Aunque José Emilio Pacheco fue el segundo de los escritores muertos en 2014 a los que he dedicado esta semana, deliberadamente lo he dejado al final porque he elegido, para recordarlo, algunos poemas que contrastan con la jubilosa celebración de la Patria que hacemos estos días. México, a veces para bien, a veces para peor, encuentra en las líneas de Pacheco un espejo de cuerpo descarnadamente entero.

PRÓCERES

Hicieron mal la guerra,
mal el amor,
mal el país que nos forjó malhechos.

 

ALTA TRAICIÓN

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.

 

EL REPOSO DEL FUEGO

(TERCERA PARTE)

6

¿Hasta cuándo, en qué islote sin presagios,
hallaremos la paz para las aguas,
tan sangrientas, tan sucias, tan remotas,
tan subterráneamente ya virtuales
de nuestro pobre lago, cenagoso
ojo de los volcanes, dios del valle
que nadie vio de frente y cuyo nombre
los antiguos callaron?
¿Qué se hicieron
tantos jardines, las embarcaciones
anegadas de flores, qué se hicieron?
¿Qué se hicieron los lagos, las corrientes
de la ciudad, sus ondas, sus rumores?
Los llenaron de mierda, los cubrieron
para abrir paso al peso del carruaje
de los perpetuos amos de la tierra.

¿Qué se hicieron
los bosques, las praderas y los campos
que en un tiempo llenaron la meseta,
el gris cráter lunar donde se asienta
la ciudad movediza, la fluctuante
capital de la noche? Los mataron,
para alzar sus palacios, los ladrones.

Dijo el virrey: Los hombres de esta tierra
son seres para siempre condenados
a eterna oscuridad y abatimiento.
Para callar y obedecer nacieron.

La injuria del virrey flota en el lodo.
Ningún tiempo pasado ciertamente
fue peor ni fue mejor.

No hay tiempo, no lo hay,
no hay tiempo: mide
la vejez del planeta por el aire.

 

7

México subterráneo… El poderoso
virrey, emperador, sátrapa hizo
de los lagos y bosques el desierto.
Hemos creado el desierto: las montañas
-rígidas de basalto y sombra y polvo
son inmovilidad.
Vibra el estruendo
que hacen las aguas muertas resonando
en el silencio cóncavo.
Es retórica,
iniquidad retórica este llanto.

 

CRÓNICA DE INDIAS

…porque como los nombres no somos todos muy buenos…
Bernal Díaz del Castillo

Después de mucho navegar
por el oscuro océano amenazante, encontramos
tierras bullentes en metales, ciudades
que la imaginación nunca ha descrito, riquezas,
hombres sin arcabuces ni caballos.
Con objeto de propagar la fe
y arrancarlos de su inhumana vida salvaje,
arrasamos los templos, dimos muerte
a cuanto natural se nos opuso.
Para evitarles tentaciones
confiscamos su oro.
Para hacerlos humildes
los marcamos a fuego y aherrojamos.
Dios bendiga esta empresa
hecha en Su Nombre.

 

 

VER TAMBIÉN:

Pacheco,Gelman, García Márquez, Leñero | 2014, cuatro vuelos, cuatro duelos / I
Los nacimientos y las muertes de Juan Gelman | 2014, cuatro vuelos, cuatro duelos / II
García Márquez, el ejemplar supremo | 2014, cuatro vuelos, cuarto duelos / III
Vicente Leñero, fílder y guerrero | 2014, cuatro vuelos, cuarto duelos / IV

 

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