Los comicios para Presidente, Gobernador y Congreso de la Unión han dado comienzo. Durante 90 días, al menos en la elección presidencial y en la de gobernador de Veracruz, los datos en las preferencias electorales se mantienen intactas como las que se mostraban antes de los periodos de precampaña e intercampaña. Durante 90 días, una coalición buscará mantener su supremacía en las preferencias, mientras que las otras dos batallarán por colocarse en el segundo sitio y partir de ahí para ir a la caza del puntero. Las cosas tienen rasgos inéditos.

Mientras el PRI parece pera de box, golpeado por partidos y ciudadanos por la estela de corrupción legada por sus gobiernos y, al menos en las encuestas, condenado al tercer lugar (incluso a uno más discreto), el PAN y su satélite perredista se han trepado al bondadoso carro del mapachismo oficial, que arrolla todo vestigio de democracia sin que haya autoridad que le marque el alto, y Morena batalla con la mala prensa de sus primeros gobiernos municipales, que no dan pie con bola para aminorar los daños de la guerra sucia que se ha emprendido para bajarlo del primer sitio.

Tal es el panorama que prevalece en Veracruz al inicio de las campañas electorales más competidas y, si las cosas salen como hasta ahora, más singulares, por abrir la posibilidad a nivel federal de una segunda alternancia en el poder, esta vez por el lado de la supuesta ‘izquierda’ representada por Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto no quedaría solo, refugiado en el Poder Ejecutivo sino, según todo apunta, con una muy posible mayoría en el Congreso de la Unión, además de conquistar con su partido Morena las primeras gubernaturas.

A nivel local, rumbo a la elección de Gobernador del Estado, la cosa no se distancia de la tendencia nacional, porque el candidato morenista a gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, sigue a la cabeza en las preferencias electorales, con un buen margen, sobre sus oponentes Miguel Ángel Yunes Márquez (quien se mantiene en el segundo sitio) y José Yunes Zorrilla, quien pese a su imagen de político pulcro y sin ninguna acusación directa de corrupción (aunque sus contrarios insistan en colocarlo al lado de Javier Duarte, con quien tuvo serias diferencias sobre el manejo del dinero público), sigue a la zaga, en un tercer lugar que podría dejar atrás dependiendo de la guerra sucia que también contra el PRI comanda el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Tanto al PRI como al PAN, la debilidad de sus candidatos presidenciales parece debilitar sus propuestas locales, mientras que el crecimiento permanente en las preferencias electorales de López Obrador podría jugar un papel definitorio en los resultados electorales en Veracruz, no solo en la batalla por la gubernatura, sino también para senadores y diputados federales, y en la conformación del Congreso local.

Ya hemos visto cómo personajes desconocidos más allá de los ámbitos académicos o de movimientos sociales muy localizados, algunos sin mayor mérito político, han arrollado bajo el pendón morenista en comicios locales y federales, un fenómeno que solo el apoyo del ahora candidato presidencial tabasqueño puede explicar. Por ejemplo, vimos cómo un desconocido Cuitláhuac García Jiménez ganó arrolladoramente la diputación federal por Xalapa y un año después logró un buen caudal de votos en la elección de gobernador ganada por el actual inquilino de Palacio de Gobierno. Algo parecido ocurrió con el alcalde xalapeño Hipólito Rodríguez Herrero, conocido y reconocido en el ámbito académico, pero un verdadero misterio para las masas que lo llevaron a gobernar la capital estatal.

Hoy la batalla electoral amenaza con reducirse a dos coaliciones: la oficialista del PAN con el PRD y Movimiento Ciudadano, y la opositora de Morena con Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), mientras que la del PRI y el PVEM puede experimentar su segunda derrota al hilo, pese a contar con un buen candidato.

Ha metido las manos, los pies y hasta la cabeza

Hace ya tiempo que se han señalado las estrategias abiertas, los movimientos fáciles de detectar, como la conformación del presupuesto estatal y el anuncio de programas sociales con sentido electoral, que lleva a cabo el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares para orientar la preferencia electoral hacia los candidatos panistas, en especial, hacia su hijo que busca sucederlo.

Pero hay muchas estrategias que escapan de la vista de periodistas y políticos y que tienen que ver con la destacada participación de las fuerzas policiacas, al mando de un operador electoral como Jaime Téllez Marié, Secretario de Seguridad Pública, quien mostró sus oficios en la pasada elección municipal, cuando policías estatales inhibieron la participación de ciudadanos que favorecían a otras franquicias políticas, limitaron drásticamente la movilización de militantes de otros partidos y protegieron a los operadores electorales del PAN para que acarrearan votantes y compraran votos.

