Diana Krall ha pasado 49 años pegada a las teclas de un piano, y sus 53 recién cumplidos -nació el 16 de noviembre de 1964-, afiliada a las sonoridades del jazz. Nieta de una cantante e hija de pianistas, difícilmente podría haber sido de otra manera, desde los cuatro años se obsesionó con la música de Fats Waller, en la adolescencia, militó en la banda de jazz de su escuela y a los 15 años ya tenía un trabajo remunerado en un restaurante de su natal Nanaimo, Canadá, lugar en el que fue contratada como pianista y estando ahí, decidió probar otro instrumento, la voz.
Una beca para estudiar durante un año y medio en Berklee y la coincidencia con Ray Brown en un pequeño café en el que se presentaba, marcaron su destino. Cuando la escuchó, el bajista se ofreció a ser su mentor y mánager, así se inició una relación profesional que se prolongó hasta la muerte de Brown, acaecida en julio de 2002.
En los años 90 se trasladó a Nueva York, ciudad en la que formó su trío e inició una carrera que la ha llevado a la obtención de Grammys, la realización giras internacionales y la grabación de más de 15 discos en los que ha transitado por los caminos del pop y la música brasileña pero sin alejarse del todo de su esencia, el jazz.
El año pasado, de la mano del productor Tommy LiPuma, con quien ya había hecho un par de proyectos fonográficos, se internó en la grabación de algunos temas clásicos del jazz que han formado parte del bagaje colectivo de generaciones enteras. El disco fue dado a luz en mayo de este año con el nombre Turn Up the Quiet, pero un velo ensombreció su brillo, el fallecimiento, dos meses antes del lanzamiento, del productor.
«Es muy difícil para mí hablar de ello. Estoy destrozada, pero, al mismo tiempo, ambos teníamos el convencimiento de que este era nuestro mejor disco, y lo disfrutamos mucho. Me gustaría que estuviera aquí para celebrarlo conmigo, pero los dos lo celebramos: de alguna manera, éramos conscientes de que se trataba de mucho más que un proceso artístico. Cada noche bebíamos vino juntos, comíamos juntos. Era algo más que estar en un estudio. Él amaba todo lo que es importante en la vida», comentó a Elena Castelló en una entrevista para Revista Europa, en la que hablaron del disco:
«Elena Castelló: Vuelve usted al jazz con grandes clásicos. ¿Por qué ha escogido este repertorio?
«Diana Krall: Creo que estaba preparada artísticamente para interpretar estos clásicos. En la historia del jazz mucha gente los ha interpretado, desde Nat King Cole a Charlie Parker o John Coltrane. Creo que son una forma extraordinaria y siempre nueva de expresarse artísticamente, porque tienen unas letras bellísimas, románticas, con una gran profundidad, y te ofrecen la oportunidad de improvisar con tu propio estilo.
«EC: ¿Qué ha querido decir con el título Turn Up the Quiet (algo así como ‹Sube el volumen del silencio›)?
«DK: Es el verso de una canción del músico brasileño Ivan Lins, Love Dance. Se puede interpretar de muchas maneras, pero pienso que el silencio y la quietud permiten expresar de la forma más poderosa los sentimientos más intensos. No necesitas levantar la voz o gritar para transmitir a la gente esas emociones tan importantes. Pero, como digo, es un título abierto a interpretaciones.
«EC: ¿Quizá se ha sentido ahora, en este momento de su carrera, más madura artísticamente para transmitir estas emociones a flor de piel?
«DK: Sí, totalmente. Con más experiencia, más centrada vitalmente, para sentir que este no es otro disco más, no es un disco de género, sino la expresión de todas las cosas que soy. Es todo lo que puedo dar en 11 canciones con tres bandas diferentes. Me siento muy afortunada por haber podido reunirlas y conseguir que todo el trabajo fuera muy coherente».
Cole Porter, Irving Berlin, Johnny Mercer y Luis Demetrio son algunos de los responsables de un cancionero verdaderamente imprescindible, la lista completa de temas es:
- Like Someone in Love (Johnny Burke, James Van Heusen)
- Isn’t It Romantic (Lorenz Hart, Richard Rodgers)
- L-O-V-E (Milt Gabler, Bert Kaempfert)
- Night and Day (Cole Porter)
- I’m Confessin’ (That I Love You) (Ralph Edward Daugherty, Al J. Neiburg, Ellis Reynolds)
- Moonglow (Edgar Delange, Will Hudson, Irving Mills)
- Blue Skies (Irving Berlin)
- Sway (Norman Gimbel, Luis Demetrio, Traconis Molina, Pablo Rosas Rodríguez)
- No Moon at All (Redd Evans, David Mann)
- Dream (Johnny Mercer)
- I’ll See You in My Dreams (Isham Jones, Gus Kahn)
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