Alto Lucero, Ver.- Un potrero de ganado causaría más impacto que una mina a cielo abierto, justifica Armando Alexandri, director de operación de la minera Candelaria Minning, filial de la Minera Caballo Blanco.
Sin embargo, también reconoce que de entrar en operación el proyecto Caballo Blanco, en el cerro de La Paila, en el municipio de Alto Lucero, podría alcanzar una producción diaria de hasta 20 mil toneladas de roca, utilizaría ocho toneladas de explosivos y 2.8 toneladas de cianuro.
El ingeniero en minería reconoce que esta actividad es riesgosa, pero asegura que poner una mina de oro también representará una mejora en la economía de las familias de la región.
En su máxima operación, esta mina a cielo abierto podría generar hasta 240 kilos de oro mensualmente, lo que representaría una ganancia de 2.8 toneladas de oro cada año.
Esta vez la empresa canadiense buscará la consulta previa y hasta crear un consejo técnico de expertos que vigilen el cumplimiento de las medidas de mitigación por el impacto ambiental en la región.
La empresa tiene doce concesiones mineras en 19 mil hectáreas de tierra donde planea la operación de su proyecto principal: La Paila, pero además tiene otros cuatro prospectos de exploración en la región.
Revela que hay otros cuatro proyectos viables con altas concentraciones de mineral: Autopista (Highway North), Las Cuevas, Bandera Norte y Bandera Sur. Además de otros dos: La Cruz y Red Valley, donde hay indicios de mineral.
Su cercanía a solo tres kilómetros de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, y cuatro del reactor nuclear, la hace altamente peligrosa, han señalado expertos ambientalistas e investigadores que ha emitido opiniones técnicas negativas.
Sin embargo, el empresario asegura que hay una falta de información y que incluso tienen pruebas sismológicas hechas en 2011 sobre el uso de explosivos y estos no son dañinos para la vida de la planta nuclear.
La mayor parte de las concesiones mineras, incluido el patio de lixiviados, están dentro del Plan de Emergencia Radiológica Externo (PERE), de Laguna Verde, por ello explicó que ha sostenido diversas reuniones con expertos para coordinarse en el plan de emergencias conjunto.
Adicionalmente la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendrá que emitir una opinión técnica sobre la ubicación de la minera.
Este viernes los expertos mineros hicieron un recorrido por la zona de la minera, donde explicaron que el proyecto abarca 14 comunidades donde habitan cerca de cinco mil habitantes.
Aunque no se ciñen a los tiempos políticos, será después de la elección cuando por tercera vez intenten ingresar el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), esta vez mejorada, mientras tanto el proyecto de tres están suspendidos, están visitando a las comunidades e informándoles del proyecto y buscando un acercamiento local.
También aseguran que esta vez irán a una consulta previa, informada, e incluso invitarán a las organizaciones ambientalistas para discutir el tema sobre un consejo técnico de vigilancia.
Aun cuando hay una postura de expertos académicos y del propio Gobierno del Estado en contra del proyecto, aseguran que cada uno de los impactos ambientales en la zona tiene una medida de mitigación y cumplen con normas ambientales nacionales e internacionales que garantizan la seguridad del proyecto.
La operación de la mina se planea durante ocho años, tiempo en el cual se estiman inversiones por 150 millones de dólares, y la generación de al menos 600 empleos en la preparación del sitio, construcción, operación, mantenimiento y abandono.
Acuífero Actopan será afectado
Para la operación se necesitan 15 mil litros de agua para la laguna de lixiviados y 2 mil 500 litros de agua para la operación diaria, y para obtener este líquido se plena explorar una parte del acuífero Actopan, el cual tiene una profundidad de 350 metros.
Héctor Salas, geólogo responsable del proyecto, aseguró que existe en el mismo acuífero una zona de agua a 80 metros a profundidad que se tocará pues es de donde la población abastece sus pozos.
A largo plazo también se planea captar agua de lluvia, y se pretende que el 80 por ciento del líquido utilizado sea de este tipo y solo el 20 por ciento provenga del acuífero.
Una mil 273 cycadas serán trasplantadas
La miera busca el cambio de uso de suelo en terrenos forestales en 265 hectáreas, donde un porcentaje es selva baja caducifolia de encinares tropicales.
En la zona se encuentran mil 273 cícadas, especie de plantas milenarias endémicas -contemplada en la Norma Oficial Mexicana 059 de la Semarnat, para especies en peligro de extinción-, las cuales tienen una antigüedad estimada de dos a tres mil años.
El plan de la minera que está acompañado del experto investigador de la Universidad Veracruzana, Mario Vázquez, es trasplantar estas especies que se encuentran en la zona del tajo a cielo abierto, al área del rancho El Niño, donde se ubicará el patio de lixiviados.
Para la mitigación ambiental, la minera ha iniciado con un vivero donde ahora tiene más de 1 mil 600 platas que ayudarán a esta planta a reproducirse.
El uso del cianuro
Cada tonelada de roca necesita alrededor de 460 gramos de combinación de agua, cianuro y otros líquidos para deshacer la roca y obtener el oro, por lo que se utilizarán grandes cantidades de este químico.
El ingeniero señaló que han ubicado una empresa de Estados Unidos que podría surtir el cianuro y cuya transportación no generaría ningún peligro, pues hay norma de protección.
Un modelo de minería sustentable
Armando Alexandri, responsable de la obra, dijo que antes el rechazo de las comunidades era de seis de cada diez, pero con la información que han otorgado, han obtenido la simpatía por el proyecto.
A su decir, la minera busca tener un modelo único sustentable y a pesar de las críticas y el rechazo al proyecto minero, insistirán en darlo a conocer.
“Queremos que se escuche todas las voces, ellos tiene su opinión, nosotros tenemos la nuestra, tenemos que buscar cual es la mejor manera de tener un proyecto bueno para Veracruz”.
A su parecer los tiempos políticos no podrán dictar el alcance o la temporalidad del proyecto: “Las observaciones que nos han hecho de parte de expertos y los propios asesores ambientales, obligará a presentar un nuevo documento, cuando esté listo presentaremos nuestras solicitud”.
El geólogo Héctor Salas advierte que hay minas en la mayor parte del país y no hay motivo para generar una alerta, “no venimos a hacer un ecocidio, hay cientos de minas en el país, no hay porqué alarmarse, eso de que venimos a destruir el mundo es un falacia”.
Flavia Morales/Avc