Un equipo de investigadores ha descubierto los fósiles de mariposas y polillas más antiguos del mundo. Sus hallazgos revelan que estos lepidópteros ya existían cuando comenzó el Jurásico, hace aproximadamente 200 millones de años. Por aquel entonces, ya tenían la trompa con la que hoy en día succionan néctar, pese a que las primeras plantas con flores aún tardarían 70 millones de años en aparecer.
Apenas se han encontrado fósiles de mariposas hasta el momento, lo que ha dificultado estudiar su historia evolutiva. Esto se debe a que cuando caen en el agua, las escamas de las alas flotan y cuesta mucho que lleguen al sedimento del fondo y se forme un fósil. “Como pasan tanto tiempo en la superficie del agua, se degradan o los peces se las comen”, explica el investigador del CSIC en el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) y experto en mariposas, Roger Vila. Algunos fósiles provienen de ejemplares que se han quedado pegados a la resina de los árboles, pero son difíciles de encontrar.
A esto hay que sumar que las escamas de estos insectosson muy pequeñas. Bas van de Schootbrugge, uno de los autores de la investigación, señala que «solo se tiene la oportunidad de encontrarlas cuando se busca otros restos orgánicos microscópicos, como los granos de polen fósil». En este caso, el equipo liderado por el biólogo evolutivo de la Universidad de Utrecht, Timo van Eldijk, recuperó los fósiles de rocas en el norte de Alemania. Después, los investigadores analizaron cerca de 70 escamas que cubren las alas, los cuerpos y las patas de las mariposas y polillas. Algunas de ellas pertenecían a ejemplares del grupo Glossata, que incluye a mariposas y polillas con un sofisticado dispositivo de alimentación por succión conocido como probóscide.
Hasta ahora la hipótesis más aceptada era que esta «trompa» había surgido como adaptación para alimentarse del néctar de las flores. Pero los nuevos hallazgos, publicados en la revista Science Advances, echan abajo esta teoría. Los investigadores sostienen que la utilizaban para succionar secreciones dulces moldeadas en gotas de plantas portadoras de semillas. De este modo, las mariposas evitaban la deshidratación en el clima árido y cálido.
Siglos más tarde, las cambiarían por las flores. Pero hoy en día las mariposas no solo usan la probóscide para chupar el néctar. También succionan sales minerales del suelo o el jugo de frutas maduras. “Incluso hay especies del sudeste asiática que se han especializado en chupar la sangre de animales”, cuenta Vila.
La mayoría de las investigaciones realizadas hasta el momento se habían hecho con mariposas enteras. Para Vila, lo más novedoso del estudio es que por primera vez se han estudiado las escamas de las alas de mariposas. El experto reconoce que los datos que se puede obtener de esta manera son más limitados que si se analiza un insecto entero: “Con las escamas puedes diferenciar si son mariposas con espiritrompa o con mandíbulas, no puedes ir mucho más allá”. Sin embargo, considera que dan una información “muy potente” sobre, por ejemplo, la distribución geográfica y temporal de estos animales. Bas van de Schootbrugge sostiene que con este estudio, se abre una nueva vía de investigación: «Estamos esperando que otros investigadores encuentren escamas incluso más antiguas».
Con información de El País