Con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización #lasvacunasfuncionan
Viruela
El último caso de viruela en España es de 1950. La enfermedad era muy contagiosa y se transmitía principalmente por el aire. Al cabo de unos pocos días la piel se cubría de unos bultitos que no tardaban en llenarse de líquido, como ampollas, y luego exudaban pus, las pústulas. Un par de semanas después se secaban y se formaban costras que, cuando se desprendían, dejaban los típicos hoyos en la piel. También eran frecuentes los vómitos, diarreas y hemorragias. Más del 30 % de las personas infectadas podían morir a los pocos días. Los que sobrevivían, a menudo quedaban ciegos, estériles y con profundas cicatrices y lesiones en la piel. La OMS calcula que el virus de la viruela ha sido responsable de más de trescientos millones de muertos… solo en el siglo xx, más que las guerras mundiales, la gripe de 1918 o el sida juntos. En 1796 el médico inglés Edward Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela. Desde mediados del siglo xx ha habido campañas de vacunación mundiales contra la viruela. Así, se ha conseguido que el último caso de infección natural por viruela fuera el 26 de octubre de 1977: Ali Maow Maalin, un joven somalí de veintitrés años fue la última persona conocida en el mundo que padeció viruela como infección natural. En 1980, la OMS declaró erradicada la viruela. Ha sido la primera y de momento la única enfermedad infecciosa humana erradicada del planeta. Y todo gracias a la vacuna.
Peste bovina
La peste bovina se declaró oficialmente erradicada de todo el mundo en el año 2011. Es la primera enfermedad animal erradicada en la historia de la humanidad. El virus de la peste bovina no es patógeno para el ser humano, y por eso puede darnos la falsa impresión de que no es importante. Pero para el ganado vacuno la tasa de mortalidad puede llegar al 90 %, la enfermedad ha estado presente en Europa, África y Asia desde la época de los romanos y ha causado cientos de millones de muertes de cabezas de ganado a lo largo de cientos de años. Por eso, las epidemias de peste bovina no solo han estado asociadas a grandes pérdidas económicas sino que también han ocasionado grandes hambrunas y muertes en la población humana. Las primeras vacunas contra la peste bovina ya las desarrolló Robert Koch a finales del siglo xix, y luego se han ido mejorando con vacunas cada vez más eficaces. En los años ochenta comenzó un programa mundial para la erradicación de esta enfermedad. El último caso registrado de peste bovina data de 2001 y diez años después se declaró oficialmente que el mundo estaba libre de la enfermedad. Gracias a las vacunas hemos sido capaces de erradicar del planeta dos grandes plagas, la viruela en humanos y la peste bovina.
Poliomielitis
La poliomielitis es otra enfermedad infecciosa que ha causado epidemias desde hace siglos. Está causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede paralizar los músculos de la respiración y causar la muerte, además de deformidades y efectos invalidantes. Puede afectar a personas de cualquier edad, pero es mucho más grave en niños menores de cinco años. Una de cada doscientas infecciones acaba en parálisis irreversible de las piernas, porque el virus puede destruir las células nerviosas de esos músculos. Ha sido una de las enfermedades más extendidas en el siglo xx hasta la aparición del sida. Es una enfermedad para la que no existe cura, solo tratamientos para aliviar los síntomas. Lo que sí existen son vacunas para prevenir la infección. Existen dos vacunas contra la polio, la vacuna desarrollada por Jonas Salk con virus muertos inactivados que empezó a usarse en EE.UU. en 1955, y la desarrollada por Albert Sabin con virus vivos atenuados y debilitados que se administra por boca en forma de gotas, por lo que se conoce como la vacuna de la polio oral. Desde mediados de los años 50 se han vacunado millones de niños en el mundo entero. El número de casos de polio en el mundo ha disminuido de trescientos cincuenta mil en 1988 a sólo veintidós en 2017. Si se sigue a este ritmo, la polio muy pronto será la segunda enfermedad infecciosa humana erradicada del planeta. La polio se erradicó en España en 1982.
