Prefacio.

Dicen que, en el fondo, el diferendo del diputado Sergio Rodríguez Cortés con el gobernador Miguel Ángel Yunes es de dinero. Y es que, si hay algo que la actual administración estatal no está soltando, es –precisamente- dinero. *** En múltiples ocasiones Rogelio Franco intentó convencer a su amigo y socio Sergio Rodríguez, de que contuviera sus pretensiones monetarias, que le diera un voto de confianza al gobernador, y que más adelante se compensaría ese respaldo. *** No hubo forma de hacerlo entender. Sergio Rodríguez se dice agraviado. Le prometieron la coordinación de la bancada del PRD (lo que le habría permitido manejar esos recursos que de manera oscura se distribuyen a cada bancada y maneja a su arbitrio el coordinador) y le quedaron mal. Ha tenido que sacar temas delicados como la prórroga para la aplicación del presupuesto, o la autorización para renegociar la deuda, y nada ha recibido a cambio. Sintió que le estaban fallado y decidió sacar las garras. *** Esta semana se confirmó la salida de Sergio Rodríguez de la bancada del PRD (sale de la bancada, no del partido) y su integración al grupo mixto “Juntos por Veracruz”, que toma nuevos bríos, luego de la salida de Rodrigo García al grupo del PAN, y de Vicente Benítez, ahora representante único de Nueva Alianza. *** El debate está ahora en la definición de la Presidencia de la Comisión de Hacienda del Estado. Sergio Rodríguez asegura que le fue arrebatada de forma irregular, sin el voto mayoritario de los diputados, y asegura que desde su nueva bancada seguirá peleando por esa posición, que resulta estratégica para el proyecto de gobierno de Yunes Linares. *** Ya se verá hasta dónde están dispuestos a estirar la cuerda.

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No lo invitaron a la fiesta, pero es el que más habla de ella y todavía se atreve a pedir que, aunque sea tarde, le permitan estar presente.

Miguel Ángel Yunes Linares anunció este jueves que solicitará a la PGR que lo llame a declarar como testigo contra Javier Duarte de Ochoa. Presume que tiene en su poder las pruebas “para acreditar que, efectivamente, lo que hubo en Veracruz no fue un gobierno, sino una banda de delincuentes organizados”.

Haga de cuenta que va al cine a ver la más reciente versión de “Titánic” y en la entrada se encuentra a un merolico gritando que él conoce la “verdadera historia”, que él platicó con los sobrevivientes y conoce detalles que no veremos en el filme.

La obsesión por los reflectores provoca que el gobernador de Veracruz pierda los estribos con facilidad.

Dice tener en su poder (y para ello mostró un disco duro donde, asegura, guarda dichos archivos) videos de conversaciones entre el exgobernador de Veracruz y sus cómplices, los cuales servirían como elementos probatorios que acreditarían que hubo un acuerdo para robarse los recursos del estado.

Él es abogado y lo sabe bien: La grabación de conversaciones privadas vulnera el derecho a la intimidad, al secreto de las comunicaciones y la garantía de la no autoincriminación del imputado. Es un elemento que anularía con facilidad cualquier defensa.

Pero por lo pronto sirve para gestionar su participación en el proceso y convertirse así, de facto, en “el que metió a la cárcel a Javier Duarte”, como lo prometió en campaña.

Y se cuelga de las únicas investigaciones ministeriales con suficiente peso para mantener en prisión al exgobernador de Veracruz, las de la PGR, pues las que ordenó integrar a nivel estatal ya fueron anuladas por una suspensión provisional, que más adelante será ratificada con suspensión definitiva.

Como buen leguleyo, cuando las leyes no se acomodan a sus intereses, entonces las califica de “triquiñuela”, que en buen español no es más que un recurso para sortear una dificultad (RAE).

Miguel Ángel Yunes Linares tiene que admitir, aunque se le retuerzan las tripas, que el analista del periódico Excélsior, Leo Zuckermann tiene razón cuando señala: “Javier Duarte es inocente… hasta que se demuestre lo contrario”.

Y recuerda: “Así es nuestro sistema judicial que cambió en 2008. Antes, en México, a los indiciados se les solicitaba acreditar su inocencia, fueran o no culpables, en un proceso cerrado y oscuro donde los jueces, en total sigilo, podían declarar la culpabilidad aunque el ministerio público no hubiera comprobado la responsabilidad del individuo en la comisión de un delito. Ahora, por fortuna, las cosas han cambiado. Como en todo país democrático-liberal, las personas son inocentes. Les corresponde a los fiscales demostrar su culpabilidad en un juicio oral, público, continuo y argumentativo. Los juzgadores escuchan los argumentos de fiscalía y defensa para tomar una decisión en consecuencia”.

Y remata con una alegoría futbolística: “En cuanto a Duarte, yo estoy convencido de que es culpable. Pero esto es como en el futbol cuando alguien piensa que se cometió un penalti que no se marcó. Puede haber una sabrosa controversia, pero, como bien dicen los analistas futbolísticos, un penalti sólo existe cuando lo pita el árbitro. Aunque nos disguste y creamos lo contrario, el hecho es que Javier Duarte es hoy inocente hasta que la Fiscalía presente las pruebas y convenza a los jueces de lo contrario”.

Y para que esto se resuelva, la verdad, están de más los dichos y las “pruebas” que Miguel Ángel Yunes Linares dice tener.

Él que mejor se dedique a gobernar y a sacar a Veracruz del atolladero en el que se encuentra, como lo prometió en campaña.

¿Será mucho pedir?

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Epílogo.

El Consejo General del INE aprobó la remoción del consejero del Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz, Jorge Hernández y Hernández. Sucede que este funcionario electoral no se excusó para conocer el proceso de selección y designación de Nancy Popo Pale como secretaria del Consejo Distrital 18 del organismo. La designada fue esposa del hermano del consejero, (aunque ya separados), por lo que existía un impedimento en razón de la existencia de un vínculo de parentesco en segundo grado colateral por afinidad. *** En Gutiérrez Zamora, el senador Pepe Yunes Zorrilla aseguró que la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, que él preside “le sirve a Veracruz”. El legislador acompañó a la alcaldesa de Gutiérrez Zamora, Leticia Delong Capellini, a supervisar la remodelación y rehabilitación del puente Bicentenario Paso de Barriles, obra en la que se invierten más de diez millones de pesos, producto de una ampliación presupuestal gestionada por el Senador ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Esta obra representará un beneficio directo para los habitantes de las comunidades El Cepillo, Santa Rosa, Rafael Valenzuela y Paguas de Coronado. *** Lo dicho: Con más trabajo y menos grilla, es como Veracruz puede resolver sus problemas.

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