Guillermo del Toro se llevó la noche de la 90ª entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, La forma del agua le permitió subir al escenario a recibir las dos estatuillas más importantes, la de Mejor Película y la de Mejor Director. Esa noche arribó al Olimpo de los directores mexicanos que han obtenido el codiciado premio, y se colocó al lado de Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu. Pero muchos otros mexicanos han estado ahí para ser reconocidos en otras categorias: Anthony Quinn, Eugenio Caballero, Emmanuel Lubezki, Beatrice De Alba y varios más.
Poco a poco y merced a su calidad y su capacidad de trabajo, los cineastas mexicanos se han ido ganando el reconocimiento y el respeto de la comunidad dedicada al séptimo arte, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo. A un lado de los grandes nombres, hay una generación que emerge con gran fuerza expresiva, a ella pertenece el xalapeño Alejandro Cortés, joven que se trasladó hace cinco años a Nueva York para estudiar la carrera de cinematografía y desde entonces ha participado en más de 100 producciones fílmicas.
La narrativa es su principal medio de expresión, pero no le son ajenos los documentales, los comerciales, los videos musicales y las series episódicas, pues en todos esos géneros ha participado y a partir de ellos ha construido su discurso visual. En los últimos años ha llevado su carrera por los caminos del compromiso social para que su quehacer incida, aunque sea en una pequeña parte, en la solución de la problemática de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Hace unos días platiqué con él.

Toma uno

Soy originario de Xalapa, Veracruz. Crecí en un entorno muy tranquilo, mi ciudad ha cambiado mucho con el paso del tiempo pero recuerdo mi niñez de manera muy gratificante porque fui un niño con la oportunidad de estar en provincia. Inicialmente quería ser futbolista, esa fue mi primera pasión, pero una vez que me mudé de Xalapa a Puebla para estudiar la preparatoria en el Tec. de Monterrey, fui desarrollando el gusto por el cine a través de los proyectos que hacía para mis clases de distintas materias en las que pedían hacer videos, eran proyectos muy sencillos.
En ese entonces no tenía una cámara, no sabía nada de cine, nadie me enseñó cómo cubrir una escena pero fui descubriendo, con una webcam, que si ponía la cámara en tal ángulo y luego la cortaba con otra imagen había una continuidad en la acción y eso me pareció fascinante. Me encantaba hacer ese tipo de proyectos, por más sencillos que fueran, y disfrutaba mucho de ese proceso de poner las imágenes juntas y contar una historia, pero realmente lo veía como un hobby, en ese entonces no pensé que fuera a enfocarme en esta profesión.
Al terminar la preparatoria llegó el momento de preguntarme qué iba a hacer con mi vida, y como te comentaba, no tenía un entendimiento del cine más allá de lo que yo mismo había aprendido pero me interesaba mucho, les expresé ese interés a mis padres, me apoyaron y cuando terminé la preparatoria, ese mismo verano, tomé un curso de cuatro semanas, aquí en la ciudad de Nueva York, en el que se me abrieron los ojos a un mundo nuevo para mí en el cual me sentí en casa e inmediatamente descubrí que era lo que me movía por dentro. En ese curso entendí los detallitos más simples como la iluminación, cómo funciona una cámara, para qué sirve una claqueta y todos esos pequeños elementos, y descubrí que me fascinaba aprender más y más del tema, y que no era nada más un hobby.

Travelling

Realmente no tenía planeado terminar en Nueva York, pero me encantó tanto el proceso y la manera en que lo descubrí fue tan espontánea que terminé quedándome. Empecé la carrera en la School Visual Arts y estuve cuatro años estudiando la especialización en cinematografía, fue el enfoque que decidí darle a mi carrera, concentrarme en la cámara y en todo el aspecto cinematográfico de una producción. Dirigí algunos proyectos, también soy productor, pero me enfoqué en la dirección de fotografía.
Desde que llegué a Nueva York, tuve la oportunidad de conocer gente de fuera de la escuela que me fue incluyendo en sus proyectos, tuve la fortuna de saltarme ese escalón y tener la oportunidad de ser parte de producciones importantes e independientes desde mi primer año de la universidad. Gracias a eso, combinado con los proyectos que desarrollé dentro de mi estancia en School Visual Arts, ya he participado en más de 100 producciones desde el 2013. Como director de fotografía, he estado en 30 producciones y el resto ha sido en posiciones dentro del departamento de cámara, he tenido la oportunidad de desarrollarme en distintas posiciones y entender mejor cómo funciona cada engrane dentro de una producción.

El séptimo arte

A medida de que fui entendiendo el medio del cine, me fui dando cuenta del impacto que tiene en las masas y de lo mucho que puede llegar a influenciar la vida de una persona. En mi caso, experimenté ese impacto al ver películas que me hacían reflexionar acerca de mí mismo y del ser humano en general, y me di cuenta cómo el cine va muy de la mano con la publicidad y la manipulación, realmente, no deja de ser una mentira lo que estamos planteando, una emoción que no existe pero que la tratamos de capturar y tratamos de convencer a una audiencia de que en realidad sí está pasando.
Ese proceso de transportar a una audiencia a los zapatos de otra persona, de otras vidas, de otras circunstancias y lograr la empatía en la gente, me pareció una herramienta muy poderosa y descubrí que algo que me interesa mucho como ser humano es sentir que estoy aportando algo a mi sociedad. También descubrí que mi pasión viene de hacer e involucrarme en proyectos que pueden aportar algo a distintas problemáticas sociales, lo que me gusta de esto es que puedo, con cada proyecto, hablar de un tema completamente nuevo, y poder explorar todas esas problemáticas, de cierta forma se ha vuelto lo que le da propósito a mi carrera: poder usar este medio con responsabilidad y con compromiso para aportar un granito de arena a la sociedad. Me parece que si todos pudiéramos explotar nuestras profesiones para generar un cambio positivo, podríamos aspirar a un mundo mejor, ese es el enfoque que le he dado a mi carrera en los últimos años.
Algo que he aprendido con el tiempo es cómo todas estas experiencias y las distintas formas de tener un acercamiento al medio -ya sea documental, narrativa, cortometraje o largometraje-, me han dado un mejor entendimiento del medio y de cómo funcionan los diferentes géneros. Con ese conocimiento he podido combinarlos, algunas veces he tomado técnicas que he aprendido en documental y las he puesto en narrativa, y viceversa. Me parece que la clave para mí como cinematógrafo es mantenerme abierto a los cambios y adaptarme a los distintos géneros, y dependiendo de lo que la historia demande, poder desarrollar y diseñar la gramática visual de cada proyecto.

(CONTINÚA)

SEGUNDA PARTE: Storyboard

https://vimeo.com/255609954

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