Para tener solidez económica se necesita hacer una buena gestión del dinero, así como una buena administración de los fondos.

Sin embargo, pese a que muchas personas cada día se suman al mundo del emprendimiento, y comienzan a ganar dinero en cantidades considerables, aun así, estas no logran tener seguridad financiera. Hay quienes incluso están llenos de deudas.

En la mayoría de los casos esto ocurre porque los emprendedores no saben cómo separar sus ganancias personales de las ganancias del negocio.

De hecho, abundan los casos en los que muchos ni siquiera tienen conocimiento sobre qué parte del dinero proviene del emprendimiento y cuál corresponde con las entradas obtenidas por otros medios. Esto asunto se torna más complicado cuando el emprendedor tiene su propio negocio, pero además también tiene un empleo en el que trabaja para otra empresa.

Más allá de ver el lado negativo de la situación, tiene más valor ver el problema como un reto que permitirá obtener mayor aprendizaje financiero, e incrementar las ganancias una vez que se tengan las nociones necesarias para mantener el equilibrio entre las ganancias personales y las del negocio.

Uno de los errores más frecuentes en los que incurren muchos emprendedores es el tomar dinero de los fondos del negocio para solventar problemas personales, gastos no previstos, e incluso algunos caprichos, lo cual exige educarse en materia financiera.

Sólo cuando se empiezan a ver vacíos en las cuentas a final de mes, o los números no dan para cubrir los gastos propios del negocio, entonces quien lleva la administración se da cuenta que ha tenido una mala gestión del dinero.

En el peor de los casos, muchos negocios se ven obligados inclusive a cerrar sus puertas al público ante la imposibilidad de mantenerse.

Para evitar que esto ocurra y tengas que vivir una experiencia tan desagradable como la mencionada, compartiremos contigo una serie de consejos para que aprendas a equilibrar todas las ganancias que percibes.

Consejos para mantener el equilibrio en las finanzas

1-Empieza por conocer: cuáles son las ganancias que provienen de tu negocio y cuáles son las personales. Para determinar de dónde proviene cada entrada de dinero tendrás que empezar a observar la manera en la cual gastas. En primer lugar, toma un papel –aunque hoy día puedes hacer uso de apps para controlar tu dinero- y toma apunte de cada gasto que hagas anotando al lado “personal” o “negocio”, según sea el caso. Hacer este seguimiento, no sólo te permitirá identificar la procedencia de los gastos que realizas, sino que también podrás evaluar cuál es el nivel de tu vida de acuerdo a todos los egresos.

2-Toma decisiones sobre tu dinero: es decir, no pienses en qué fecha ingresará más dinero, sino enfócate –con toda la fuerza de tu voluntad- en decidir cómo puedes hacer uso de tu dinero sin tener que poner en jaque tu negocio. No te dejes llevar por los impulsos de simplemente querer más cosas, sin considerar que estás poniendo en riesgo tu negocio cada vez que tomas dinero que no deberías tocar, especialmente si el emprendimiento apenas se está introduciendo en el mercado y no está todavía consolidado.

3-Ordena los gastos: tanto los del negocio como los tuyos. Por ejemplo, toma dos hojas, una será para hacer anotaciones del negocio y la otra para anotar los gastos personales. En la hoja del negocio, anota los gastos de facturas por pagar, servicios, deudas, pago del personal, reposición de inventario, y los demás que consideres necesarios. En la hoja para anotar los gastos personales, agrega el pago de servicios, alimentación, limpieza, vestimenta, cuidado personal, entre otros. Con este paso podrás tener un mejor control sobre los ingresos y egresos del dinero que pertenece al negocio y al tuyo.

4-Utiliza varias cuentas: o por lo menos dos, una para los ingresos y egresos del negocio y otra para tus entradas y salidas personales. Teniendo el dinero separado, y utilizando cada cuenta de manera inteligente, también podrás visualizar más detalles sobre todas las transacciones que efectúes.

5-Agrega tu salario entre los egresos del negocio: tal como si fueses otro empleado más. Este salario también debe estar incluido entre los egresos correspondientes al pago del personal. Sé consciente en la manera en la cual gastas dinero. Tal vez compres cosas de más, o te estés dando un estilo de vida que no sea el más oportuno en este momento. Si este es el caso, tendrás que esperar que el negocio esté más holgado monetariamente.

6-Crea un calendario: y paga todas las deudas que tengas antes que este acumule intereses que te esclavicen durante mucho tiempo. Si tienes un empleo adicional a tu emprendimiento, no lo dejes hasta que hayas salido de las cuentas por pagar, de modo que no pongas el riesgo el dinero del negocio.

7-Destina un porcentaje: exclusivo para un fondo de emergencias, al que podrás recurrir si ocurren sucesos inesperados. Con este fondo no tendrás que tocar el dinero del negocio que es para cubrir otros gastos, ni tendrás que dejar en cero tus ganancias personales.

De igual modo debes tratar de no tomar dinero de tu bolsillo para sostener un negocio que tiene los días contados, puesto que tampoco es inteligente ni necesario que te descapitalices para dar soporte a algo que no te brinda ningún beneficio. En este punto te toca considerar si mejor cierras el negocio, o si aún crees que puede ser rescatado. Para saberlo, debes recurrir a un asesor financiero y al contador que lleva la administración de tu negocio.

Si sigues estos pasos podrás disfrutar de mayor liquidez con tu dinero, y podrás manejar ambas ganancias –las personales y las de tu negocio- sin necesidad de convertir la ilusión que te llevó a emprender en una experiencia desagradable.