Por: Edgar Carmona Blanco
A veces el precio de la fama contiene un costo muy alto para cualquier celebridad. Ni toda la fortuna podría llenar, sustituir y sanar ese lado frágil que tiene una estrella internacional que a final de cuentas es un ser humano más. Así lo demuestra este documental salido de la exitosa plataforma Netflix, titulado: Gaga: five foot two, en una alusión a la estatura de la cantante pop (mide cinco pies y dos pulgadas, o sea, 1.56 metros).
Dicho todo esto, convendría subrayar ese aspecto enormemente humano que este documental presenta acerca de Lady gaga: desde sus temores, inseguridades y debilidades, hasta la rara enfermedad que padece y que literalmente la deja a ratos tumbada en la lona. Aunque, al mismo tiempo, proyecta también a la mega diva conocedora y dueña de todos sus recursos, que tiene el mundo bajo sus pies; una incansable perfeccionista y profesional cuyos fans y millones de seguidores darían un brazo con tal de estar cerca de ella. +
Además de que introduce en casi todo su esplendor ese show mediático que incluye el proceso de producción de un disco y su promoción, junto con la preparación para presentarse en un escenario muy especial considerado como el más famoso del mundo: el show de medio tiempo del Super Bowl (muchos artistas pagan por cantar ahí sabiendo que la inversión tendrá redituables frutos a futuro inmediato).
Con esto quiero decir que se puede palpar brevemente el gran espectáculo y morbo que conforman y generan dichos eventos que resumen de manera excepcional, tan solo unos brillantes fragmentos de la carrera de una artista única que a pesar de tener todo un aparato y equipo impresionante de trabajo a su disposición, y que vive prácticamente rodeada de fieles sirvientes de quienes pergeña a su antojo; es finalmente una mujer que se siente increíblemente sola. Muy sola. Y esa es una de las principales aristas de este material que en suma lo hace muy conmovedor, interesante y reflexivo.