En esta segunda parte de la conversación, Luis Ayala nos narra todo el proceso, desde la idea inicial hasta la impresión, de un proyecto muy ambicioso: el registro fotográfico de más de 100 personajes clave en el desarrollo cultural de Xalapa. «Yo quería saber quiénes son los que hacen la Atenas Veracruzana», me dijo, y a partir de esa inquietud inició un proceso que le llevó varios años y que vio la luz el año pasado, auspiciado por el Ayuntamiento de Xalapa.

Los Ilustres Xalapeños

El libro Los Ilustres Xalapeños salió a la luz el año pasado, me llevó seis o siete años hacerlo. Son 104 estudios de esos personajes, muchos de ellos han muerto.

Yo veía a don Sergio Pitol, acompañado de su perra, comprando el periódico en el centro, nos saludábamos y pensaba ¿cómo puede ser que en el centro de Xalapa te encuentres al Premio Cervantes de Literatura comprando el periódico, o te encuentres a Paco Beverido tomando un café, o veas a Pepe Ochoa?, ayer, cruzando la calle vi al maestro Ñico, es una gloria del diseño gráfico y ahí iba solito.

Hosmé Israel, del libro Los Ilustres Xalapeños, de Luis Ayala

 

Una mañana estaba en Radio Universidad tomando un café con Eduardo Storni, un gran director de orquesta que conocí en Italia y que estuvo dirigiendo el Concierto del Mediodía en Radio Universidad. El tipo que es una eminencia en la música clásica, su tía abuela era Alfonsina Storni, ¡imagínate!, pero aparte es un director de orquesta fuera de serie. Hablábamos de eso y me decía sí, es muy común verlos. Yo estaba preocupado por fotografiarlos para tenerlos a todos juntos, le plantee al maestro Storni este proyecto y me dijo hazlo, es muy interesante. Así empecé, saqué una hojita y de acuerdo a mi criterio fui haciendo una lista. Mucha gente me dice ¿y por qué éste y no aquel?, pues es mi experiencia, eso tiene que ver conmigo, es lo que a mí me pasa, es como los músicos que tocan así porque así les provoca tocar, a mí me pasa lo mismo, es lo que me provoca fotografiar, por ejemplo, el maestro Abraham Oceransky es un gran gran director de teatro, es de los más grandes en México, lo digo yo y lo dicen muchos más dentro y fuera de Xalapa, y aquí está luchando para que no le quiten su teatro, son necedades estúpidas de las autoridades que quieran hacer eso, al contrario, al maestro Oceransky hay que darle el Honoris Causa de la Universidad.

¿Quién le hace un homenaje a Yocasta Gallardo?, cuando le dije que le quería hacer un estudio fotográfico me dijo:
-¿Porque a mí?
-Yocasta, ¿a cuánta gente no formaste tú?

Y así hay muchos, ¿quién le ha hecho un homenaje a Memo Cuevas, a Pepe González, a Lucio Sánchez?, hay un chorro de gente súper valiosa. Yo creo que Xalapa es una de las ciudades más musicales de México y no sé si por el número de habitantes, del mundo, hay gente muy talentosa y en el libro están los músicos que yo creo que son muy importantes para la ciudad, pero también para mí.

Hay gente que por desgracia murió y no pude fotografiar, por ejemplo, el maestro Erasmo Capilla, no pude trabajar con él y me hubiera gustado, era un fuera de serie y tenía que luchar para que le publicaran sus discos, para que aquí en Veracruz le dieran los apoyos que le daban en Europa. Tampoco pude trabajar con el maestro [Luis] Herrera de la Fuente, que era un dios, acá la gente lo quería mucho, y así hay muchos que murieron. Hay otros que sí pude fotografiar y que murieron, por ejemplo el antropólogo Roberto Williams, gran amigo, mío el maestro [Miguel] Vélez [Arceo], otro gran gran hombre xalapeño, un gran talento, y gente muy joven que falleció también.

Rocío Sagahón, del libro Los Ilustres Xalapeños, de Luis Ayala

Hay gente que me gustaría conocer para tratarla y fotografiarla, porque no puedo fotografiar a alguien que no conozco, tengo que estudiarlos, ver lo que han hecho y encontrar cómo fotografiarlos, eso es muy importante para mí. Primero debo saber quién es el fotografiado, qué hace, por ejemplo, te puedo contar la manera en que le hice una foto al maestro Carlo Antonio Castro. Conozco su obra, conozco su trabajo pero no lo conocía personalmente, lo conocí el día que le dieron el Honoris Causa en la Universidad. Fui a la USBI, le pusieron una música de Mozart, lo alabaron, le pusieron su presea. Terminó el evento y se fue caminando con su esposa desde la USBI hasta la calle, yo no me di cuenta, me subí a mi coche, salí y los encontré en la esquina tratando de parar un taxi. Me detuve, me bajé y le dije maestro, lo llevo, y me dijo que sí, fue muy confiado. Los llevé hasta su casa, que está en Las Ánimas, en el camino le platiqué de mi proyecto y me dijo sí, ven cuando quieras.

Hicimos una cita, fui y creo que ahí me la aplicó él a mí (risas), porque en lugar de conocerlo, él me empezó a conocer a mí. Nos hicimos amigos y me llevó tres días poder hacerle una foto, estuve en su biblioteca, hablamos de cosas, revisamos libros, me hablaba en italiano, me recitó algunas cosas de la Divina Comedia, me recitó algunos poemas en japonés antiguo, sacó una caja de cartón y me dijo mira esta foto, estaba él de bebé sentado en las piernas de Sandino. Le dije:
-¿Cómo es que está usted ahí?
-Sandino era amigo de mi padre, venía la casa y nos tomaron esa foto.

