La denuncia hecha este miércoles por la magistrada Concepción Flores Saviaga ya era un escándalo al interior del Poder Judicial: el Consejo de la Judicatura, presidido por el magistrado Edel Humberto Álvarez Peña, ha designado jueces sin experiencia ni perfil necesario para desempeñar el cargo.
Lo que también se ha dicho –y los empleados se lo reservan públicamente para no ser despedidos- es que Álvarez Peña ha construido un imperio perverso en torno a su efímera presidencia. Junto a él, no sólo orbitan decenas de asesores que poco y nada hacen, sino que el Tribunal se ha convertido en una verdadera pasarela de bellas jóvenes que sólo repiten la oscura novela del anterior gobierno estatal.
Pero el principal problema radica en la podredumbre en que han convertido a la institucional y el vertiginoso deterioro del nuevo sistema de justicia penal. Los delincuentes de todos calibres han encontrado en Veracruz el paraíso de la impunidad –las cifras de incidencia delictiva así lo demuestran-, porque entre una Fiscalía que no sabe investigar y un séquito de jueces que no saben juzgar, es muy fácil librar cualquier castigo.
Con excepción, claro, de quienes hayan sido funcionarios públicos en la administración de Javier Duarte. Para ellos el castigo es pronto y expedito, pero no para los responsables de decenas de muertes y ejecuciones que se han registrado en las últimas semanas.
Lo dicho por la magistrada Flores Saviaga es una opinión compartida por sus homólogos. El manoseo en la asignación de cargos y plazas ha violentado también el derecho laboral de muchos empleados del Tribunal. Los jueces que han sido nombrados por el nuevo presidente no tienen el perfil, no cumplen con los requisitos y desconocen el funcionamiento del nuevo sistema. Pero eso no importa, son amigos de Edel y sus allegados.
Sin duda, la denuncia de Flores Saviaga tendrá consecuencias al interior del Tribunal. Edel no es un hombre que perdone fácilmente, pero la denuncia tiene sustento. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional que el estado solicite requisitos inferiores a los establecidos en la Constitución federal para ocupar el cargo de juez local y magistrados. Y aquí se están pasando por el arco del triunfo esa disposición, en aras de nombras jueces afines para los intereses que Edel Alvarez y su grupo representan.
Conchita como le dicen sus allegados, sugirió que el Congreso local revise a detalle los requisitos que se establecen en la Ley Orgánica del Poder Judicial, y aunque aceptó que “no se podrá ampliar la ley de manera retroactiva, esto es, para remover de sus cargos a los jueces”, al menos esto permitirá que haya mayor control en las designaciones posteriores. El daño está hecho, pues.
No sólo ella, sino muchos otros han lamentado que con la llegada de Álvarez Peña a la Presidente del Poder Judicial –hay que recordar que ya fungía como Magistrado- se hayan removido a jueces con probada experiencia y que aún no están en tiempo de jubilarse, y a cambio, se haya nombrado a personas cercanas al magistrado presidente y a los miembros del Consejo de la Judicatura.
En mayo pasado, empleados del Poder Judicial del Estado ya habían denunciado que sufren de acoso laboral, pues desde la llegada del Nuevo magistrado presidente son hostigados con la intención de que dejen sus puestos de trabajo, esto con la aparente complacencia e incluso el silencio de los consejeros de la Judicatura. Se trata de personal de contrato y de ambos sindicatos que cuenta con el perfil idóneo para trabajar en el Poder Judicial y que ha sido capacitado por el propio TSJE acudiendo a cursos y seminarios.
También la diputada Maryjose Gamboa –integrante de la comisión de Procuración de Justicia del Congreso- lo acusó de no atender peticiones de reunión con colectivos de Desaparecidos, quienes se quejan de que no se asignan con prontitud los jueces de control, que son los que autorizan abrir una fosa clandestina y exhumar los cuerpos, lo cual retrasa el trabajo de la Fiscalía General del Estado (FGE). ¿Los nuevos jueces lo sabrán hacer?
A imagen y semejanza de quien lo puso, el nuevo Presidente del Tribunal Superior de Justicia también ha iniciado una persecución en contra de su antecesor, que no se reduce a la revisión con lupa –a lo cual está obligado como cualquier entidad pública-, de las cuentas y los pendientes, sino que ha arrasado cualquier vestigio de Alberto Sosa: magistrados afines, jueces, personal de confianza y administrativos. Nadie se ha escapado a la venganza política de quien llegó con las peores calificaciones al Poder Judicial.
Si el problema del nuevo sistema de justicia penal radica en la incapacidad de sus operadores y no en la lógica del proceso acusatorio adversarial, entonces lo que está propiciando Edel Álvarez es que el sistema reviente, que los delincuentes se vayan a la calle y que el Tribunal quede en evidencia. Total, una vez que concluya su presidencia, se irá a descansar… si lo dejan.
La del estribo…
- El corte de caja que hizo AVC Noticias sobre la inseguridad en tan sólo la primera quincena de agosto no tiene desperdicio: en menos de quince días se registraron no sólo diez muertes con violencia; sino un intento de linchamiento, asaltos a varias tiendas, riñas de reos, disparos a empresas y hasta el robo a la hija de un Senador de la República, sin contar protestas por todos lados por la inseguridad. ¿Percepción o realidad?
- Tan violentadas como los hombres en el ejercicio de su profesión, las mujeres periodistas parecen estar mejor organizadas y más decididas a que se escuche su voz. Esta mañana, en el auditorio de la biblioteca Carlos Fuentes, hablarán de procuración de justicia, violencia, discriminación, desigualdad y los estereotipos que aún padecen. No sobra decir que se realiza con el auspicio de la CEAPP.