Entre las campañas políticas a la Presidencia, el inicio de las de Gobernador y los días de asueto por venir, pocos pusieron atención al término del último periodo ordinario de sesiones de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión. No los volveremos a ver más, a menos que haya algún periodo ordinario que difícilmente podría darse en medio de un proceso electoral, cuando casi todos –diputados y senadores- están en la búsqueda de nuevos horizontes.
Es difícil encontrar una Legislatura que haya dejado tantos pendientes, por mucho que se asuman como el Congreso de las reformas estructurales. Sólo un país como el nuestro es capaz de vivir sin un Fiscal General –lo que era el Procurador General de la República-, sin un verdadero Fiscal Anticorrupción –y los magistrados que forman parte del sistema-, o de consejeros del INAI. Prescindir de ellos es asumir que no necesitamos ni justicia, honestidad ni transparencia.
La 63 Legislatura cerró su último periodo ordinario de sesiones este lunes, incumpliendo mandatos legales y ciudadanos. Senadores y diputados dejaron acéfalas, así nomás, las fiscalías del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), además de que mandaron a la congeladora la semana pasada la minuta aprobada por los diputados que eliminaba el fuero constitucional al Presidente de la República y a todos los altos funcionarios que gozan de inmunidad procesal. Del carnaval de culpas, ni les platico.
Entre otros incumplimientos ordenados por la Constitución que no fueron atendidos por el Senado, está la designación del Fiscal General de la República y del Fiscal Anticorrupción; así como la ratificación de los 18 Magistrados anticorrupción propuestos por el Ejecutivo. En este tema, el Congreso no atendió las demandas de organizaciones de la sociedad civil que pidieron una reforma al Artículo 102 constitucional para crear una Fiscalía verdaderamente autónoma e independiente.
La eliminación del fuero, cuya aprobación fue acelerada por la bancada priista días antes del debate presidencial del 22 de abril, -lo que fue una iniciativa impulsada incluso por su candidato a la Presidencia, por lo que se le identificó como la «Ley Meade»-, quedó sólo en las malas intenciones del Senado. El pastor priista, Emilio Gamboa, dijo que no están muertos los temas pendientes, relacionados con el SNA y el fuero de funcionarios, casi de la misma forma que en septiembre del año pasado aseguró que había tiempo suficiente para resolver estos temas y retirarse sin pendiente alguno. Mintieron.
Como en cada Legislatura, los archivos de las comisiones se llenaron de temas intrascendentes con lo que los senadores y diputados intentaron justificar su escasa productividad. Aunque en la Cámara de Diputados sumaron casi 6 mil iniciativas, la mayoría de ellas fueron propuestas anodinas que sólo sirvieron para el lucimiento del promovente. Resulta que el 61 por ciento de ellas ni siquiera fueron dictaminadas y quedarán en la desmemoria del Congreso.
Pero no fue algo que preocupara a los nostálgicos legisladores que hicieron de este lunes una especie de fiesta de fin de cursos mezclado con la celebración del Día del Niño.
Así, como si en este país no pasara nada, los diputados cerraron el último periodo ordinario de esta Legislatura -con lo que prácticamente concluyó su trabajo hasta agosto- entre porras a sus candidatos presidenciales, fotos del recuerdo, abrazos efusivos, golpes de pecho y lamentos porque el Senado mandó a la congeladora la eliminación del fuero.
La falta de acuerdos y responsabilidad política impidieron que se lograra además, la aprobación del nombramiento de los titulares de los órganos internos de control de la Comisión Federal de Competencia (Cofece), del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), así como reformas a la Ley General de Salud para la donación de órganos.
El siguiente periodo ordinario lo encabezarán senadores y diputados que hayan ganado la elección del primero de julio. Habrá una conformación distinta y estos temas tendrán que empezar de cero, bajo el riesgo de un presidencialismo unipersonal. El propio AMLO ha dicho que en el caso del Fiscal General, será el Presidente quien tenga la facultad de nombrarlo.
No cabe duda que en el Día del Niño, nuestros ínclitos congresistas nos chamaquearon.
Las del estribo…
- A Lalo de la Torre, hoy vocero de Pepe Yunes, nadie le regatea su capacidad y experiencia en las lides políticas; sin embargo, en eso de los partidos políticos ha tenido más colores que el arco iris. Así será difícil que alguien crea que lo que hoy dice es lo cierto, cuando seguramente sus dichos del pasado lo alcanzarán irremediablemente.
- Ayer murió Acela Servín, la dirigente de los trabajadores de la educación del estado; apenas año y mes de que lo hiciera Juana Consuelo Méndez, la lideresa de los burócratas. La maestra Acela siempre fue un hueso duro de roer para los gobernadores en turno; nunca se le conocieron escándalos ni excesos. Las dirigentes de no soy lo que fueron antes. Hoy el dinero lo es todo.