Como muchísimos veracruzanos, no conozco al diputado local Jorge Kirsch Sánchez. Lo que sí conozco es su absurdo afán de notoriedad en asuntos que lastimosamente le competen como legislador. El perredista es Presidente de la Comisión Permanente de Salud, desde la que ha mostrado toda su incapacidad y temeraria ignorancia.
Resulta que ayer alguien le fue con el chisme de que había “la existencia de brotes de la enfermedad de coxsackie” en la entidad. Y entonces, ni tardo ni perezoso, aprovechó el primer micrófono que se encontró en su camino para anunciar que hoy jueves acudiría a la jurisdicción sanitaria para consultar la presencia de este padecimiento en la región de Xalapa.
Si con la misma celeridad se le hubiera ocurrido consultar directamente a las autoridades de salud, o por lo menos al diccionario, se hubiera enterado que se trata de una afectación común en esta época de calor y que no representa riesgo; que no se trata de una potencial pandemia como la intenta sugerir, y que no existe un tratamiento específico para la infección más allá del alivio de los síntomas, además de que no deja secuela alguna.
Pero no, salió a buscar la nota que lo sacara del anonimato de su infumable trabajo legislativo. Así que, sin ningún pudor, rebuznó: “No tengo conocimiento de una epidemia, de brotes sí sé que hay, no sé cuántos ni donde, no me lo están confirmando (…). Tengo que confirmar el dato, si es que los hay o los hubo”, según testimonia una nota informativa de AlCalorpolítico.com.
¿Qué sentido tiene generar inquietud en la población por un padecimiento común que se presenta cada año durante el verano? ¿Cómo es posible que sin un solo dato duro, con una extrema ligereza, salga a decir que estamos ante un problema de salud pública, que él identifica como brotes? ¿Quién se explica que presida una de las Comisiones legislativas más importantes, sin tener la más peregrina idea del tema y de los alcances de sus declaraciones? Y luego se preguntan por qué los diputados tienen la peor imagen pública.
Ya en enero pasado, el frustrado erudito de la salud había exigido, en otro afán protagónico, todo el peso de la ley contra los responsables de suministrar agua destilada a menores con cáncer en lugar de quimioterapia. Según él, desde el 2010 era conocido que el Sector Salud del Gobierno del Estado, otorgaba medicamentos falsos a los pacientes con cáncer.
Si bien es cierto que así lo hizo público el gobernador Miguel Ángel Yunes, resulta esta acusación tampoco pudo ser comprobada. En febrero pasado, el titular de la Comisión Federal para a Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Julio Sánchez y Tepoz dijo que hasta ese momento no había evidencia alguna de la aplicación de medicamentos falsos o agua destilada en pacientes con cáncer en el estado de Veracruz. Y dijo que se visitaron diversos centros médicos estatales y se revisaron 115 expedientes de pacientes adultos y 36 pediátricos, todos enfermos de cáncer, y en los que no fue encontrada ninguna evidencia de la administración de producto falso.
Aún cuando pudiera endilgar la responsabilidad de la acusación al gobernador, lo cierto es que en su carácter de Presidente de la Comisión de Salud debió esperar el resultado de las investigaciones.
Como un servicio a la comunidad –tal como decía el tío Gamboín- le vamos a compartir al diputado Jorge Kirsch lo que es la enfermedad de coxsackie, en caso de que siga con la idea de irle a quitar el tiempo a los médicos de la jurisdicción sanitaria. Información sobre el padecimiento surge a borbotones en cualquier buscador de internet.
Según Medlineplus, el virus coxsackie es una infección viral común que en la mayoría de los casos comienza en la garganta. En algunas ocasiones puede provocar infecciones más graves que quizá requieran tratamiento en un hospital. Generalmente se presenta en niños menores de 10 años.
Según la misma fuente, “el tiempo entre el contacto con el virus y el inicio de los síntomas es aproximadamente de 3 a 7 días. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, pérdida de apetito, y principalmente, erupción con ampollas pequeñas en las manos, los pies y en la zona donde se coloca el pañal que pueden estar sensibles o causar dolor si se presionan.”
De hecho, no existe un tratamiento específico para la infección más allá del alivio de los síntomas. Los antibióticos no funcionan porque la infección es causada por un virus y no por una bacteria. Los niños menores de 10 años resultan afectados más a menudo; los adolescentes y los adultos a veces pueden contraer la infección. Esta enfermedad ocurre generalmente en el verano y principios del otoño.
Y en efecto, es muy importante recurrir al médico. Algunos especialistas sugieren un tratamiento con medicamentos de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno, que se pueden utilizar para tratar la fiebre y el dolor.
Servido señor diputado.
Las del estribo…
- Empiezan a correr apuestas de que el poeta del pueblo y nuevo inquilino de un penal de alta seguridad, se llevará entre las patas al menos a tres personajes –dos de ellos legisladores- a quienes considera que lo traicionaron para salvar el pellejo. Va a cantar y bonito.
- La salida del fiscal regional de Coatzacoalcos vendría a explicar, en parte, la descomposición que se vive en aquel municipio. El Gobernador dijo que los líderes aprehendidos operaban con libertad y absoluta impunidad. ¿Entonces el castigo al funcionario se reduce a su despido?