López Obrador logró lo que por décadas había sido imposible -aquí y en cualquier parte del mundo- en una elección presidencial: unir electoralmente a la izquierda y a la derecha. Hacer que liberales y conservadores vayan juntos a las urnas, habla de la descomposición total de nuestro sistema de partidos, más allá de las razones que los haya empujado a ello. Al final, según quien lo cuente, el Peje aparecerá como víctima o victimario.
Con un día de diferencia, este lunes quedaron formalizados los acuerdos al interior del PAN y el PRD para dar facultades a su dirigencia para firmar el acuerdo que deberán presentar ante el órgano electoral.
En medio de una severa crisis interna, la Comisión Permanente del Partido Acción Nacional (PAN) que aún controla Ricardo Anaya, aprobó por unanimidad la construcción de un Frente Amplio, lo que permite que el partido pueda sumarse al PRD rumbo al proceso electoral del 2018. En su cuenta de redes sociales, el Comité Ejecutivo del PAN detalló que por unanimidad el partido había avalado conformar un Frente.
En el PRD, la cosa está mucho peor. A pesar de que este domingo se ratificó la propuesta de la presidenta nacional, Alejandra Barrales, de conformar este Frente Amplio para contender en las elecciones de 2018, los tambores de guerra ya sonaron. Barrales pidió a quienes no estén de acuerdo con las resoluciones del partido, que lo abandonen, y de inmediato le tomaron la palabra.
Hasta antes del domingo, una docena de senadores ya habían renunciado al partido, incluida su coordinadora Dolores Padierna, quien siguió los pasos de su antecesor Miguel Barbosa, ambos para seguir a Morena. Este lunes también lo hicieron Raúl Ojeda –ex candidato a Gobernador en Tabasco- y el ex Gobernador de Michoacán, Leonel Godoy.
En Movimiento Ciudadano todo fue reír y cantar. Por la tarde de este lunes, de manera simple y llana, Dante Delgado anunció que su partido había aprobado la construcción del frente. Nunca dijo mediante cuál mecanismo.
Ahora, tanto Anaya como Barrales, ambos con la decisión de participar como candidatos en este proceso, intentarán convencer a las dirigencias de otras fuerzas políticas para la definición del proyecto, entre ellas los del Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.
Y en este mundo kafkiano de las elecciones, todos se preguntan qué sucederá en Veracruz. ¿El frente amplio será sólo para la elección presidencial o el convenio incluye también a los estados? ¿Serán las dirigencias estatales o los partidos políticos nacionales quienes decidan a candidatos a Gobernadores, el senado y las diputaciones federales? ¿O Veracruz será el pelo en la sopa y sería el único estado en el que Movimiento Ciudadano (MC) juegue por su cuenta?
La primera cuestión de peso es saber qué puso sobre la mesa Dante Delgado para sumar sus 4 o 5 puntos de preferencia al Frente Amplio y negárselos a López Obrador; es evidente que su voz pesará en las decisiones de Veracruz, pero sería verdaderamente insólito verlo hacer campaña a favor de Miguel Ángel Yunes Márquez. La historia todos la conocen.
La segunda hipótesis, la más creíble, es que Movimiento Ciudadano tendría la candidatura al gobierno de Jalisco en la persona de Enrique Alfaro. En la elección pasada, MC arrasó en Guadalajara y toda su zona metropolitana, incluyendo Zapopan. Ahora, con la suma de PAN y PRD realmente no tendría enemigo enfrente, la elección podría ser un trámite.
De esta forma, Dante tendría su primera gubernatura en el país –en algún momento estuvo muy cerca de lograrlo en Oaxaca-, y los Yunes se quedarían con la candidatura en el estado de Veracruz. Habrá que ver cómo le cae al cordobés el cambio de la guayabera por el traje de charro.
Su presencia en Veracruz se reduciría a algunos candidatos a diputados federales –Méndez de la Luz por Xalapa, por ejemplo-, considerando que la fórmula del Senado sería los actuales secretarios de Gobierno y Sedesol de la administración estatal. Sin duda, el poder pesa más que el agravio.
Hasta ahora, para la gran mayoría –a excepción de quienes están negociando su construcción-, el Frente Amplio ofrece más dudas que certezas. Eso explica la desbandada que se empieza a registrar en algunos sectores de los tres partidos, principalmente del PRD, a quienes cayó del cielo la excusa para salir corriendo a Morena.
El PRD en todo el país –Veracruz es un ejemplo-, terminó devorándose a sí mismo. No hay ex presidente del partido que hoy milite en sus filas o sea un actor de peso. Resultado de la antropofagia que ejercieron sus tribus, su extinción sólo es cuestión de tiempo.
Como se dijo en su momento en este mismo espacio: olvídense de los candidatos, aquí quienes van a ganar son las alianzas. La derrota se la van a facturar a los ciudadanos, que sólo son eso, electores de mucha utilidad pero ciudadanos sin ningún valor.
La del estribo…
- Los demonios siguen sueltos. Ante la creciente ola de violencia que no cesa, este martes en el Senado de la República podría haber noticias que tienen que ver con Veracruz. El gobierno estatal dice que no responde insultos ni a medios… tampoco a la Cámara alta?
- Por lo general, el gobierno nunca avisa que va a despedir a un número importante de burócratas. Eso causa inconformidad, resistencia y conflictos internos. El anuncio anticipado que ha hecho el gobierno estatal es una amenazada velada: quien no esté conmigo, se va a la calle. Las razones son electorales, no financieras.