Philippe Ollé Laprune es un escritor y traductor francés que durante más de 20 años ha realizado una importante labor de intercambio cultural entre Francia y América Latina; también se ha desempeñado como asesor, coordinador, productor, editor y traductor de poco más de 100 libros franceses al español. Además, fundó y dirigió la agencia cultural Ad’Hoc, en donde organizó la Marché de la Poèsie y el Coloquio “Los latinoamericanos hablan de los europeos”.

Ollé Laprune participó en la Feria Internacional del Libro Universitario 2018, en donde dijo encontrarse feliz: “Estar en esta feria del libro es un momento muy agradable y muy profundo, aquí se siente ese calor humano, se siente muy rico”.

El escritor concedió a Universo una breve charla en la que recordó que en Francia tuvo la oportunidad de colaborar con algunas editoriales, para dirigir después una colección de literatura Latinoamericana que publicó La obediencia nocturna, del escritor veracruzano Juan Vicente Melo.

Posteriormente, le hicieron la invitación para montar en México el proyecto denominado La oficina del libro, de la Embajada de Francia en nuestro país, llegando a la capital de la República en 1994 para iniciar el desarrollo del proyecto referido, el cual le permitió traducir alrededor de 100 libros franceses al español, tener a escritores internacionales como conferencistas, organizar coloquios y otras actividades relacionadas con la literatura.

Sobre su óptica de la literatura europea y la latinoamericana, Philippe Ollé consideró que ésta responde siempre a los tiempos y a los espacios, pero considera que en muchas ocasiones no existen puntos comunes entre ambas. “Son las mismas historias, es el mismo desarrollo, y al mismo tiempo la época actual hace que cada día haya más cosas parecidas entre las literaturas”.

De sus gustos dentro del ámbito de las letras, dijo que le interesa la escritura de no ficción, “estamos hablando de El arte de la fuga, de Sergio Pitol, que es una especie de respuesta a lo que hicieron Claudio Magris o hasta Roberto Calasso (escritores italianos), y de una u otra forma lo que hace Emmanuel Carrère en Francia. Entonces, creo que sí hay algunos caminos que se recorren juntos, y muchas cosas locales y particulares”.

En cuanto a su producción literaria, mencionó que ha publicado alrededor de nueve libros y ha realizado mucho trabajo relacionado con la presentación de la literatura francesa en México. Con el Fondo de Cultura Económica (FCE) desarrolló una antología de narrativa francesa, y en Francia publicó una antología de literatura mexicana y poesía hispanoamericana, además escribió una reflexión y ensayos entre la literatura mexicana y la europea, que es el tema de su libro más reciente, Los escritores vagabundos, que fue presentado en la FILU.

En esta obra trata de entender la resonancia entre dos culturas, la del mundo occidental que es Europa y la de América Latina, e intenta ver cómo hay atracciones mutuas, “como se coquetean dos mundos, y como a través de la escritura, que es una forma de proyectar fantasías, hay atracciones latinas por europeos”.

Se autodefine como lento para escribir, “un libro me tomó seis años, pero es muy satisfactorio para mí cuando me entero que alguien está leyendo lo que escribí, porque son seis años de soledad, seis años de no saber si alguien se va a interesar en lo que estoy haciendo, pero tengo la terquedad de seguir y no rendirme”.

Por último, externó su felicitación a la Universidad Veracruzana, de la que dijo: “Cuenta con un catálogo extraordinario, de prestigio internacional; un catálogo en donde se cuida mucho las traducciones, creo que es una labor muy importante que tiene que seguir por mucho tiempo, porque el mundo editorial comercial no puede publicar muchos libros que están en el catálogo de la UV, y eso justifica plenamente esta labor que es de primer orden a nivel nacional e internacional”.

José Luis Couttolenc Soto/Prensa UV