«Henry ha tomado la tradición en la cual creció y ha ampliado en gran medida su significado. Su grabación ‹Roots Before Branches› es una hermosa demostración de esta expansión», escribió Chick Corea en 2013, tras escuchar el primer disco de Henry Cole, grabado con el grupo Afrobeat Collective. Sobre su nuevo proyecto, Jaime Torres Torres sostiene: «La propuesta de Villa Locura desafía el intelecto por su amalgama de imágenes y emociones, hábilmente hilvanadas en la fusión del rock, el funk, el soul y otros sonidos de los 70, con la bomba, la plena, la rumba y el reggae».
En esta entrega final de la conversación, nos habla de esos dos proyectos y de su postura ante la música latinoamericana en la escena estadounidense.
Afrobeat Collective
Hace unos años formé un grupo que se llama Afrobeat Collective, vi cómo Fela Kuti usa todos estos elementos en una misma tarima y esos elementos son con los que yo crecí en Puerto Rico, Fela usaba el yoruba, Chano Pozo, Charlie Parker, la influencia inglesa y la cuestión política, yo tengo la bomba y la plena y crecí tocando salsa, no era Chano Pozo pero era Issac Delgado, el Gran Combo o la [Sonora] Ponceña, Charlie estuvo en mi formación tocando con los jazzistas en Puerto Rico, empecé tocando rock y tengo un mensaje, aunque no considero que necesariamente es político, es decir, no hablo del gobierno y esas cosas pero sí es un mensaje claro y presente siempre el que yo quiero transmitir: yo creo que no importa la música que hagas, siempre puedes salirte de lo mediocre y hacer lo mejor que puedas, ese es mi mensaje.
Cuando fui a Puerto Rico y me senté a tocar con todos los grupos, en un momento dejó de ser divertido porque la gente decía ya viene este otra vez, cuando vi eso dije todos los grupos en los que he tocado pueden unirse en uno, entonces adapté mi música con la percusión puertorriqueña y conseguí músicos de jazz que podían improvisar, así hice el primer disco, se llama Roots Before Branches.
Villa Locura
El segundo disco no ha salido pero ya es mucho más definido el sonido y le cambié el nombre al grupo, ahora se llama Villa Locura porque para mí, lo que estaba haciendo es totalmente afrobeat pero por alguna razón la gente tiende a querer ponerle un sello a las cosas y convertirlas en un patrón, entonces, si no sonaba como Tony Allen, no era afrobeat, decían esto es otra cosa, no se sabe si es jazz o qué es.
Lo mismo le pasó al zongo, era una forma de tocar pero la gente empezó a decir el zongo es esto y si no suena así, no es zongo, pero no es así, el zongo es una manera de tocar. Por eso le cambié el nombre, le puse Villa Locura que es el barrio donde crecí en el oeste de Puerto Rico.
Las raíces y las ramas
Yo siempre trato de decirle a los músicos latinoamericanos que hay que funcionar como equipo y como cultura porque todas las culturas en el mundo, especialmente si hablamos del jazz, se ayudan entre sí, eso está bien pero tú dices ¿y cuáles son los míos? y te das cuenta de que estamos en un limbo con eso, esa es la verdad. Hay que ver cómo nos unificamos un poco más porque sé que al final, lo he comprobado, en el punto que se considera el top, todo mundo tiene talento, todo mundo es bueno, todo mundo tiene una preparación pero hay una línea bien pequeña que considera el éxito de uno más arriba de otro y tiene que ver con tu grupo, con tu gente. Esa línea es bien fina y ahí fue cuando me di cuenta de que la cultura latina todavía no tiene tan claro eso de la unidad.
El músico latinoamericano debe verse como eso y todavía no se ve en el mundo mainstream no sé por qué, no sé cómo va a surgir eso pero sí, yo me doy cuenta de que debemos desarrollar una marca de lo que es el músico latinoamericano, Cuba lo logró y cuando en el Carnegie Hall dicen vamos a hacer una serie de latin jazz, automáticamente en el subconsciente está es cubano, eso es muy romántico y muy bonito y todo esto pero para mí es muy delicado porque significa que los demás no vamos a tener trabajo o el trabajo tengamos va a ser encaminado a eso, pero ¿cuándo van a hacer una noche de con grupos de Puerto Rico, de Argentina, de México, de Chile que son también latinos?, eso todavía no ha pasado, por eso hay que luchar mucho, consistentemente, para que no todas las noches latinas del Carnegie Hall sean Habana Night, no le quito valor al Habana Night pero hay otras cosas y necesitamos desarrollar nuestra marca porque hay mucho talento en Latinoamérica pero la gente no lo conoce.
En mi opinión, el avance más grande de la música latin jazz siempre ha venido de puertorriqueños, Danilo Pérez con Papo Vázquez, Charlie Sepúlveda, David Sánchez, Jerry González, Andy González, esos músicos empezaron a mezclar muchas cosas aunque no era la el jazz latino como se toca hoy en día.
Por ejemplo, Juan Tizol compuso Caravan pero no tiene el reconocimiento que tiene Chano Pozo con Manteca. Si hiciéramos la comparación de Caravan con Manteca, entonces Juan Tizol sería un ídolo grande porque la aportación es casi la misma, incluso más porque Juan Tizol arreglaba para big band. Yo he visto cosas así varias veces y quiero empujar para que esas cosas no pasen desapercibidas y tratar de hacerlo mejor para que se recalque la importancia de lo nuestro.
La herramienta en el cinturón
La primera vez que viajé de Puerto Rico, a cualquier lugar, a hacer música fue a Xalapa, vine al Festival Afrocaribeño de 1999 con un grupo de Puerto Rico que se llama The Soul Rebels. Yo no sabía dónde quedaba Xalapa porque no me ubicaba, en mi casa todavía guardo fotos de eso, un día se las enseñé a unas personas de acá y me dijeron ese concierto fue en la Casa del Lago, donde vas a hacer tu master class, así que voy a volver al lugar al que llegué cuando salí por primera vez de Puerto Rico para hacer música hace 18 años, qué increíble.
El futuro de la música de México es buenísimo, no todo mundo tiene que acabar tocando jazz, eso es imposible, pero si usan el jazz como herramienta y después de van a tocar al Vive Latino, en 10 años va a ser un festival casi de jazz porque todos estos músicos van a subir el nivel del rock, el folclor mexicano o lo que sea y va a haber mejores discos, y como hay tantos músicos buenos, es inminente que eso va a suceder, por eso digo wow, esta manda de músicos con tanta hambre va a aportar muchas cosas que todavía ni ellos saben a la música popular, porque el jazz se convierte en una herramienta que traes en tu cinturón, eso es lo que es.
PRIMERA PARTE: Pa´ labrar y echar semilla
SEGUNDA PARTE: Quemar las naves
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