No me imagino a Dante Delgado levantándole la mano al hijo de su carcelero y apoyarlo en sus aspiraciones de ser el sucesor de su padre. Hace más de dos décadas, en 1996, Miguel Ángel Yunes Linares –con las mismas estrategias judiciales de ahora– lo hundió en Pacho Viejo por casi dos años, junto con dos políticos que habían sido secretarios de su cuatrienio, entre ellos Gerardo Poo, padre del actual alcalde de Veracruz.

A no ser que Dante haya aprendido a comer mierda sin hacer gestos, como dice la máxima, la coalición que fraguó y registró este martes ante el Instituto Nacional Electoral (INE), que permite a su partido, Movimiento Ciudadano, junto con el PAN y el PRD, presentar candidaturas comunes para la Presidencia de la República y varias gubernaturas, entre ellas la de Veracruz, podría poner al exgobernador sustituto en la incómoda circunstancia de compartir plato con su supuesto enemigo.

Dante Delgado había recibido el rechazo del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador,  para ir en alianza el próximo año. Pese a los varios comicios en que, primero como Convergencia por la Democracia, y luego como Movimiento Ciudadano (MC), Dante le tendió la cama al dos veces candidato presidencial, brindándole su estructura y su localizada fuerza electoral, en esta ocasión fue incluido por aquel dentro de la denominada ‘mafia del poder’.

Lo que ayer ocurrió parece confirmarlo. Se ha adherido a una alianza, la de la izquierda con la derecha, que él mismo criticó, y ahora pretenderá acceder al poder a como dé lugar, como Frente Ciudadano por México, buscando no solo la Presidencia de la República sino, por ejemplo, cobijar a otro hijo corrido de casa por López Obrador, Ricardo Monreal Ávila, quien busca afanosamente respaldo para pelearle la jefatura de gobierno de la Ciudad de México a Claudia Sheimbaum, la elegida por el dedito del tabasqueño.

Pero volvamos a Veracruz. Hace muchos años que Dante Delgado se ha confrontado con Miguel Ángel Yunes Linares, su actual aliado. Dicen las malas lenguas que cuando eran jóvenes estudiantes se liaron a trompadas en la Plaza Lerdo, no sé sabe si por una divergencia política o desacuerdo por alguna lid amorosa.

Pese al formal maridaje político, hace apenas unos meses, el 28 de mayo en Misantla, Dante Delgado retó al actual gobernador sobre los problemas de la entidad, y lo describió de una manera no muy amistosa: “Es un hombre que no le ha servido a Veracruz y que donde ha estado está marcado por actos de traición (…) Miguel Ángel Yunes no es un hombre de ideas (…) es simplemente un trepador político, un oportunista de la política”.

Con ese traidor, trepador político y oportunista, el partido Movimiento Ciudadano podría arreglarse el año próximo para postular posiblemente a Miguel Ángel Yunes Márquez, actual alcalde de Boca del Río, y a quien su padre hace tiempo lo trae recorriendo el estado, solo o con él, en eventos privados o de carácter gubernamental, con alcaldes electos y con sindicatos como el SETSE, abriéndole las puertas de su gobierno para que inserte a sus operadores e, incluso, encomendándole la selección de los candidatos panistas a las alcaldías.

¡Vaya paradoja del pragmatismo político!

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