De un “plumazo” , la Secretaría de Salud eliminó del presupuesto estatal los recursos etiquetados para VIH- Sida, lo que violenta la ley 306 para enfrentar la epidemia, que obliga a destinar cada año recursos específicos en Veracruz.
En los últimos tres años, el presupuesto destinado para prevención ha sido reducido dramáticamente, en 2016, de los 59.4 millones de pesos, apenas se liberaron 18 y en 2017, apenas 10 millones de pesos.
En contraparte, el Centro Nacional para la Prevención y control del VIH (Censida), ha revelado que las cifras de nuevos casos de Vih– Sida se han duplicado en Veracruz, y la entidad es la primera en mortalidad de pacientes en el país, y el primer lugar en mujeres y niños contagiados.
Patricia Ponce, Integrante del Grupo Multisectorial vih, advierte que la situación es grave, pues al no etiquetar recursos para este programa, cabe la posibilidad de que el dinero se maneje a discrecionalidad y “capricho” de la Secretaría de Salud.
“Pareciera que no es prioridad, porque los enfermos de vih son pobres, son analfabetas, es gente con historial social de discriminación, por ser mujeres, por ser indígenas, no sé si a esto se sume que finalmente se van a morir”, señala.
Advierte que no hay voluntad política para atender la problemática, porque la gente con VIH no da votos, da taches, “ no es grato ni estar ni hablar de este tema”.
Para la también investigadora del Ciesas Golfo y coordinadora de la Red Nacional de Organizaciones por la no criminalización del vih, la situación es dolorosa y simbólica “Es borrar de un plumazo la epidemia, habría que exigirle cuentas al congreso del estado y a la propia Secretaría”.
Cifras se duplican, en 2017 se detectaron 1083 nuevos casos de VIH- Sida
En 2002, cuando el grupo multisectorial nació como contraloría social, Veracruz apenas acumulaba 1 mil 200 personas contagiadas, pero la cifra se ha multiplicado gravemente cada año.
De acuerdo a Censida, en Veracruz hay 16 mil 340 casos de Sida acumulados, y solo al tercer trimestre del 2017 reportó 305 nuevos casos, 100 más que en 2016, cuando se registraron 209 casos.
A esta cifra se suman 8 mil 109 casos acumulados de seropositivos a vih, de los cuales 768 fueron detectados en 2017, cifra que se duplicó, pues en 2016 se detectaron apenas 372 casos.
La estadística pueden ser incluso el doble, advierte la activista Patricia Ponce, pues por cada persona con el virus, hay por lo menos otras cinco que están contagiadas pero no lo saben.
Veracruz ocupa además, el segundo lugar en jóvenes y niños con vih, el tercer lugar en mujeres con el virus y los primeros lugares en mortalidad de enfermos, pues el 54 % de las personas que llegan a los servicios de salud, tienen un avance importante de la enfermedad.
El impacto de no tener presupuesto
La ley para enfrentar la epidemia del vih- sida en Veracruz, prevé en su artículo 5, 6 y 7 que en el presupuesto anual de egresos del gobierno del Estado, se asignarán partidas para destinarse exclusivamente a los siguientes renglones: Apoyar investigaciones científicas dirigidas por la Secretaría de Salud, con el propósito de prevenir el contagio del vih, así como para encontrar la cura del Sida, contar con los antirretrovirales suficientes para la cobertura universal, sufragar los programas establecidos para cumplir los objetivos la Ley.
En 2015 y 2016, el presupuesto alcanzó niveles históricos, de los 82 millones de pesos que se solicitaron, lograron que el Congreso Local aprobara 59.4 millones de pesos bajo la clasificación programática Prevención y control del VIH/Sida y ETS.
Sin embargo, a pesar del presupuesto etiquetado, apenas se liberaron 18 millones en 2016 y 10 millones en 2017, esto de acuerdo a un documento solicitado a través de transparencia a la Secretaría de Salud estatal.
Para el presupuesto de egresos 2018, los recursos ya no fueron etiquetados. Ver presupuesto 2018
Patricia Ponce señala que es lamentable que ni los diputados locales ni el secretario de salud puedan defender el presupuesto que está plasmado en la ley 306.
“Es un duro golpe, porque los recursos quedarán a merced o capricho de la administración del secretario, están, pero no sabemos dónde ni como se gastarán”.
Advierte que Veracruz necesita alrededor de 100 millones de pesos anuales para atender la grave problemática que enfrenta, pero en contraparte hay una disminución de los recursos.
La reducción del presupuesto ha generado consecuencias graves para la atención de miles de enfermos en la entidad, ha derivado en desabasto de leche materna para madres con vih, una mala tención en los Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) y el aumento de casos cada año.
“Tenemos más de cuatro años exigiendo la creación de nuevos capacits, acercar el servicio a las personas de zonas rurales indígenas, de crear por lo menos uno en Los Tuxtlas, otro Pánuco y otro en Cosamaloapan, la epidemia es más rural y más indígena, en estos centros de atención llegaría la gente más pobre que no tiene recursos para llegar mes con mes a otros centro ”, dice.
La situación de los cinco Capasits en Veracruz es lamentable, la activista relata que no cuentan con auditorios, en algunos la sala de espera es la misma donde se atiende a los enfermos, en otros hay goteras y plafones cayéndose, tampoco hay medicamentos para las enfermedades “oportunistas” que se padecen por la enfermedad.
“No es posible que estemos en los primero lugares de niños con VIH, y sigan se pariendo niños, o en primer lugar en mortalidad, es inaudito, nosotros propusimos al secretario de salud una estrategia para bajar la tasa a la mitad en un año, pero no fuimos escuchados”.
Del secretario hemos recibido gritos y amenazas
Patricia Ponce revela que como grupo solo han sostenido una reunión con el Secretario de Salud, Arturo Irán Suárez Villa, donde les informó que tenía muchos problemas y no tenía tiempo para atender los problemas del multisectorial.
“ Le hicimos saber que nuestros problemas los arreglamos en casa, y los planteamientos que llevamos a la Secretaría de Salud son parte de nuestro trabajo como contralores sociales, le propusimos reunirnos cada tres meses con la responsable de salud pública, pero eso no ha sucedido”.
Ponce relata que después, ella se reunió en privado con el secretario, pero no se pudo llegar a acuerdos “No hay acuerdos, hay soberbia, un desconocimiento profundo de quiénes somos, qué hacemos, un desprecio por trabajar de forma coordinada, muchos gritos y amenazas”.
Esta consciente de que al titular de salud no le gustan las declaraciones públicas, pues intenta imponer una “mordaza”, y no está dimensionando la magnitud de la epidemia en Veracruz.
“Cuando hablamos de estos focos rojos, ellos se molestan cuando damos los datos, y les molesta porque los exhibe frente a la incapacidad de asumir la responsabilidad frente a un epidemia del tamaño que tienen, fuera de control”, advierte.
Flavia Morales