En el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2018 de la Universidad Veracruzana (UV), la tarde del sábado 28 de abril fue presentado el libro La honesta lujuria, de Marco Tulio Aguilera Garramuño, que obliga a aprender a mirar desnudo el lenguaje, la personalidad, el sentir, todo bajo el esquema del desnudo, expresó Ricardo Muñoz Munguía, narrador, poeta, editor y periodista cultural.
“Marco Tulio Aguilera es un escritor colombiano mexicanizado hace 40 años”, describió Ricardo Muñoz y dijo que en La honesta lujuria “la franca pasión, las relaciones al desnudo, la tremenda forma de relatar el erotismo, son las más bellas expresiones del sentir, de la piel de boca abierta, del deseo purulante”.
Ante la imposibilidad de asistir físicamente a esta presentación, se leyó un texto de Rafael Antúnez en el que expresa que la novela opta por el desparpajo y juega siempre enseñando sus cartas. Menciona que a lo largo de su lectura se encuentra una aspiración no a contar una historia ni a desplegar su sentido del humor o del amor, ni a jugar con el lenguaje, “pero sí se encuentra una aspiración a la desnudez, al juego que precede, a la calma que sucede y a la consagración que se da”.
La honesta lujuria, publicado por la Editorial Nieve de Chamoy, tiene como personaje principal a Amado de los Santos Dionisio Luna, quien se acuesta con distintas mujeres bajo la suposición de redimirlas de sus correspondientes soledades, traumas y/o represiones, pero al final de su aventura resulta siempre victimizado por ellas.
Este personaje, redentor reventado por los mismos misterios femeninos que nunca terminará de develar, “cuenta con pocos ánimos para superarse, deudor constante de su vivienda, un violinista demasiado fino para acompañar mariachis, excesivamente mediocre para sentarse en la sinfónica, y muy orgullosos para tocar en las calles y pedir monedas”, describió Muñoz Munguía.
Aguilera Garramuño definió a su libro como “un divertimento de Mozart, no por la calidad sino por el aire festivo y ligero que no oculta su filiación filosófica”, y dijo que a pesar de ser un libro ligero de aventuras, “es un libro caballeresco, quijotesco y como de caballería andante del amor.
”Quien dice que un libro es bueno, es el lector, y yo escribo para todos”, concluyó Marco Tulio.