Si los seguidores fueran votos sin duda ganaría AMLO con sus 3 millones y medio de seguidores, pero la realidad es otra, tomando en cuenta que habría que ver cuántos de esos seguidores son reales, a cuántos les llegan los mensajes que difunde. Por ejemplo, se puede tener menos cantidad de seguidores y mayor penetración en los mensajes con una buena estrategia digital, no me refiero sólo a comprar publicidad, sino al contenido de lo que se comunique, de ahí parte todo.
Los precandidatos manejan estrategias digitales muy distintas, José Antonio Meade con tuits y estados en Facebook muy sencillos, simples, puntuales; Ricardo Anaya está activo con poca creatividad, desde “el palomazo”, videos, transmisiones en vivo; Andrés Manuel con sus videos sin tanta producción, un poco largos, pero dejando mensaje y picando la cresta a sus contrincantes con su slogan de “el cambio con Morena”.
Aún son precandidatos y ya están echando toda la carne al asador, puede ser contraproducente o posicionarlos, sin embargo, la creatividad se acaba y es algo que debe permanecer en la parte online. Aunque Meade parezca pacífico en sus redes sociales, sus mensajes los estaba mandado con algunos líderes de opinión, por cierto, uno muy criticado fue el tuit de López Dóriga, difundiendo a la esposa de José Antonio haciendo compras para la cena, independientemente de que era una copia de lo hecho en otro país (Alemania), la imagen del periodista fue atacada y la difusión del mensaje cumplió el objetivo.
Las estrategias online son muchas, todas funcionan, pero lo que hace su éxito es la creatividad, la identificación con el mensaje y lo interesante que pueda ser para compartir. Las plataformas online serán una herramienta muy importante para las campañas, con un cierto porcentaje de influencia en la decisión del voto. Como lo he escrito antes, la guerra será en internet y en micrófonos, pero aún no lo suficiente como para determinar la victoria o la derrota.
En este año habrá nuevo presidente con pocos o muchos seguidores en redes sociales, ojalá y no se vayan con la finta de que lo más importante es comunicar en internet, no todos los mexicanos tienen acceso a un celular o computadora, existe todavía un porcentaje que no lo usa y también vota. Incentivar el voto es algo que deben tomar en cuenta los precandidatos, o bien, lo harán a los que les conviene. Las redes sociales no deciden quién gana, el voto juvenil será el determinante, por lo que habrán que esforzarse al triple, esta generación pregunta todo, veremos qué candidato responde a todo.