¿Pues de qué tamaño es la empresa y su red de corrupción –materializada en sobornos y adjudicaciones amañadas- que no deja de salpicar a la clase política en México? El tema de Emilio Lozoya y su paso por Pemex sólo acredita que la empresa Odebrecht estaba todo el tiempo, en todas partes, al más alto nivel, haciendo negocios multimillonarios a costa del dinero público de los mexicanos. Lo que haya pasado en otros países, allá lo tendrán que investigar.
En febrero de este año, diversos medios de información publicaron que la constructora brasileña sobornó a 9 países latinoamericanos, entre los que se encuentra el nuestro, con objeto de obtener contratos de obra pública, según se divulgó en un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
En México, cita el documento, del 2010 a 2014, Odebrecht pagó 10.5 millones de dólares en sobornos a funcionarios mexicanos, entre los que se encontraría, al menos, un alto funcionario de una empresa estatal, quien no ha sido identificado. Hoy sabemos que se trata ni más ni menos que de Emilio Lozoya, entonces director general de PEMEX. Pero él no fue el único: los beneficios sumaron sólo en esos años más de 39 millones de dólares en los contratos mexicanos.
En octubre de 2013, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con el que fuera director de la constructora, Marcelo Odebrecht, para anunciar una inversión de 8 mil 100 millones de dólares a cinco años para los sectores petroquímico, saneamiento y energía hidráulica renovable, así como producción de etanol, azúcar y energía renovable de biomasa, además de concesiones carreteras.
Odebrecht se reportó lista para acrecentar sus negocios en México, tras la promulgación de la Reforma Energética y sus leyes secundarias. En donde su división de Oil & Gas estaría muy atenta a las licitaciones en aguas profundas, ya sea en la Ronda Cero o Ronda Uno. La Extracción de Gas Shale no es algo en que estén concentrados por ahora.
Pero la historia y las circunstancias cambiaron. Odebrecht pasó a ser de la empresa transnacional modelo, a un consorcio depredador capaz de corromper a cualquier gobierno.
Este lunes, La organización “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” (MCCI) presentó documentos bancarios que probarían el pago de sobornos millonarios del consorcio brasileño Odebrecht al ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya. El organismo indicó que el ex funcionario recibió pagos por un total de 3 millones 140 mil dólares durante el año de 2012, cuando éste se desempeñaba como coordinador de Vinculación Internacional en la campaña presidencial del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto.
No obstante, Fidel Herrera y Duarte ya habían amarrados negocios aún antes de la campaña presidencial de 2012. Con apenas tres meses en el cargo, Javier Duarte recibió con honores la visita de Luis Weyll, director general de este grupo empresarial en México. Entonces se anunció que el grupo brasileño realizaría, a corto plazo, “proyectos de inversión de alto impacto en la generación de empleos, las cuales también contribuirán al desarrollo de la economía de Veracruz, con sustentabilidad ambiental y social.” Hasta ahora sólo se ha sabido de negocios en la clandestinidad.
La pista de Veracruz no ha concluido. Los últimos datos de la investigación que se sigue en Brasil a la empresa, indican que se utilizaron al menos dos empresas fantasmas para realizar el pago de 3.7 millones de dólares en calidad de sobornos. Todo el dinero se envió a estas empresas que fueron constituidas durante la administración de Javier Duarte, quien se encuentra preso pero aún no es investigado por estos delitos.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad también dio a conocer que Duarte jugó un papel clave para que se concesionara por 30 años el servicio de agua de Veracruz a una filial de Odebrecht, cuyo actual director, Javier Chuman Rojas, también está acusado de lavado de dinero en obras ejecutadas en Angola.
Dos proyectos durante la administración Duarte quedaron en manos de asociados de Odebrecht: el sistema de agua potable del puerto de Veracruz, que le otorgó durante 30 años el servicio para los municipios de Veracruz, Boca del Río y Medellín, y un proyecto de generación de energía eléctrica, en la que su gobierno aportaría 355 millones de pesos en alianza con esa empresa.
A finales de marzo pasado, la Comisión de Transparencia y Anticorrupción de la Cámara de Diputados demandó a través de un punto de acuerdo que se revocaran y rescindieran los contratos entre autoridades federales, Pemex, sus empresas subsidiarias y filiales, gobiernos y congresos estatales y la empresa brasileña. Dos meses después, en mayo pasado, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) quitó de manera definitiva a Odebrecht su calidad de afiliado y le notificó la negativa de registro a cualquier empresa de dicho grupo de manera permanente.
Odebrecht se podría convertir en pieza clave del lodazal que se avecina durante el proceso electoral del 2018. Más nombres están por salir a la luz pública.
La del estribo…
- El esclarecimiento de crímenes de alto impacto en Xalapa es algo positivo. Que hayan sido detenidos los responsables, lo es aún más. Ojalá y la autoridad siga en ese camino. Lo importante ahora es que la Fiscalía conserve su autonomía y pulcritud en las investigaciones, porque no puede seguir culpando a las víctimas de estos crímenes –obviando la obligada presunción de inocencia-, sólo para salvar el pellejo.
- Hay muchos intereses económicos detrás de la ley que permite la realización de peleas de gallo, vaquilladas y otras “tradiciones ancestrales” que involucran animales. Pero también hay intereses políticos. El mandatario estatal hizo el anuncio de que vetaría la iniciativa a sabiendas de que esa herramienta jurídica no está entre sus facultades. Apostar al desinterés e ignorancia del respetable, le puede costar tanto como a Duarte.