La abierta campaña emprendida por Miguel Ángel Yunes Linares desde el inicio de su mandato, fortalecida en las fechas previas al inicio de las campañas electorales, pudo haber servido para abrir expedientes sancionadores en el OPLE y en el Tribunal Electoral de Veracruz, incluso en instancias federales, de no ser porque los organismos locales fueron cooptados por su gobierno.

Por eso causaron estupor declaraciones del gobernador en plena Semana Santa en el sentido de que no se meterá en la elección (porque se trata de un tema ajeno al gobierno), que ya se suspendió toda la publicidad estatal para evitar señalamientos (cuando en redes sociales mantiene su intenso trabajo propagandístico) y que él está en lo suyo. “El gobierno no se mete en las elecciones, es otro tema, las elecciones son asunto de los ciudadanos, del órgano electoral y de los partidos políticos; yo estoy en lo mío, que es garantizar estabilidad política, paz social”.

La frase es de museo. Nada parece ser verdad. Tiene metidas las manos, los pies y la cabeza en las elecciones; contra lo que dice, él personalmente ha metido ruido en el tema electoral, dinamitando la estabilidad política en el estado, y la paz social está muy lejos de vivirse en la entidad.

¿Cómo puede afirmar eso cuando no ha querido abrir una interlocución respetuosa y democrática con los partidos opositores y las autoridades impulsadas por ellos y, en cambio, se ha dedicado a proferir declaraciones rijosas y amenazas, y ha impulsado la guerra sucia contra sus contrincantes?

¿Cómo puede afirmar que lo suyo es trabajar por la paz social cuando la delincuencia actúa impunemente por todo el territorio veracruzano, cuando policías estatales son masacrados por la delincuencia organizada, incluso en los propios penales, como ocurrió entre sábado y domingo en La Toma, presidio localizado en el municipio de Amatlán de los Reyes?

Mejor que nos cuente un cuento de hadas.

¿Quiénes irán al Senado?

La perredista Yazmín Copete Zapot debió sentirse incómoda con la parafernalia normalmente usada en bodas con que su compañero de fórmula, el panista Julen Rementería del Puerto, aderezó el inicio formal de la campaña al Senado de la coalición PAN-PRD-MC.

Con manitas que ostentaban frases de campaña y casquitos amarillos con que los del presídium se quisieron mostrar como los constructores del nuevo Veracruz, la dupla de la coalición gobernante acudió en medio de batucada y acarreados a un salón del hotel Double Tree By Hilton, en la madrugada del viernes 30.

Al exsecretario de Infraestructura y Obras Públicas del gobierno yunista le valió madres bloquear el bulevar Ávila Camacho del puerto jarocho en plena temporada vacacional, para dar la batalla proselitista que, en los hechos, había comenzado uno o dos días antes con la colocación de varios anuncios espectaculares.

En efecto, desde el jueves 29, varias personas reportaron  esos anuncios, con el eslogan “Manos a la obra” sobre su fotografía. La prensa publicó imágenes de estos espectaculares ubicados en la carretera federal Matamoros-Puerto Juárez en la zona de Los Tuxtlas, registrados con la numeración INE-RNP 000000061863.

Pero el mañoso Julen se ha deslindado de ellos ante la prensa. Al ser entrevistado en el Puerto de Veracruz, dijo que esos anuncios no tienen nada que ver con su campaña y que ya había presentado un deslinde ante el OPLE.

Quienes también aprovecharon para comenzar fueron los candidatos al Senado por la coalición del PRI-PVEM-Panal, Juan Nicolás Callejas Roldán y María del Carmen Pinete Vargas, quienes protagonizaron un acto con discursos mal entonados (Maru tiene una voz estentórea y desagradable) en el Salón Domo de Xalapa.

Callejas Roldán, quien encabeza la fórmula, se comprometió a donar el 70 por ciento del salario como Senador para dotar de mobiliario, equipamiento y necesidades básicas de escuelas del estado, y la implementación nacional del “Salario Rosa”, cuyo propósito es disminuir la condición de pobreza extrema o vulnerabilidad de las mujeres de 18 a 59 años de edad que se dediquen a las actividades del hogar y que no perciban pago alguno.

Los postulantes respaldados por Morena, PT y PES, la diputada federal con licencia Rocío Nahle García y el exdiputado y exalcalde priista Ricardo Ahued Bardahuil, darán inicio a su campaña este lunes 2 de abril.

 

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