

El puente de la discordia en Las Animas y ahora la instalación del gasoducto, han puesto en entredicho la credibilidad del alcalde. En ambos casos, se trata de obras que no fueron autorizadas por la actual administración, sin embargo, han gozado de sospechosa complacencia.

Como decía Les Luthiers, tal vez el alcalde ya se dio cuenta para qué sirve el trono.

Las del estribo…

  1. Este martes estará López Obrador en Xalapa. Seguramente llenará la Plaza Lerdo como lo ha hecho en sus últimos periplos de campaña y traerá un discurso antiyunista que se vende muy bien entre sus huestes. Sin duda, sigue siendo un personaje en el ánimo de los veracruzanos, no obstante, no será suficiente para inflar a un candidato que cada día se ve más errático y ausente.
  2. La incorporación del noticiero de Javier Solórzano a la programación de Radio UV podría ser pretexto para una frívola controversia. La decisión sólo obedece a la labor de cooperación establecida entre Canal Once y la Universidad Veracruzana. El puritanismo académico sólo empobrece a la Casa de Estudios y al esfuerzo de ampliar los horizontes de una radio con pretensiones.