Por Luis Manuel González García
Quien debate muestra su capacidad para construir consensos .
En los regímenes democráticos actuales, nadie gobierna solo, por carismático o popular que sea.
Hasta en las sociedades más simples, quien gobierna no lo hace para seres idénticos, sino gobierna la diversidad, en pensamiento, sentimientos, necesidades, puntos de vista, formación, valores, etc.
Por eso quien gobierna debe ser un alto exponente de los consensos, cada acción de gobierno, cada decisión, cada proyecto requiere cierto grado de integración de la voluntad popular para ser exitoso.
Por regla, mientras más afecta la vida de los gobernados más cantidad de consenso se requiere para que una política sea exitosa o genere menos descontento y, como consecuencia, disminución de la gobernabilidad.
Anoche en México vimos un debate de los candidatos presidenciales, ganamos todos, ellos no iban a concurso, sino a mostrar que tan capaces son de convencer a otros para llevar a cabo sus ideas. Si lo vió sabe que la idea hilarante de mochar las manos a los ladrones es divertida pero realmente pocos están de acuerdo con ella, atrae, llama la atención como la función de un payaso en el circo, pero no genera simpatía auténtica o apoyo.
No era un concurso de oratoria, no era un performance, era analizar en la actitud, en el mensaje, en la velocidad de respuesta que tanta capacidad hay de convencer.
Cuando en una sociedad el gobierno establece consensos por la fuerza (sí se puede eh) ocurre con un alto costo para las personas y sus derechos humanos, cuando se establecen consensos aprovechando la desinformación o ignorancia de la población tarde o temprano hay un desencanto y desconfianza a todo el Gobierno.
Cuando los consensos se basan en la popularidad de gobernante hay un alto peligro de polarización que divide a la sociedad e impide el avance político y social.
La historia de México abunda en esos ejemplos: pro Imperio de Iturbide vs republicanos, santanistas vs republicanos, conservadores vs liberales, proImperio de Maximiliano vs liberales, antirreeleccionistas vs juaristas-liberales, antirreleccionistas vs porfiristas-liberales, constitucionalistas vs quien sabe que, cristeros vs revolucionarios, y así la lista, del tiempo perdido en México.
El debate desnuda un poco a los candidatos, los muestra en una situación incomoda, artificial, los expone, sobre todo muestra en pequeño su capacidad para lidiar con las ideas de otros, de dar respuestas de fundamentar sus ideas, de convencer. O su desdén por los otros, su egocentrismo, su falta de emoción, o su abundancia de ideas pero falta de sentido para comunicarlas.
Anoche ganaron los mexicanos, si estuvieron atentos, no ganó ningún candidato, si no era Miss Mundo, ni un concurso de oratoria, ni un partido de futbol…era la democracia, era convencer, era mostrar que se puede gobernar para todos ¿Alguien lo logró?