La Secretaria de Seguridad Pública desvió 272.4 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) en 2016,  a través de transferencias a cuentas irregulares y contratos a empresas fantasma, reveló la Auditoría Superior de la Federación  (ASF).

El 90 % de los recursos destinados para el desarrollo, evaluación y certificación de policías, el   equipamientos para operativos de seguridad  y otras áreas primordiales en la Secretaría de Seguridad Pública a cargo entonces de Arturo Bermúdez Zurita,  fueron transferidos a cuentas no oficinales de donde se desconoce su destino final.

La Secretaría de Seguridad pública entregó seis contratos para la compra de uniformes de policías, equipamiento de camionetas, compra de motocicletas, cursos de formación y certificación policial , bienes informáticos, y equipos para el reconocimiento de voz y toma de huellas dactilares, de los cuales no se pudo comprobar existencia física ni evidencia documental.

Además, cuando los auditores acudieron a los domicilios de las empresas, resultaron ser inexistentes.

La auditoría  Financiera con Enfoque de Desempeño: 16-A-30000-14-1670 1670-GB-GF señala que 255. 7 millones de pesos fueron transferidos a cuentas bancarias ajenas al fondo,  8.8 millones de pesos fueron invertidos en un obra que nunca entró en operación, 7.8 millones de pesos se pagó a empresas inexistentes,  y 16.8 millones de pesos no se ejercieron.

El detalle de la auditoría da a conocer que la forma de desvío es similar a la de otros fondos, la Secretaría de Finanzas y Planeación, entonces a cargo de Antonio Gómez Pelegrín no entregó los recursos del FASP a las dependencias donde había recursos etiquetados: el Tribunal Superior de Justicia, la Fiscalía General del Estado y la propia Secretaría de Seguridad Pública.

 De los 298.7 millones de pesos totales del fondo,  entregó 25.2 millones de pesos al tribunal Superior de Justicia, a la Fiscalía General del Estado solo entregó 690 mil pesos de los 72 millones presupuestados,  17 millones de pesos a la SSP de los 187 millones de pesos  presupuestados,  y cero pesos a la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), de los 13 millones de pesos presupuestados.

Los contratos fantasma

La auditoría detalla que en 2016,  la SSP entrego tres contratos por 2 millones de pesos de recursos del FASP 2009, 2013 y 2014  para la compra de:  compra de uniformes policiacos, equipamiento para 11 camionetas doble cabina,  y 17 motocicletas Harley Davison.

Sin embargo no existe documentación justificativa, ni evidencia de la recepción y existencia de los bienes,  y señala “A través de una visita física al domicilio fiscal  donde se contrató la adquisición de uniformes  se observó que no existe”.

Además entregó los contratos por 2.9 millones de pesos dentro del programa de desarrollo, profesionalización, y certificación policial,   en los cursos de capacitación  técnicas de función policial para  884 elementos policiacos activos,  y formación  inicial equivalente para 466 elementos, pero no se encontró evidencia física ni documental de la realización de los cursos, la empresa a quien se adjudicó el contrato es inexistente.

La SSP también entregó otros dos contratos por 2.2 millones de pesos para la adquisición de equipos para el reconocimiento de voz y toma de huellas dactilares,  bienes materiales de oficina, kits de material didáctico, materiales y útiles informáticos, de los cuales no hay documentación comprobatoria  ni justificativa del gasto,  “se carece de documentos,  que acrediten la adquisición, y recepción de los materiales,  tampoco hay evidencia de los cursos que se realizaron. Se visitó a las empresa y no existen”, señala la auditoría.

Derivado de estas anomalías la ASF  determinó 23 observaciones, de las cuales 15 ya fueron solventadas,  las ocho restantes derivaron en dos recomendaciones y seis pliegos de observaciones.

Flavia Morales/Avc