Rabia
La rabia es una de las enfermedades virales más antiguas y más temidas. Está extendida por todo el plantea, excepto Australia y la Antártida. Es una enfermedad muy infecciosa entre los mamíferos, particularmente en poblaciones silvestres de perros, coyotes, zorros, mapaches y murciélagos. Los perros son el reservorio o almacén mundial del virus y son responsables del 95 % de los casos de rabia humana. Alrededor del 75 % de las personas infectadas por rabia padecen encefalitis en los primeros días. El periodo de incubación puede ser desde cuatro días hasta seis años, en algunos pocos casos. Lo normal es que la enfermedad dure unos pocos días, en un par de semanas se entra en coma y en un promedio de tres semanas la muerte. Si no se consigue parar al virus y comienzan los síntomas, la mortalidad es prácticamente del 100 %, la rabia es probablemente el virus más mortífero que existe. La OMS estima que cada año más de quince millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento post-exposición con la vacuna y mueren unas sesenta mil personas por rabia, sobre todo en Asia y África. España está libre de rabia desde 1978. La mejor forma de erradicar la rabia es la vacunación de los animales.
Sarampión
El sarampión es una enfermedad infecciosa para la que existe una vacuna efectiva, segura y gratuita. En el año 2002 el continente americano fue declarado libre de sarampión, y la Unión Europea se marcó el objetivo de erradicarla en 2015. Pero de momento no lo hemos conseguido. Todo lo contrario, las autoridades sanitarias han alertado que en los últimos años han aumentado los casos de sarampión en Europa de forma preocupante. El sarampión es una de las enfermedades infecciosas más contagiosas. Se transmite muy fácilmente por vía aérea, a través de los aerosoles y microgotículas que emitimos al respirar. Antes de la vacunación más del 90 % de la población menor de veinte años había tenido el sarampión. En una guardería, si hay un caso de sarampión el 85 % de los niños expuestos pueden llegar a infectarse y el 95 % desarrollar la enfermedad (si no están vacunados). En cerca del 10 % de los casos la infección puede tener consecuencias graves, incluso la muerte. No existe un tratamiento específico y la única medida de prevenirlo es la vacuna. Los ensayos clínicos muestran una eficacia del 93 % con una dosis, alcanzando casi el 100 % cuando se administra la segunda dosis. Confiere protección durante toda la vida. Se estima que entre 2000 y 2016, la vacuna evitó más de veinte millones de muertes en todo el mundo, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública (inmunizar a un niño contra el sarampión cuesta menos de un euro). A nivel mundial, el sarampión en una de las principales causas de muerte en niños pequeños, pero por primer vez en la historia, en 2016 hubo menos de cien mil muertes por sarampión en todo el mundo. Hace tan sólo treinta y cinco años el sarampión mataba dos millones seiscientas mil personas al año, lo que supone más de un 96 % de reducción. Si la cobertura vacunal mundial fuera superior al 95 % podríamos erradicar la enfermedad del planeta.
Tétanos
El tétanos es una enfermedad aguda causada por una potente exotoxina producida por la bacteria Clostridium tetani. La toxina del tétanos es uno de los venenos más potentes que se conocen, afecta al sistema nervioso central y causa rigidez muscular generalizada, dificultad para respirar, espasmos dolorosos y convulsiones. La mortalidad es de hasta un 50 %. La bacteria penetra a través de heridas en la piel y no se transmite de persona a persona. El tétanos sigue siendo un problema importante de salud pública, sobre todo el tétanos maternal y neonatal en países en vías de desarrollo. La OMS estima que todavía mueren unos cincuentaiocho mil recién nacidos por su causa, un 93 % menos que en 1980. La vacuna contra el tétanos (DTP: difteria, tétanos y pertusis) se introdujo en España en 1965. Entre 2005-2015 se han notificado en España ciento treinta y seis casos de tétanos y veinticinco fallecimientos, todos mayores de 64 años. En España no se declaran casos de tétanos neonatal desde hace más de veinte años (con la excepción de un caso en 2006 en Melilla, en un recién nacido de parto domiciliario en Marruecos). Europa está libre de tétanos neonatal desde 2009, y en septiembre de 2017 la Organización Panamericana de la Salud anunció que el continente americano había logrado eliminar el tétanos materno y neonatal. Y todo gracias a la vacuna. El mundo quedan aún quince países pendientes de lograrlo.
