No ha habido un momento en los últimos 16 meses en que la Fiscalía General del Estado haya actuado con total autonomía del poder ejecutivo. Es más, el que se ha manifestado como el real Fiscal del estado es el mismísimo Miguel Ángel Yunes Linares, el hombre orquesta, el niño que nunca quiere prestarle la pelota a los amigos, salvo que jueguen exactamente lo que él quiere que jueguen, y en el momento que él lo decide.

Que así actúe con todas las secretarías de despacho suena inoperante, pero puede hacerlo de manera legal; el grave problema es cuando usa a la Fiscalía para sus intereses personales y políticos.

Con ella no solo ha creado su agenda de efectos mediáticos mediante el encarcelamiento de exfuncionarios cada vez de más baja denominación, a quienes ha usado para esconder fenómenos negativos para su gobierno como el reciente amotinamiento y asesinato de seis policías en el penal de La Toma en Amatlán.

También la ha usado para intimidar a sus contrarios mediante citatorios conminatorios para presentarse a declarar ante la Fiscalía, por cualquier tema, así sea baladí.

Ya ha hecho acudir al edificio de Arco Sur al actual alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, porque dijo que Xalapa estaba bajo control de la delincuencia; también a su pareja, la investigadora universitaria Rosío Córdova, por haberse atrevido a señalar resultados de un estudio sobre violencia en la UV en que se señalaba a más desaparecidos de los que se reconocen.

Por ahí también ha comparecido la regidora del ayuntamiento de Coatzacoalcos, Eusebia Cortés Pérez, por denunciar públicamente lo que trabajadores de panteones le confiaron: que eran víctimas de extorsión por parte del crimen organizado.

Todos ellos son de Morena, es decir, de la oposición. ¿Hay un interés genuino por utilizar esa información para iniciar una indagatoria que permita detectar los brotes de violencia criminal y sus autores? No, en lo absoluto. El objetivo es intimidar para que los dirigentes sociales y políticos de la oposición no tengan ganas de denunciar de nueva cuenta algo que afecta la imagen de su gobierno.

Lo más reciente ha sido, por un lado, declarar como si fuera el Fiscal que lo dicho por la diputada local de Morena, Tanya Carola Viveros Cházaro, de haber estado a punto de ser secuestrada el viernes por la noche, era una mentira, que ya habían revisado los videos de las cámaras instaladas en la zona declarada por quien es candidata a la reelección y que no había ocurrido absolutamente nada.

Y por otro, citar a declarar al mismísimo alcalde de Alvarado, Bogar Ruiz Rosas, quien habría declarado que los incendios perpetrados en pastizales de la Riviera Veracruzana, donde los Yunes tienen intereses inmobiliarios, habrían sido provocados.

¿Estará interesada la Fiscalía en llegar al fondo de este suceso e investigar si efectivamente fueron provocados estos incendios que provocaron daños en viviendas, además de en el entorno ambiental? Pero por supuesto que no. Uno imagina más bien que el móvil es ocultar cualquier indicio al respecto intimidando a quien lo ha hecho público.

El propio Bogar Ruiz ha dicho que el citatorio de la FGE podría ser una intimidación a su gobierno. Y es que el ayuntamiento había informado que los incendios suscitados el fin de semana habrían sido provocados. La FGE citó al alcalde “para que amplíe la información”, la misma expresión con que ha hecho comparecer a los anteriores víctimas de intimidación por parte del gobierno del estado.

Bogar insiste en que los siete incendios fueron provocados y acudirá a declarar ante la fiscalía este martes.

Por cierto, tras los incendios del fin de semana en la Riviera Veracruzana, Jorge Rodríguez Casillas, presidente de la Federación de Colonos, aseguró que no existen suficientes personas que atiendan ese tipo de problemas o emergencias.

