La depresión y la ansiedad son dos enfermedades diferentes que cuando se juntan en una sola persona pueden generar graves problemas, además su diagnóstico es complejo y tiene que tratarse específicamente.

De acuerdo con Alejandra Victoria García, médico siquiatra encargada de la consulta externa del Hospital de Psiquiatría de Aguascalientes, la depresión es una enfermedad a nivel cerebral.

“La depresión es una enfermedad a nivel cerebral y una enfermedad bioquímica, bueno ¿qué es esto? Regularmente nuestro cerebro funciona con ciertas sustancias que se llaman neurotransmisores, por alguna razón este nivel de neurotransmisores no está equilibrado, entonces es cuando hay un desequilibrio a nivel neuronal entre la comunicación de una neurona con otra, entonces si hay disminución de este elemento que se llama serotonina, hay síntomas que nos dan y después una enfermedad que se llama depresión”.

Victoria García puntualizó que la tristeza forma parte de los síntomas de la depresión, al igual que la agresividad, impulsividad, la persona duerme mucho o poco, se le quita el hambre o en ocasiones les da mucha hambre, y hay incluso quienes pierden la funcionalidad en sus actividades

Otros síntomas pueden ser físicos como dolores de cabeza, musculares, diarrea o estreñimiento, cansancio sin motivo, zumbido en los oídos, por lo que muchas de las personas acuden de un médico a otro sin imaginar que lo que tiene es depresión.

La depresión puede ser desencadenada por factores internos de nuestro cuerpo como otra enfermedad ya sea la diabetes, principios de demencia, artritis, o con factores ambientales como la muerte de un familiar, la pérdida de un trabajo, estrés en el trabajo, en la escuela, entre otros.

Según la especialista, el tratamiento para la depresión tendrá que ser farmacológico y de preferencia acompañado de terapias sicológicas.

“El tratamiento tiene que ser farmacológico, aquí viene pacientes que si se toman el té, que si se toman la hierba de no sé qué… no, tiene que ser farmacológico, porque éstos ya están científicamente comprobados, ya están avalados, ya están estudiados”.

Algunos pacientes llevan el tratamiento de por vida, pero en promedio entre cuatro y cinco semanas se puede ver la reacción al medicamento del paciente con depresión.

Tiene que ser de seis meses a un año, incluso se habla de más tiempo, se habla de que un gran porcentaje de esos pacientes terminan teniendo un tratamiento de por vida, se dice que la depresión es una enfermedad crónica que no se cura, pero en promedio para que vea una respuesta de un medicamento, es alrededor de cuatro a cinco semanas”.

La depresión es más común en mujeres, por los cambios hormonales, se dice que por cada hombre hay dos mujeres que la padecen.

Actualmente la complejidad de nuestra vida cotidiana, está haciendo que aumente más el índice en los varones, aunque los varones tardan más en buscar ayuda”.

También se ha visto un incremento en casos de niños que antes no eran comunes.

Hay muchos factores que están influyendo, son niños abandonados emocionalmente, económicamente tienen muchas cosas, pero están emocionalmente  olvidados”, dijo.

 

Testimonios

Rosario García Cruz. “Empecé mi primer episodio de depresión con mareo; tenía 48 años. Me desperté un día a las dos de la mañana y todo me daba vueltas. No me podía parar, creía que me estaba dando un paro cardiaco. Me llevaron a urgencias,no podía caminar; me dijeron que tenía una crisis emocional. Conforme pasaban los días iba sintiendo miedo y me preguntaba qué me estaba pasando, si tendría algún tumor en la cabeza o qué. No hace mucho había muerto mi hermana y me daba miedo de que también yo pudiera morirme. Tenía miedo a todo”.

Georgina Yáñez. “Acabo de salir de una crisis de depresión y ansiedad. Estuve atrapada por la enfermedad dos meses. De mis amigas que han tenido depresión yo fui la única que fui diagnosticada oportunamente. De un día para otro empecé con náuseas, adormecimiento de brazos, ansiedad, insomnio; dormía unas tres horas solamente. Despertaba con náuseas y dejé de comer. Yo soy muy cariñosa, pero en esos dos meses no quería que me tocaran. Sólo quería dormir, estar sola. Los placeres simples de la vida desaparecieron, la comida no sabía a nada, la amistad, el amor, todo se desvanece”.

Con información de Excélsior