Justo el 7 de noviembre de hace un año veíamos con extrañeza cómo, un mes antes de que su padre tomara las riendas de un estado al que –casi un año después– no ha podido descifrar ni mejorar, Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde boqueño entonces como ahora, se apropiaba del escenario político, desplazando a los alcaldes del PRD que abogaban por que el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado les entregara los recursos federales que el pillo Javier Duarte de Ochoa les había retenido prácticamente a todos por igual.
Celular en mano, transmitiendo en vivo por redes sociales, el ya enfilado candidato panista a Gobernador se pavoneaba por las calles céntricas de Xalapa bajo lluvias persistentes, para arengar a los veracruzanos a que salieran prácticamente a tomar las instituciones públicas.
Junto con los alcaldes perredistas, los del PAN y, en particular el boqueño, asumieron la dirigencia de un movimiento con tintes de violencia que logró posesionarse del Palacio de Gobierno y, luego, de Casa Veracruz (un edificio enigmáticamente olvidado, pese a que el actual gobernador prometió que lo destinaría a casa de cultura), atrayendo los reflectores nacionales a tal punto que el dirigente nacional panista, Ricardo Anaya Cortés, vino a bañarse de enjundia y a tirarse en el piso de Palacio sobre una dura colchoneta y bajo cobijas de pueblo.
En aquel entonces, señalaba quien esto escribe lo siguiente:
“La arremetida de los alcaldes del PRD, secundada y ya liderada por los del PAN, no parece tener como principal preocupación que se reintegren los recursos federales desviados por el gobierno de Javier Duarte y originalmente destinados a ellos, aunque la demanda tiene absolutamente todos los argumentos jurídicos y políticos para manifestarse.
“En sentido estricto, es más una presión sobre el gobierno federal para que suelte recursos que permitan superar la bancarrota en que está la hacienda pública local (con ello permitir un arribo más terso al gobierno) y, de manera colateral, servir de plataforma política para dos objetivos coyunturales del más alto calibre:
“En primer lugar, mostrar a los veracruzanos que tanto el PAN como el PRD son la mejor opción para gobernar los ayuntamientos que serán elegidos en 2017 (en el caso de una hipotética alianza para enfrentar los próximos comicios) y, en seguida, catapultar a Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río, y colocarlo en el riel rumbo a la elección del gobernador que sucederá a su padre en 2018.
“Lo importante para ambos partidos, próximamente en el poder aunque ya amos y señores de los escenarios, es generar una permanente atención mediática nacional y local, atraer la simpatía de la población sobre la hipotética defensa de sus intereses y dominar la agenda política.”
Hoy la situación se aprecia con mayor claridad. El proyecto de los Yunes azules se dibuja ya, pese a frentes o coaliciones, como la mayor avenida para colocar a Miguel chico en la antesala de la sucesión de su padre. Aunque los priistas acaban de darse cuenta, lo cierto es que las famosas reuniones de capacitación que ha emprendido el alcalde boqueño con sus compañeros de la alianza PAN-PRD no son las primeras acciones adelantadas de campaña.
Y es que Miguel Ángel comenzó su andadura hace un año, justo en Xalapa, con un discurso beligerante, dándole lecciones de insurgencia al propio PRD y tomando edificios o calles que hoy serían un argumento para que su padre y su exdirector de Tránsito y actual secretario de Seguridad Pública lo agarraran a macanazos y patadas para que dejara libres los lugares públicos.
Y ahí se veía más fuerte que en las bobaliconas reuniones a las que solo asisten dos o tres alcaldes electos, mientras que quienes llenan los auditorios son militantes panistas que empiezan a conocer al próximo ‘padrino’.
Yunes Márquez comenzó campaña hace un año
Hace un año, escribimos:
“El que se siente como pez en un río menos contaminado que el Jamapa es el alcalde panista de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien prácticamente se ha apropiado del movimiento municipalista contra los agobios a que los ha condenado la desmesurada ratería de Javier Duarte.
“No soy el único que lo observa. La misma diputada xalapeña de Morena, Daniela Griego Ceballos, señala públicamente a los hijos del próximo gobernador, aunque en especial a Miguel Ángel junior, de estar manipulando el movimiento para posicionarse con miras a 2018. Contra lo que pudiera considerarse, dijo que la actitud asumida por los alcaldes del PAN y el PRD que tienen tomados Palacio de Gobierno y Casa Veracruz, no abona en nada a resolver la crisis financiera que atraviesa el estado y solo afecta a los ciudadanos.
“Y se pregunta: por qué esperaron tanto los alcaldes para actuar contra el gobierno, cuando llevan meses sin recibir sus participaciones federales. “El movimiento se está llevando al extremo (…) parece un acto anticipado de campaña de los hijos de Miguel Ángel que son los voceros de un movimiento (de los alcaldes) que durante los últimos tres años habían estado ausentes”.
“La diputada de Morena explicó que el tema se tiene que arreglar directamente con la Federación y nadie les cree que ahora se dicen preocupados por los pobladores, cuando dejaron crecer el problema. “Deberían ser más responsables y encontrar las medidas legales que deben implementar (…) es lamentable y es preocupante (la retención de los fondos), pero las acciones de los alcaldes no ayudan ni contribuyen en nada”.
“Y es que, en efecto, Yunes Márquez ha tomado un papel muy protagónico, incluso mayor que el de su padre, quien este domingo estuvo en la rectoría de la Universidad Veracruzana para recibir el documento inicial de lo que será, tras el análisis en la Legislatura, el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2018.
“Ahora los panistas y perredistas se han convertido en reporteros virtuales y, a través de sus no muy profesionales videos, ya podemos –con el mismo azoro que ellos– hacer recorridos por los espacios de Casa Veracruz, de cuyos lujos se asombran aunque no necesariamente hayan sido instalados por el prófugo”.
Un año después, Miguel Ángel Yunes Linares sigue sin pagarle a la UV la hechura del Plan Estatal de Desarrollo, los panistas se mantienen como propietarios del Congreso local con ayuda de los priistas, las deudas a los ayuntamientos siguen sin cubrirse, la Casa Veracruz ha sido abandonada y Miguel el Chico ha acelerado motores porque no quiere que nadie le arrebate un patrimonio (el Gobierno del Estado) que su padre ha declarado como de su familia.
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