“Esperamos que no se vuelva a presentar un problema de esta magnitud; la única conclusión que yo pude sacar al final del día es que la capacidad de Bomberos Conurbados que hay es insuficiente, si hubiera habido un incendio más en la zona no hubiera habido quien lo pudiera atender”.

La estructura de apoyo a Meade, puros quemados

Que el PRI no ha tenido capacidad para renovar sus cuadros e incorporar a caras nuevas que puedan refrescar ideas, propuestas y estrategias, lo demuestra la nómina del equipo de trabajo de que se hará acompañar el senador Héctor Yunes Landa como coordinador general de la campaña de Meade en Veracruz, aunque el excandidato perdedor al gobierno estatal afirme que “es la mejor estructura que haya tenido un candidato presidencial en Veracruz”.

Todos suponemos que esta enorme estructura paralela al Comité Directivo Estatal, y casi con el mismo número de carteras, será de militantes y dirigentes voluntarios y no supondrán una sangría a la desmedrada capacidad financiera del PRI, que parece arrastrar la cobija, al menos en Veracruz. Pero lo importante es que todos los integrantes son caras demasiado conocidas, y no incorporan a ningún nuevo valor.

“Pepe Meade –justificó Héctor Yunes– nos ha ofrecido que Veracruz recupere la dignidad y su capacidad de desarrollo. Y le vamos a tomar la palabra con trabajo, con compromiso, con una verdadera organización política, que nos permita recuperar la confianza ciudadana, y con ella, el gobierno de la República y la Gubernatura del estado”. Y es que en realidad ha puesto a todo su cuartel general en su campaña pasada.

En total, 56 personajes, además del senador como coordinador general. En la estructura podemos observar a verdaderos cartuchos quemados como Edmundo Martínez Zaleta, Francisco Garrido Sánchez, Carlos Rodríguez Velasco, Jorge Moreno Salinas, Jorge Santos Azamar, Silvia Domínguez López, Yolanda Gutiérrez Carlín (quien andaba coqueteando con Andrés Manuel López Obrador), Dalos Ulises Rodríguez Vargas, Corintia Cruz Oregón, Ignacio Hernández Berrueco, Raúl Ramos Vicarte, Antonio Rodríguez Baranda, Carlos Aceves Amezcua, Bernardina Tequiliquihua Ajactle y Tomás Montoya Pereyra, entre otros.

Héctor Yunes, bien colocado en Boca del Río

Y hablando del senador Héctor Yunes Landa, quien en la pasada contienda a Gobernador protagonizó un pleito encarnizado con su primo, el actual gobernador Miguel Ángel Yunes, todo parece indicar que es más pragmático de lo que uno pudiera pensar.

No solo se le reconoce una relación muy estrecha con el fidelismo, pues a través de Javier Herrera Borunda, hijo del exgobernador, logró que el Partido Verde postulara como candidata a la diputación local por Boca del Río a su hija Andrea Yunes, sino que tiene fuertes influencias con el actual alcalde panista del municipio boqueño, Humberto Alonso Morelli, un personaje muy cercano al candidato panista a Gobernador.

Es comidilla en la conurbación que Yunes Landa, a través de Gerardo Nieto, colaborador cercano del actual alcalde de Boca del Río, ha establecido muy buenas migas con Morelli, quien estaría dispuesto a proteger al yerno del senador, Carlos Nosti Piedra, secretario técnico de la regidora del PRI, Érika Mikel, para que no asista a trabajar porque anda volando y volando, pero que siga cobrando.

Héctor Yunes le pidió a Morelli que deje que su yerno Carlos ayude a su esposa Andrea Yunes en la campaña rumbo al Congreso local (con muy pocas posibilidades de éxito), pero que siga cobrando como secretario técnico; extrañamente, Morelli le aceptó hacerle este favor, aunque no se sabe qué va a pasar cuando se entere su otro patrón, Miguel Ángel Yunes. ¡Qué ganará con eso el alcalde boqueño?

 

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