Javier Duarte volvió a asomar la cabeza para decir en un video: “Algún día diré porqué estoy aquí”. Además dio a entender que hablará de todo lo que sabe y desenmascarará a más de uno.
Y qué crees lector, nadie tembló.
Este miércoles el reportero de Grupo Imagen, Humberto Padgett, se metió con una cámara a la zona de aislamiento del Reclusorio Norte donde se encuentra Javier y se puso a platicar con él mientras lo grababa.
El ex gobernador mandó saludos a Ciro Gómez Leyva y se disculpó por no poder hablar como quisiera “ya que las condiciones actuales no lo permiten”, pero prometió al periodista que el día que eso suceda tendrá la exclusiva.
El asunto es que ese día jamás llegará.
Duarte sabe que si abre la boca no pasará mucho tiempo antes de que detengan a su esposa y la depositen en el penal para mujeres de Santa Martha Acatitla. Y eso nada más para empezar.
Sabe que los bienes que tiene a resguardo de prestanombres pasarían a manos de la PGR y el SAT, y que la fortuna que se robó sufriría una merma escandalosa.
Esto traerá como consecuencia que pierda sus privilegios carcelarios y quede a merced de los chacales de allá dentro, que por unos cuantos pesos le harían el favor a sus enemigos de suicidarlo.
¿Cómo se logró el video?
Creme lector que no es fácil llegar a una cárcel con una cámara al hombro, y pedir a los carceleros que te den chance de entrevistar a uno de los reos más famosos del país en el interior de su celda.
Alguien de mucho muy arriba tuvo que haber dado el permiso.
¿Con qué objeto? Nomás con el fin de aguarle la fiesta a Miguel Ángel Yunes el mismo día que presentó su informe de gobierno. Y hacerle ver que en Los Pinos no se cruzarán de brazos en la elección del 2018, concretamente para la gubernatura de Veracruz.
A pesar de las porras que Yunes Linares acostumbra echarle a Enrique Peña, éste se ha distanciado mucho del gobernador veracruzano, y Miguel Ángel debió saber que el distanciamiento va en serio cuando no hubo representante presidencial en su informe.
El video de este miércoles, fue nomás para que vea que la cosa va en serio.
Pero de eso a que Javier hable todo lo que sabe hay un mundo de diferencia.
El tipo está solo y tiene miedo. Ya se dio cuenta que sus “amigos” no cumplieron con el pacto de encerrarlo un par de meses para soltarlo después. Lleva más de medio año en prisión desde que lo detuvieron en Guatemala y no tiene para cuándo salir.
Esto lo ha llevado a sufrir crisis de angustia y desesperación. Dicen que hay días en que su ansiedad es tal que grita, amenaza y vocifera. Pero sabe que lo que sabe no puede decírselo ni a la almohada, so riesgo de que ésta vaya con el chisme al despacho presidencial de Los Pinos y a la Secretaría de Gobernación.
De protagonista, el ex gobernador se convirtió en un títere del PRI y del gobierno peñista que lo manejará de acuerdo a su conveniencia.
En alguna ocasión dije que una vez preso, Duarte bailaría al son que le toquen desde Los Pinos.
Y ya comenzó a menearse.