Difteria
La enfermedad se transmite por vía respiratoria y produce fiebre, dolor de garganta intenso y dificultad para respirar por obstrucción grave de las vías aéreas, de tal forma que puede llevar a la asfixia y la muerte. El tratamiento consiste en antibióticos, suero antitoxina de la difteria, así como medidas de soporte respiratorio (traqueotomía, intubación endotraqueal, …). La mortalidad es del 5-10 %, siendo mayor en niños menores de cinco años. Gracias a la vacunación sistemática en España no se producía ningún caso desde hace casi treinta años. En el periodo de 2014-2017 se han registrado en España cuatro casos de difteria, uno de ellos con fallecimiento.
Tos ferina
La tosferina está causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se contagia por vía aérea o contacto. Produce una enfermedad respiratoria muy molesta en adultos pero muy peligrosa en los más pequeños, que puede llegar a causarles insuficiencia respiratoria. A nivel mundial la tos ferina afecta a varios millones de personas por año y se calcula que mueren cada año unos ochentainueve mil niños por esta enfermedad, por lo que es una de las principales causas de muerte prevenible por vacunación en todo el mundo. El nombre de tos “ferina” viene por el ruido característico del niño al toser. En el siguiente video oirás un niño afectado por tos ferina, seguro que no te deja indiferente la angustia del niño que no puede respirar:
La vacuna frente a la tos ferina (que se administra junto con la de la difteria y el tétanos) fue introducida en la embarazada en el año 2011 en EE.UU. y Reino Unido, como consecuencia de un importante aumento de los casos, especialmente en niños y lactantes. En España, desde 2014 algunas Comunidades Autónomas se unieron a esta iniciativa de vacunación sistemática a las embarazadas, por lo que se ha reducido la incidencia y la mortalidad, sobre todo en recién nacidos.
Fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos. Se calcula que más de quinientos millones de personas están en riesgo de sufrir la enfermedad en África y aproximadamente otros cuatrocientos millones en Latinoamérica. Se estiman unos doscientos mil casos anuales y treinta mil muertes por fiebre amarilla, la mayoría en África. La fiebre amarilla representa además un riesgo importante para los más de tres millones de viajeros que visitan cada año las zonas afectadas por esta enfermedad. No hay un tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla. En las personas que desarrollan la enfermedad grave la mortalidad puede llegar al 50 %. Pero se puede prevenirse con una vacuna muy eficaz y segura que existe desde hace décadas, y que una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad durante al menos diez años. Gracias a las campañas de vacunación de los años 40 y a la lucha contra los mosquitos, la fiebre amarilla pasó a ser una enfermedad tropical y en España no hay casos de fiebre amarilla desde hace muchas décadas.
Hepatitis B
Se estima que en el mundo hay más de doscientos cincuenta millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B. En 2015, la hepatitis B ocasionó más de ochocientas mil muertes, la gran mayoría debido a sus complicaciones. En algunos casos el virus puede producir una infección crónica que acaba complicándose con cirrosis o incluso cáncer de hígado. No hay tratamiento específico contra esta hepatitis. Los niños infectados antes de los seis años de edad son los que más fácilmente pueden desarrollar una hepatitis crónica. Por eso, la OMS recomienda la vacunación de los niños cuanto antes después del nacimiento. La forma más eficaz de prevenir esta enfermedad es la vacunación. Existe una vacuna contra la hepatitis B desde el año 1982, que tiene una eficacia del 95 %. Actualmente hay campañas de vacunación contra la hepatitis B en ciento ochenta y tres países y se administran millones de dosis todos los años.
Con información de Naukas (naukas.com)