Termino de escribir sobre City Banamex y su campaña para colocar tarjetas de crédito entre los sufridos ciudadanos de este hermoso país (y espero que sus telefonistas terminen de importunar a mi amigo Arturo Miguel, quien ha sido víctima de sus promociones de tarjeta de crédito).
Él me comenta que en su desesperación, llamó a las instituciones de gobierno que considera deben hacerse cargo del tema.
Como es un hombre maduro y moderno, maneja muy bien todo lo relacionado con la informática, el Internet y las aplicaciones, así que se conectó a través de un chat con un asesor de la Procuraduría Federal del Consumidor, con quien se quejó de que City Banamex lo traía azorrillado con llamadas constantes a su celular.
La respuesta que recibió fue la siguiente:
“Le comento que la materia de los servicios bancarios, financieros, seguros o aseguradoras (sic), PROFECO no es competente, la competencia recae en la CONDUSEF (COMISION NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN Y DEFENSA DE LOS USUARIOS DE SERVICIOS FINANCIEROS) ?INSURGENTES SUR No. 762, COL. DEL VALLE, DEL. BENITO JUAREZ, D.F., CP 03100 ?tel. 5340-0999, 01-800-999-80-80”.
Llamó por teléfono a la Condusef, le contestó un asesor, que escuhó pacientemente su queja y le informó que existpia una procedimiento para bloquear su teléfono y así dejar de recibir promociones de instituciones financieras. Lo único que tenía que hacer era proporcionarle su número de celular al asesor, quien lo ingresaría al REUS (siglas del Registro Público de Usuarios que no deseen información publicitaria de Productos y Servicios Financieros). Lo hizo, y el funcionario público le dijo que debería esperar “solamente 45 días” para que el bloqueo se hiciera efectivo. “Un mes y medio más tendré que aguantar, pero al fin dejaré de ser torturado por las promociones de los bancos”, pensó resignado.
Una cosa más hizo mi amigo, que fue llamar al Instituto Nacional de Acceso a la Información. Marcó el Tel inai: 018008354325. Ahí conversó largamante con un amable asesor. La primera inquietud que le comunicó al asesor fue que no tenía idea de cómo había obtenido el banco sus datos personales, puesto que nunca había sido su cliente, y de ahí pasó a preguntarle qué podía hacer al respecto. Del otro lado de la línea le dijeron que ambas cosas eran factibles y estaban contempladas en la nueva ley de protección de los datos personales de los ciudadanos.
Con calma, fue escuchando que debía leer concienzudamente el aviso de privacidad de City Banamex (que debe estar en su página de Internet) y buscar con cuidado el apartado en que se habla de los derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición) de datos personales. En ese párrafo viene el procedimiento que debe seguir el afectado para solicitar a la empresa que le explique de qué manera consiguió sus datos personales. Una vez completado el trámite, City Banamex tendría veinte días hábiles para dar respuesta a la solicitud. En el caso de que el solicitante haya recibido respuesta pero la considere insatisfactoria, puede acudir al INAI para que intervenga y obligue al banco a propocionar la información solicitada.
Una vez que ha recibido la información a su satisfacción entera, el usuario puede ejercer sus derechos de oposición y cancelación, y exigir al banco que borre sus datos y deje de usarlos.
Es un proceso un tanto engorroso, pero dice mi amigo que lo siguió paso a paso, alentado por el pensamiento de que lo dejarían de importunar para siempre , cuando menos por la vía telefónica.
Y vean bien los queridsos lectores: éste fue un caso en el que el banco estaba ofreciendo la contratación de un servicio. Perros, lo que se dice perros, se ponen cuando las llamadas son para cobrar a los clientes remisos.
Pero ésa es otra historia…
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