Durante su participación en el Foro organizado por el Consejo Coordinador Empresarial, el candidato de Morena a la gubernatura, Cuitláhuac García, cometió una pifia garrafal de la que se puede arrepentir todos los días de su vida. Y es que esa pifia le puede costar la gubernatura.

Sin una base sólida, sin argumentos con qué sustentar su afirmación, dijo que más del 60 por ciento de los jóvenes encontrados en las fosas clandestinas de Veracruz eran delincuentes que tenían antecedentes penales.

Su errático vocabulario a la hora de describir la manera en que los jóvenes se involucran con la delincuencia hizo que se prendiera la mecha. Y la respuesta vino de inmediato.

Integrantes de los Colectivos que buscan desaparecidos lo acusaron de ignorante, insensato, e inhumano.

Madres de familia que cargan con la incertidumbre inenarrable de no saber dónde están sus hijos, dijeron que las declaraciones del candidato son irresponsables pues sólo ha sido identificado el 6 por ciento de los 287 restos humanos encontrados en un predio de Colinas de Santa Fe.

La señora Victoria Delgadillo Romero, que pertenece a uno de los Colectivos, le exigió que “deje de agarrarnos de bandera” y si tiene pruebas de sus señalamientos las presente ante las autoridades.

Alguien dijo que las palabras de Cuitláhuac fueron “políticamente incorrectas” pero eso no es verdad. Fueron una gravísima falta de sensibilidad y humanidad si se toma en cuenta que para una madre no hay hijo malo.

Nadie duda que entre los cuerpos encontrados haya jóvenes que tuvieron que ver con la delincuencia, pero Cuitláhuac García no es nadie para soltar un comentario de esa naturaleza a unas madres, padres y hermanos, que bastante tienen con el dolor de haber perdido a un ser querido y que además tienen que buscarlo en fosas clandestinas.

Al asegurar que el 60 por ciento de los jóvenes desaparecidos menores de 30 años pertenecen a bandas delincuenciales y son responsables de disparar los índices delictivos en la entidad, el candidato de Morena actuó con muy mala leche.

¿De dónde sacó el porcentaje? ¿De dónde está dando por sentado que seis de cada 10 de esos muchachos eran criminales?

La señora Delgadillo Romero dijo que a su hija desaparecida la investigaron las autoridades “hasta mas no poder” y nada le encontraron. “Mi hija está limpia y no es ninguna delincuente”.

Con ira mal contenida le mandó decir al candidato: “Primero que se lave la boca, porque nuestros familiares no son delincuentes ni corruptos como él”.

¿Hubo una disculpa de Cuitláhuac? Sí, sí la hubo. Interrogado por el periodista Joaquín López Dóriga, dijo textual: “Hay una campaña negra contra mi tergiversando la información de que estoy criminalizando a los jóvenes. Yo me disculpo con las madres que están en busca de sus hijos, no estoy utilizando políticamente el tema, por el cual estoy implementando el programa de atención a los jóvenes. Se les ha hecho a un lado, es un sector productivo (que) económicamente puede dar mucho”.

Y listo.

Tras la fenomenal pifia, bueno sería saber cuántos de los familiares y amigos de los desaparecidos le darán su voto este 1 de julio.

Si las elecciones son cerradas como todo parece indicar, los votos que le nieguen estas personas le pueden costar la gubernatura. Y todo por un garrafal desliz que jamás debió cometer.

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