En este momento todos van ganando, van arriba en las encuestas, todos son corruptos y no. Ha tenido más movimiento el hecho de que “El Bronco” forma parte de la boleta que cualquier otra propuesta o comentario de los candidatos presidenciales. En distintas mesas de análisis han mencionado el “voto millennial” y lo han detallado, analizado desde distintos ángulos, pero ¿cuántos en verdad han buscado la seriedad de todos los que forman parte de esta década?
Es interesante leer en cualquier plataforma digital como cada millennial apoya a su candidato, los jóvenes priístas son los más aguerridos sin duda, buscan siempre el balance entre defender su punto de vista respetando al otro; los panistas muestran un poco de más creatividad, se manejan por imagen, sin duda uno de los puntos importantes en cualquier estrategia digital; los que apoyan al tabasqueño, algunos más en contexto que otros, definitivamente hablan con fundamentos y la juventud e idealismo permiten ver posibles las propuestas de AMLO.
Los millennials que no saben ni a cuál irle va a depender del trabajo de cada partido político, los priistas jóvenes buscan convencer que ya no es más de lo mismo (aunque otros muestren lo contrario), los jóvenes panistas invitan a que vean el cambio que se ha logrado en algunos estados por darles la oportunidad, ideas aterrizadas, sin buscar enriquecerse (aunque haya muchos políticos de este partido que han mostrado lo contrario); mientras que los morenistas son flexibles, es decir, te transmiten que escuchan a todos y todo tipo de propuesta.
Analizándolo desde ese punto, es complicado ver a quién apoyas, definitivamente debe ser con quien se identifiquen más, por el estilo, personalidad, aspiraciones, etcétera. Todos los partidos políticos tienen sus defectos y virtudes, los que no tienen simpatía por un partido político cuando les cuestionan ¿por quién votarías? La respuesta es “no sé, pero por el PRI no”. Otra vez pesa lo malo sobre lo bueno, he ahí el nacimiento de la frase de EPN “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”.
Los jóvenes definirán gran parte de todas las categorías que vienen para votar, me refiero a senador, diputado federal, diputado local y gobernador. Las propuestas de López Obrador son un poco complicadas de llevarse acabo; Meade es un buen candidato, pero en el peor momento; Anaya tiene mucha simpatía con los jóvenes, pero hay que evaluar que no le importó crear una crisis dentro de su partido con tal de cumplir su berrinche: ser candidato a la presidencia.
Debe existir uno con más virtudes, todos tienen “peros”, lo que no podemos permitir es regalar el voto, es decir, salgamos a votar, no dejemos que utilicen nuestro voto nulo a favor de cualquiera. Con eso hacemos mucho por nuestro México, así que aquellos que cuentan con mucha experiencia política y escriben o realizan mesas sobre el voto millennial, vayan más allá de lo que leen en las redes sociales, los jóvenes también pueden aplicar la espiral del silencio.
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