En algunos medios informativos locales trascendió una supuesta invitación que habría realizado el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, a la delegada del ISSSTE en Veracruz, Elízabeth Morales García.

Al margen de los desmentidos de ambas partes, lo cierto es que la ex alcaldesa de Xalapa es un cuadro que aporta en términos políticos y electorales al tricolor, de tal manera que no sería descabellado que recibiera alguna invitación de Morena o de cualquier otro instituto.

El pasado martes, los medios consignaron la declaración de la ex diputada local Jaqueline García, quien habría señalado que Elízabeth Morales está desaprovechada por su partido, el PRI, por lo que le invitó a sumarse a Morena.

Rápido, la dirigencia de Morena negó la invitación y desconoció como operadora a García Hernández, quien habría hablado en nombre propio y no en el del partido que lidera López Obrador.

La delegada del ISSSTE ha sido presidenta municipal de Xalapa, diputada federal y lideresa estatal del Partido Revolucionario Institucional, de tal manera que trayectoria no le falta.

Pues bien, al margen de esa u otras invitaciones a Elízabeth Morales, lo cierto es que si el PRI no hace algo para evitar posibles fugas de militantes y cuadros distinguidos, nada bueno podrá esperar en la elección para gobernador.

Daniel Olmos ¿traicionó la alianza?

Los saldos de la elección municipal extraordinaria en Emiliano Zapata siguen revelándose, al igual que la propia naturaleza de los protagonistas.

La alianza PAN-PRD volvió apostar por Daniel Baizabal González, quien era considerado su mejor carta no sólo por su trayectoria política y trabajo social, también por su liderazgo y arraigo.

Las condiciones parecían apropiadas para un triunfo de Baizabal, hasta que el exalcalde perredista de ese municipio, Daniel Olmos García, buscó al interior del Sol Azteca la manera de no quedarse fuera de la contienda y logró imponer a su hija Diana Olmos Barradas como síndica en la planilla perredista.

Nos comentan que Baizabal no estuvo de acuerdo, aunque al final respetó la decisión del PRD, aun cuando esto habría de convertir en el inicio del declive de la alianza.

El resultado: quienes respaldaban el proyecto de Baizabal sintieron desencanto; no faltó quien mirara hacia otro lado.

La gente de ese lugar no perdonó al cuestionado ayuntamiento de Daniel Olmos García; y tampoco pasó por alto el intrascendente trabajo de su hijo, Daniel Olmos Barradas, como diputado local.

Aunque pudiera decirse que Diana no tiene la culpa, simple y sencillamente en su apellido llevó la penitencia.

Todo ello se reflejó en las sábanas electorales que se colocaron afuera de las casillas: Daniel Baizabal tuvo entre 10 y 20 votos por cada una y con esa cantidad no se gana una elección.

La derrota de la alianza PAN-PRD fue contundente y dejó a los panistas con mal sabor de boca y con fundadas sospechas.

Con toda razón, pues la animadversión a un sólo hombre torpedeó la campaña y el avance del proyecto que Baizabal representaba.

Como bien dice el dicho: “De los errores se aprende” y habrá de quedarle claro a todos los involucrados en la alianza, particularmente al PRD, que la lección de la elección significa que los proyectos políticos de amplio alcance van más allá de satisfacer deseos, caprichos personales y cuotas de poder, tomando en cuenta que se avecinan las elecciones de julio.

Por los resultados favorables al vencedor y la distancia respecto al segundo lugar, hay un tufo de traición amarilla, nos dicen, que comienza a inundar el ambiente en Emiliano Zapata.

Mientras tanto, el juicio popular es implacable y la burla también porque se escucha que en la próxima elección no hay que pedirle votos a Olmos.

A Daniel Baizabal le queda el sabor amargo de la derrota, aunque también la satisfacción de haberle cumplido a la alianza PAN-PRD y a su gente. Hay que recordar que en política no hay muertos. @luisromero85