La estella de Tabby, también conocida como la más misteriosa del Universo por sus incomprensibles cambios de brillo, no estaría orbitada por una megaestructura alienígena, sino que sus cambios de brillo podrían deberse simplemente a cúmulos de polvo.
Un equipo de más de cien investigadores, dirigidos entre otros por la profesora Tabetha Boyajian de la Universidad Estatal de Luisiana (EU) considera que los nuevos datos conocidos “desacreditan” la teoría de la civilización extraterrestre, según publica hoy The Astrophysical Journal Letters.
KIC 8462852, aunque Boyajian la ha apodado como “la estrella de Tabby”, es aparentemente una estrella promedio. Un 50 por ciento más grande y mil grados más caliente que nuestro Sol, que se ubica a más mil años luz en la constelación del Cisne.
Pero lo que la hace única es que su brillo aumenta y disminuye de manera inexplicable, lo que ha dado lugar a variadas teorías para intentar explicar ese patrón luz, incluso que una megaestructura alienígena pudiera orbitar la estrella.
El polvo es la “causa más probable” de que disminuya la luz de la estrella y luego vuelva a brillar. Los nuevos datos muestran que los distintos colores de la luz están siendo bloqueados en intensidades diferentes, indicó Boyajian.
Por lo que, indicó, “sea a lo que sea que pase entre nosotros y la estrella no es algo opaco, como podría esperarse de un planeta o una megaestructura alienígena”.
El misterio de la estrella de Tabby es tan fascinante que más de mil 700 personas donaron 100 mil dólares (83 mil 034 euros) en una campaña de micromecenazgo para observar y recopilar nuevos datos del cuerpo celeste a través de una red de telescopios en todo el mundo, entre ellos varios en las islas Canarias (archipiélago español en el Atlántico).
La estrella de Tabby registro entre marzo de 2016 y mayo de 2017 cuatro episodios de atenuación de su brillo, los cuales, recordaron los autores del estudio, “son antiguos” pues ahora se están observando eventos que sucedieron hace más de mil años”.
Para los expertos, estos episodios de variación en el brillo de la estrella están, “casi seguramente, causados por algo normal, al menos a escala cósmica, lo que los hace más interesantes no menos. Pero sobre todo son misterioso”, indica el estudio.
Sin embargo, “aún no se han encontrado todas las respuestas” y los expertos siguen observando a la estrella esperando a que despierte nuevamente y muestre nuevas atenuaciones de la luz, de hasta el 20 por ciento, similares a las que ya registró el telescopio Kepler hace cinco años.
El método con el que se estudia esta estrella apunta a “una nueva era de la Astronomía”, según apunta un comunicado del Instituto de Astrofísicas de Canarias, uno de los que participa en las observaciones.
Y es que los astrónomos aficionados llamados “Planet Hunters” (“Cazadores de planetas”) han sido los que, revisando cantidades masivas de datos de la misión Kepler de la NASA, detectaron el comportamiento inusual de la estrella en 2015.
Además de la importancia de los fondos aportados por la campaña de micromecenazgo. “Una vez más, sin el apoyo ciudadano no habríamos obtenido esta gran cantidad de datos”, afirmó Boyajian.
Pero aún quedan más preguntas por contestar, pues, aunque esta última investigación “descarta las megaestructuras extraterrestres, aumenta la probabilidad de que otros fenómenos estén en la base de esa atenuación” del brillo, señaló Jason Wright, profesor asistente de la Universidad de Luisiana.
En este sentido citó hipótesis que apuntan hacia exocometas como explicación al misterio de la estrella de Tabby, “que parecen ser consistentes” con los datos disponibles o la idea de que nada esté bloqueando su brillo, sino que simplemente se oscurezca por sí sola.
Boyajian considero que “es emocionante” y agradeció a todo el mundo que ha contribuido durante este año, “a los científicos ciudadanos y a los astrónomos profesionales” por su ayuda.
Con información de Sin Embargo