“Sergio Pitol era un perfecto caballero del siglo XIX”, aseguró la catedrática del Colegio de Letras Hispánicas de la Universidad Nacional Autónomo de México (UNAM), Luz Fernández de Alba.

Al recordar el escritor recientemente fallecido, dijo que a pesar de sus múltiples premios internacionales, su sencillez y caballerosidad eran conocidas por todos.

Ante los pocos asistentes al homenaje, recordó un pasaje de su larga amistad con el escritor de “El arte de la fuga”, en el que tras su mudanza a Xalapa, la recibió junto con su esposo en un hogar, sin muebles, pero con toda la caballerosidad de lo distinguía.

“Eso nunca se me va a olvidar, puso unas colchonetas en su sala porque no tenía muebles, y empezamos a ver una película de Fellini, y a la hora de dormir me cedió su recámara y él se durmió en el suelo, así era de uno, de caballeroso”.

La académica bromeó que cuando Sergio Pitol cumplió 60 años de edad, le llamó por teléfono para hacerle una pregunta que este contestó con el humor que lo caracterizaba.

“Cuando cumplió 60 años le hable por teléfono y le pregunté qué se sentía cumplir 60 años y me dijo que todo e igual, solo que se hacen más lentas las cosas. Me dijo, ‘me levanto, me siento en mi cama para amarrar las cintas de mis zapatos y cuando termino es hora de quitármelos”.

La catedrática aseguró que no solo tuvo el privilegio de ser amiga del escritor, sino de vivir en la casa en la Ciudad de México que alguna vez fue de él, luego de que este la vendiera para vivir en Xalapa.

Y aún tras la mudanza, recordó que su comunicación era constante mediante llamadas telefónicas que lo mismo servían para platicar que para ponerse al tanto de una telenovela colombiana.

Luz Fernández de Alba dijo que el legado de Sergio Pitol es tal que incluso su libro de “El desfile del amor” se convirtió en el tema obligado estudio para los dos años siguientes en todas las instituciones de educación superior y media superior.

Perla Sandoval/Avc