Hablamos mucho, nos conocimos mucho y me dijo quiero que me hagas una foto en cada rincón de mi biblioteca, es algo que siempre he soñado. Yo me siento en esa esquina y me pongo a leer ahí, me voy a aquel lado y ahí me gusta leer esto, me siento allá y me gusta hacer esto.
Hicimos todo ese recorrido y al final le entregué un gran paquete de fotos:
-Mire, maestro, aquí está en cada rincón, como usted quería
-Es una joya
La foto que elegimos es muy linda, está en su escritorio con una luz lateral muy bonita.

Son más de 100 personajes, es una gran experiencia fotografiar a cada uno, pero al principio fue muy difícil porque no tenía nada, era simplemente una idea. Cuando empecé a fotografiar, empecé hacer un portafolio y de repente ya tenía cuatro, cinco, 10 fotos de los primeros personajes, entonces ya llegué con el 11 y le dije mira, estoy haciendo esto por esto y por esto, y muchos decían me encanta la idea, vamos a hacerlo, otros me decían que no, porque la mayoría, en el fondo, son muy humildes, pero mi labor es convencerlos y terminan diciendo que sí.

Don Emilio Gidi, que es un tipazo, es el ombudsman de la Universidad, un rector emblemático al que los universitarios le tenemos un gran aprecio, cuando le enseñé el portafolio, lo vio con su cara larga y dijo qué bonito, pero no me interesa (carcajadas). Le dije don Emilio, no me diga que no le interesa, le expliqué por qué debía estar, le dije usted es una eminencia, los universitarios lo queremos, sabemos que usted es un defensor de los derechos humanos, uno de los mejores rectores que ha tenido la Universidad, no tiene una mancha. No sé qué tanto le dije y me dijo:
-Ya me convenciste, si quieres yo te ayudo a publicarlo
-No, yo vengo a que me pose para unas fotos
-¿Cómo quieres o qué necesitas?
-Quiero hacerle una foto con el Quetzalcóatl que está en la antigua Facultad de Música
-Ok, nos vemos en 15 días a las siete de la mañana
A los 15 días llegué media hora antes, estuve esperando un poco nervioso, pensando no va a venir, no va a venir. Faltaban 10 minutos y no llegaba, faltaban cinco minutos y no llegaba, y faltando tres minutos, se baja de un taxi y me dice ¿qué pasó?, ¿creíste que no iba a llegar?, y trabajamos muy bien.

Rafael Antúnez, del libro Los Ilustres Xalapeños, de Luis Ayala

Otra de las experiencias que recuerdo mucho es la de Pepe González, es un músico ciego y me decía:
-¿Cómo me veo?
-Pues te ves bien
-Es que últimamente no me veo bien

David Bouchez era un estandarte del empresario xalapeño pero también de la cocina xalapeña, estuve con él muchas horas en su restaurante, cocinábamos, platicábamos, hasta me quería dar trabajo de cocinero (risas). Me enseñó a poner una mesa. Le hice fotos en el horno, en la cocina, en todos lados y terminamos con una foto en la que se ve muy bien, muy elegante, con una mesa puesta.

Fui a ver a Memo Cuevas a donde daba clases y le dije quiero ver tus manos, ¿te acuerdas de esos luchadores de plástico que estaban así? [hace una pose de luchador con las manos al frente], pues así quiero que se vean tus manos, en primer plano, porque son tu instrumento.

Édgar Dorantes, que es un súper talento, es un tipo muy íntimo, no alardea, no grita, es un tipo muy sereno, entonces le hice una foto en la que está apareciendo de unas telas de un teatro, como un nacimiento.

Así es como trabajo para fotografiar a alguien en este proyecto, debo desarrollar una parte muy íntima para encontrarlos porque si no, se vuelve una foto muy fría y no dice nada.

Luis Ayala (Foto proporcionada por el fotógrafo)

Al final salió este libro que tuvo mucho éxito, se imprimieron 1000 ejemplares y se acabaron todos, los últimos se fueron en esta FILU [Feria Internacional del Libro Universitario UV].

Hay gente que me falta fotografiar, ahorita tengo como a 15 personas en una lista pero no he empezado todavía, pero cuando llegue el momento, voy a seguir fotografiando. ¿Por qué lo hago?, porque creo que es una obligación mía, es como una justificación de mi tiempo, tengo que hacer esto para dejárselo a la ciudad porque Abraham Oceransky es de los xalapeños, la maestra Esther Hernández Palacios es de los xalapeños, Memo Cuevas es de los xalapeños, Lucio Sánchez es de los xalapeños, la maestra Messe [Merari] es de los xalapeños, hay una parte de ellos que es nuestra.

El valor de este libro no es de ahora, sí es un libro más en un río de libros que nacen todos los días, pero dentro de 20, 30, 50 años, cuando ni tú ni yo estemos aquí, habrá alguien que lo encuentre y diga mira, un tipo se preocupó en el 2017 por publicar un libro de la vena xalapeña de aquella época, de los que sí eran la Atenas Veracruzana en ese entonces y aquí están. Imagínate encontrar ese libro dentro de 100 años, va a ser padre porque ya nadie va a estar y es un documento histórico que se queda para la ciudad, a mí me gustaría tener ahora un libro de los xalapeños de hace 100 años, ya sea en pinturas, grabados o lo que sea, o una lista de quiénes eran y qué hacían.

(CONTINÚA)

PRIMERA PARTE: La fraternidad del 77
TERCERA PARTE: El vuelo de los peces

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